De Valdés se redime con un quinto puesto prometedor en Lupa

El sol pegaba con fuerza en Lupa Beach, la playa de Budapest, situada a las afueras, un lugar paradisíaco donde los húngaros pasan los días de calor del verano. A las 12:00, después de la prueba masculina en la que no hubo participación española, María de Valdés y Ángela Martínez se lanzaban a por el top-10 en la carrera de cinco kilómetros. Tres vueltas circulares en un lago tranquilo y cristalino con los tiburones de las aguas abiertas, como la brasileña Ana Marcela Cunha, ganadora sin paliativos con 57.52.90.

Pero De Valdés, que en la primera jornada en el relevo de 6km fue descalificada por equivocarse y saltarse la tercera boya, se coló en el grupo de cabeza con una carrera agresiva y peleó el bronce hasta el final. No logró adelantar a la medallista de plata, la francesa Aurelie Muller (57.53.80), ni a la Giulia Gabrielleschi (57:54.90) ni a la alemana Lenoi Beck (57.56.20). Pero después llegó ella (57:59.00). Sonriente. Quinta del mundo. Qué manera de redimirse: “Estoy muy contenta. Llevaba mucho tiempo trabajando y ahora he conseguido mis resultados. Quiero agradecerle a mi familia y al entrenador”, valoró justo después.

De Valdés respetó el plan del director técnico, Sergi García. “Sabíamos que había siete u ocho favoritas. Le dijimos que tenía que pasar la primera boya entre las cuatro primeras”, dijo. Y De Valdés cumplió. Se colocó en el grupo de cabeza, entre la décima y la séptima posición, a rueda de la holandesa y finalmente séptima Sharon van Rouwendaal, campeona olímpica de 10km en Río 2016. “Debía estar codo a codo con las mejores”, comentó. De Valdés debía estar atenta a los ataques y a los cortes, y lo estuvo. Tras la segunda vuelta, por la que pasó séptima, el grupo se partió y ella estaba con el de los favoritos.

Ampliar

La confianza para un 10 kilómetros “más duro”

“A partir de era ya dependía de ella, de su fuerza. Claro que vimos algún error técnico, pero se quedó a un suspiro de la medalla”, explicó el director técnico. De Valdés aguantó el tipo y se le escapó por pelos ese bronce, por apenas cuatro segundos. Ángela Martínez, en su debut internacional en las aguas abiertas, finalizó en una muy meritoria decimocuarta posición. No logró engancharse al inicio al grupo de cabeza y quedó cortada en el segundo grupo, pero fue la más rápida. Procedente del 800 y 1.500, pruebas que ha nadado en el Duna Arena, su estreno en el lago Lupa fue prometedor.

Ahora le quedan los 10km, la prueba olímpica. “Será más dura, algunas se han reservado, es la prueba olímpica”, apunta García. Pero De Valdés ha derribado la puerta y “espero incluso hacerlo mejor”. “Esto le va a dar mucha confianza, que es lo que necesita, creerse que puede”, apuntan desde la dirección técnica. Un quinto puesto que, visto en rendimiento de España en la piscina, es como una medalla. Una alegría que llevarse al cuerpo en Budapest.