Del Bosque: “El deporte es síntoma de nuestro progreso”

Con su semblante sereno, ese que desde la calma aceleró el pulso a todo un país, Vicente del Bosque, este sábado, abrió la última jornada de la sexta edición del FID Castilla y León ABANCA. José María García, en un diálogo entre periodistas con Mónica Marchante, puso el broche al congreso. Punto y seguido a tres días en los que el Auditorio Ciudad de León ha acogido cinco Champions, un Mundial de fútbol y seis de ciclismo, cuatro medallas olímpicas o un Tour de Francia. Y, sobre todo, tres días de reflexiones sobre ese sofá Chester rojo y sus sillas, lanzadera hacia la otra cara del deporte, la más humana, la que permite conocer y conocerse, vertebrar una sociedad un poquito mejor. Sentir el cariño de Wimbledon con Carla Suárez, escalar el Alpe d’Huez hasta la gloria con Carlos Sastre y emocionarse de nuevo con Iniesta en el 116. Todo eso han podido vivir aquellos que se han acercado al foro leonés y algo similar podrán experimentar aquellos que, del 29 de septiembre al 1 de octubre, acudan a la cita en Santander.

El FID no para. Las lecciones de Del Bosque, condecorado de forma especial por la organización, tampoco. “Si estamos aquí, es porque hemos ganado. Sin la victoria, nada es igual. Estamos en un país en el que hemos avanzado muchísimo. El deporte es un síntoma de nuestro progreso”, reflexionaba el exseleccionador con Roberto Gómez, a su derecha. “Los jugadores que a mí me gustan son aquellos que ponen la emoción en el centro. Los que inspiran y están dispuestos a escuchar. También los que son generosos. Y la lealtad es muy importante. En muchos momentos, es bueno que parezca que son ellos los que mandan… pero que hagan lo que tú quieres”, seguía, ofreciendo el prototipo de su jugador ideal.

En él, un nombre que encaja a la perfección: Raúl González. Uno que, sin embargo, en su momento, le supuso estar en el centro de muchos debates. En su mente, aún no han terminado. Vicente también los tenía con él mismo. “Siempre hemos llevado a aquellos que considerábamos los mejores, pero no sé si me arrepiento de no llevar a Raúl. Él no sólo es Real Madrid, siente pasión por el fútbol. Es muy exigente y tiene un porvenir fantástico en los banquillos. Algunos días, siento dolor por el hecho de que no estuviera. Una vez que no pude llevar a Senna también me pasó”, revelaba. Dudas que ya no tiene con las listas de Luis Enrique. “Soy ex, como indica mi presentación”, anticipaba con gracia. “Yo he sido, pero ya no soy seleccionador. Todo lo que haga Luis Enrique se hace en beneficio del fútbol español. Si ahora me pusiera a opinar de la lista, la gente pensaría que no soy el Del Bosque de siempre”, zanjaba.

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“Podemos aspirar al Mundial”

Cuando ve los partidos, Vicente ya no toma notas, como hacía (“puesto jubilado, puesto ocupado, decía mi padre”), pero sí confía en la Selección que viajará a Qatar, más allá de la táctica y los nombres. “No sé si ganaremos, pero estamos en ese grupo de favoritos. Podemos aspirar al Mundial. Ser campeón del mundo no sólo es jugar bien y tener buenos jugadores. También se necesita un poquito de suerte y nosotros, en el 2010, la tuvimos”, recordaba, desmenuzando el vestuario que alcanzó el Olimpo. “Hubo influencias externas muy peligrosas, pero se solucionaron. De hecho, hubo dos jugadores nuestros que recibieron el Premio Príncipe de Asturias por ello”, decía en referencia a Iker Casillas y Xavi Hernández, dos de los grandes puntales junto a Gerard Piqué o Sergio Ramos. “Si vosotros dos os lleváis bien, tendremos mucho ganado”, les dijo en su día Del Bosque, tal y como revelaba.

De ese pasado glorioso a la actualidad. “Yo no estoy en contra de los adelantos tecnológicos, pero sí es verdad que en algunos momentos la aplicación del VAR no ha sido la correcta. Ahí tenemos que ser un poco condescendientes con los árbitros. No sólo lo van a solucionar ellos, también el comportamiento de los jugadores”, valoraba, ensalzando, eso sí, el nivel de un fútbol español cuestionado en los últimos años. “El Real Madrid es campeón de Champions y podemos presumir de un momento bueno”, aseguraba, animándose, incluso, a bromear. “¿A Qatar? No, no, no… Cómo voy a ir yo a Qatar”, soltaba, arrancando los aplausos del público, como luego hacía José María García. De anécdota en anécdota. “Nadie en mi casa sabe de qué equipo soy, porque en todos los campos me hicieron algo. ¡En el Campo Nou me declararon persona non grata!”, exclamaba ante un público entregado. Las jornadas terminan, pero las historias se quedan.