As Deporte en positivo

El deporte adaptativo reclama gente formada y ayudas para equipamiento

Nuria López y Eva Cambero, deportistas con discapacidad y trabajadoras de Ilunion, relatan cómo han logrado compaginar la exigencia del alto rendimiento con el reto de construir una carrera profesional estable y plena.

De izquierda a derecha, Nuria López, Eva María Cambero, atletas con discapacidad y trabajadoras de Ilunion, y Juanma Bellón, moderador de la charla 'Explorando la transición profesional después de la carrera deportiva'.
JAVIER GANDUL | DiarioAS
Javier Martín
Nacido en Cuenca en 1993, se gradúa en la Universidad de Castilla - La Mancha. Posteriormente simultanea sus primeras experiencias laborales con cursar un máster en la Universidad de Villanueva para llegar como becario a la sección web del Diario AS en 2018. Tras narrar en directo partidos de fútbol, regresa a la web. Fútbol e historias.
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Conciliar el deporte de alto rendimiento con el ámbito laboral no es sencillo. Y es todavía más complicado cuando hay que sortear las barreras de la discapacidad. Es el caso de Nuria López y Eva María Cambero, atletas con discapacidad y trabajadoras de Ilunion, una de las marcas patrocinadoras del II Congreso de Deporte en Positivo de AS y que favorece la integración deportiva. Un salvavidas para equilibrar sus carreras deportivas. Atletas con trayectorias paralelas, representan dos historias de esfuerzo, adaptación y transformación que responden a una pregunta a menudo enigmática: ¿Cómo se compagina la pasión deportiva con un empleo estable?

Nuria, trabajadora del departamento financiero, descubrió el atletismo tras haber pasado por disciplinas tan diversas como la halterofilia, el tenis o la gimnasia rítmica siendo usuaria de silla de ruedas. Por su parte, Eva, que debe convivir con su discapacidad visual, comenzó en la gimnasia rítmica, pasó por la velocidad y encontró su lugar en el triatlón, que compagina con su trabajo como fisioterapeuta.

Nuria recuerda con claridad sus comienzos y la problemática de la inversión económica, muchas veces infravalorada: “Estaba acabando la carrera y compatibilizar entrenamientos y trabajo fue complicado. El material adaptado era una inversión muy grande. Ilunion me dio todas las facilidades: horarios, desplazamientos, competiciones. Siempre sentí ese respaldo.”

“Yo empecé a trabajar cuando inicié el triatlón. Me faltaban esas ansias de competición que he tenido desde pequeña. Conocí a los que metieron en esto, de Ilusión, de fisio. Allí me dijeron que probara el triatlón. Son como héroes. Y dije: ¿Lo pruebo? Lo probé y empecé a competir. Viniendo de la velocidad, acabé en la resistencia. Tuve que aprender de cero a montar en un tándem, que es como pasar de conducir un coche a un camino, y a correr con un guía. Fue un reto muy grande del que estoy encantada. Necesitas material específico, ingresos propios. No puedes estar siempre dependiendo de tu familia. Adaptar la jornada laboral a los entrenamientos es todo un reto”, añade Eva.

Trabajo y deporte, en la balanza

La vida deportiva no es eterna, y el paso del tiempo invita a replantearse prioridades. “Al principio me esforzaba al máximo en todo”, confiesa Nuria. “Pero con los años, toca poner todo en la balanza. Según la temporada, el trabajo… todo tiene sus ciclos.”

Eva lo vive de forma aún más visceral: “¿Trabajo sin deporte? No lo veo. El deporte me equilibra. Como fisio, tengo que estar en forma, especialmente si trabajo con deportistas. Para mí es clave física y mentalmente.”

En su transición profesional, ambas reconocen que Ilunion ha sido un pilar fundamental. No solo por las condiciones laborales, sino por su apuesta por la inclusión y el acompañamiento en todas las etapas de su desarrollo personal y profesional.

Barreras todavía por tumbar

A pesar de los avances, el deporte paralímpico aún debe sortear obstáculos: desde la falta de entrenadores formados hasta la escasa accesibilidad en instalaciones o la carencia de recursos para material adaptado. “En mi caso, la silla de competición es esencial. Pero si pruebas un deporte y no te gusta, ya has tenido que invertir mucho. Falta gente formada, no solo entrenadores, para personas con discapacidad, y también en la parte de ayudas para el equipamiento deportivo. Este deporte siempre lleva asociada una herramienta”, explica Nuria, cuestionada sobre un escenario idílico de deporte inclusivo.

“Vamos muy despacio. Sin embargo, son pasos firmes. Todavía queda mucho camino respecto al deporte convencional. En gimnasia rítmica no había casi nada adaptado. Íbamos creando soluciones sobre la marcha: poner cascabeles a la cuerda, por ejemplo. En triatlón he tenido suerte con mi club, pero hay deportes que nadie se atreve a hacer por falta de medios”, añade Eva, que también expuso sus retos deportivos a corto plazo: “No estoy en mi mejor momento, pero quiero intentarlo. Por lo menos, llegar al campeonato de España”,

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El deporte, como la vida, se corre por etapas. Y tanto Nuria como Eva demuestran que, con el apoyo adecuado y una gran dosis de voluntad e ingenio planificativo, también hay meta más allá de la pista.

As Deporte en Positivo es un proyecto de compromiso social que fomenta los valores asociados intrínsicamente al deporte tales como el respeto, la equidad, la inclusión, la humildad, la disciplina o la diversidad. Frente a la crispación y al ruido que tan presentes están en la actualidad deportiva en los últimos tiempos, esta iniciativa recuerda que más allá de los goles, las canastas y los récords, el deporte tiene un gran potencial como elemento transformador de la sociedad.

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