Kárate

Damián Quintero: “Quiero un último baile como la final olímpica”

El karateca, con más de 130 medallas, habla con AS un día después de anunciar su retirada, que será en los Mundiales de noviembre. Para luego, tiene muchas motivaciones.

Damián Quintero.
JESUS ALVAREZ ORIHUELA | DiarioAS
Albert Sancho
Nació en Alcanar (Tarragona) en 1998. Licenciado en Periodismo y Ciencia Política. En AS desde 2020, es redactor en Más Deporte. Con vocación polideportiva, ha cubierto presencialmente desde la Titan Desert a los Juegos Olímpicos de París. En 2023, fue premiado por su atención sobre la información paralímpica. En 2024, por la Federación de Remo.
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La dimensión de su leyenda es objetiva. La propia Federación Internacional le nombró “mejor karateca de todos los tiempos”. Su vida, sin embargo, pronto saldrá de los tatamis. Al menos, como deportista profesional. El martes, Damián Quintero (41 años) anunció su retirada, con la plata en los Juegos de Tokio y más de 130 medallas en total (nueve mundiales y 27 europeas) en su karategi. Un día después, habla con AS. Del 27 al 30 de noviembre, en los Mundiales de El Cairo (Egipto), vivirá su “último baile”, como lo definió en su vídeo de despedida. Para luego, y tras haber pasado por Supervivientes, tiene muchas motivaciones. “En general, el deporte me apasiona, así que estar metido dentro de la industria de cualquier forma me encantaría”, resume.

¿Cómo han sido las primeras horas tras el anuncio de retirada?

Intensas. Te da por pensar. Anoche, me acosté y dije: “¿Habré tomado la decisión correcta?”. Pero sí, es la correcta. Ha llegado el momento. Estoy más relajado. Ya veo el final del túnel. Hay una señal de stop, el 30 de noviembre, cuando acabe el Mundial, y a otra cosa. He preparado los Mundiales a tope y con ganas de competir, pero también con la sensación de que me apetecen otros proyectos.

¿Cuándo lo tuvo claro?

Creo que fue por enero, cuando nació la niña (Catalina, su primera hija). El año pasado, ya no competí tanto. Preparamos muy puntualmente los Europeos y el Campeonato del Mundo por equipos. Los resultados fueron buenos, pero al cuerpo ya le cuesta mucho más arrancar, duele más tras cada entrenamiento. Tengo, como decía, algunos proyectos tanto personales como profesionales que me apetece llevar a cabo. Con cuatro o cinco horas de entrenamiento cada mañana, por la tarde no me da la vida.

Una hija lo cambia todo, ¿no?

Completamente. Ahora, uno se da cuenta de lo dura y sacrificada que es la conciliación. Tengo la suerte de tener una mujer estupenda, que ayuda en todo lo posible porque sabe lo que me gusta competir, pero ahora la niña demanda todo. Es la primera prioridad, por supuesto, y no puedo cargar a mi mujer con absolutamente todo, que ya hace demasiado.

Damián Quintero: “Quiero un último baile como la final olímpica”
Damián Quintero, durante una visita a la redacción de AS. JAVIER GANDUL

Cuando su hija le pregunte por su carrera, ¿qué le dirá?

Pues no lo sé. Le diré que esa ha sido una de las cosas que papá ha amado durante toda su vida, algo que ha conformado la persona que soy a día de hoy: trabajadora, con sentido del esfuerzo... Yo creo que tiraría por ese lado.

¿Le gustaría que fuera karateca?

Uf, es muy buena pregunta. Pues no sé qué decir, la verdad. Por un lado, sí, obviamente, porque me haría mucha ilusión que practicara el deporte que ha practicado su padre durante tantos años. Por otro lado, es un deporte demasiado sacrificado para el resultado que le puede llegar a dar, si estamos hablando de que se convierta en profesional. Por supuesto, como práctica deportiva, 100% que lo va a hacer, porque los valores que transmite el kárate pocos deportes los tienen. Me gustaría que el deporte le ayudara como me ha ayudado a mí para formarse como persona, pero si tuviera que elegir un deporte sabiendo que la niña va a ser buena... pues elegiría otro.

¿Cómo era el kárate en el que empezó y cómo es el que deja?

Ha evolucionado muchísimo. No tanto como hubiéramos querido, pero sí que ha evolucionado. A nivel técnico, han cambiado muchas cosas gracias a la tecnología, por supuesto. En kata, quizás menos por la subjetividad que sigue existiendo y ha existido por el tema de los árbitros. En mi caso, se fue convirtiendo en mi trabajo. De un sueño de niño de ser el mejor del mundo, cuando era un hobby, a ser el mejor del mundo siendo un trabajo. Más no se puede pedir en ese sentido.

“No hicimos lo suficiente para mantener el kárate como deporte olímpico. La gente aún no lo entiende. Para salir en la tele, lo debe entender un niño y alguien de 90 años”.

Damián Quintero, sobre su deporte y los Juegos

Imagino que le hubiera gustado dejarlo siendo deporte olímpico.

Sí, obviamente. Lamentablemente, París decidió que no debía ser así y Los Ángeles, tampoco. Es un fastidio porque, al final, sobre todo los que hemos estado ahí, sabemos que ha sido la época dorada a nivel mediático y económico, pudiéndonos dedicar al 100% a ello. Ahora, volvemos un poco a lo de antes. La gente que quiera estar ahí arriba tendrá que sacrificar el trabajo o su formación para estarlo; pero, por otro lado, tienes que estar formado y tienes que trabajar para ganar dinero y vivir.

¿Hizo lo suficiente el kárate para mantenerse?

Yo creo que no. Obviamente, entramos porque fue en Tokio. Si hubiera salido aquella candidatura Madrid 2020 que se postuló, yo creo que en España el kárate no hubiera sido olímpico. Y no hicimos lo suficiente porque, a día de hoy, la gente aún no lo entiende. El combate todavía, pero en kata no se entiende. Y, en España, es lo que más ha salido y donde mejores resultados hemos obtenido. Pese a ello, no se entiende. Es el fallo que hemos cometido. Para que se vea por la tele, lo tiene que entender un niño de ocho años, pero también una persona de noventa.

Pregunta fácil. De las más de 130 medallas que ha ganado, ¿con cuál se queda?

Muy fácil (risas). La medalla olímpica es única, indiscutible y, ahora mismo, histórica, porque no se avista un futuro para volver en el corto plazo. Es verdad que todas las medallas tienen una historia. Fíjate, la de Budapest, ahora, tiene la historia del dopaje detrás (Mundiales de 2023, en los que este año ha recibido el oro por una sanción al turco Ali Sofuoglu). Cada una es especial por el momento, por el sacrificio que se hizo o porque también, a veces, haya tenido un poco más de suerte y haya conseguido una medalla que a lo mejor no me merecía.

Ha ganado tantas, que igual es más sencillo recordar las que no ganó. ¿Tiene alguna que le dé especial rabia?

Hombre, tengo alguna que otra por ahí. Cuando quedas cuarto, quinto... Aunque es verdad que todavía no he echado la vista atrás para responder bien. Cuando deje de estar en activo, quizás me siente y me pregunte qué historia esconde cada medalla, cuáles se me escaparon, etc. Entonces, me daré cuenta mejor de todo, pero creo que estoy contento en general con todas las medallas que he conseguido. Quizás le cambiaría el color a alguna, eso sí (risas), pero es lo que hay.

Damián Quintero: “Quiero un último baile como la final olímpica”
Damián Quintero posa para AS con varias de sus más de 130 medallas. JESUS ALVAREZ ORIHUELA

Para dedicarse plenamente al kárate, se mudó de Torremolinos a Madrid y dejó un buen trabajo de ingeniero en ATOS. ¿Cuál ha sido la decisión más difícil de su vida?

Pues quizás esa. El tirarme a la piscina un poco. Entonces, todavía no sabíamos si el kárate sería olímpico o no. Sonaban muchísimo las campanas, pero yo dejo el trabajo en verano de 2015 y hasta verano de 2016, en Río, no entramos dentro del programa. Fue una decisión meditada, como ahora la de la retirada, pero con mucha incertidumbre por si fallaba. Dejaba un salario bueno, un trabajo bueno y una estabilidad económica, pero, si quería preparar los Juegos, tenía que ser así y dedicarme en cuerpo y alma. Me convertí en autónomo a los pocos meses, porque había que intentar facturar cosas, y muy poco a poco fueron entrando los sponsors hasta que ya nos convertimos en olímpicos y empezaron las famosas becas.

¿Se arrepiente de algo?

Yo creo que no. Al final, aunque haya cometido errores, que los he cometido a montones, también he aprendido de ellos. Yo creo que volvería a hacer exactamente lo mismo, porque si he llegado hasta aquí de esta manera, por mi convencimiento y mi personalidad, debe ser así.

¿Cómo quiere que sea su último baile?

Pues perfecto. Que sea en la última ronda y que salga el kata perfecto. No sé si llegaré a conseguirlo, pero, por lo menos, que sea muy parecido a la final de los Juegos Olímpicos, porque salí tan tranquilo al tatami que lo disfruté. Y fue, yo creo, una de mis mejores actuaciones. Me lo espero así, sin nerviosismo, sin nada que demostrarle a nadie. Simplemente, yo y el tatami. Cada kata va a ser como la última vez que haga ese kata.

Este año participó en Supervivientes. Imagino que, tras ello, la preparación está siendo muy peculiar.

Ha sido duro. Sobre todo, porque había un verano de por medio, con una forma física muy mala, tras perder toda la musculatura, mal a nivel digestivo... Como tenía claro mi objetivo, me empecé a cuidar rápidamente. El cuerpo tiene memoria y ahora estamos bien. Me encuentro muy bien físicamente y los procesos están siendo muy buenos.

¿Cuánto peso perdió? ¿Qué etapas ha atravesado?

Llegué a la isla con 78,8 kilos y volví tres meses y medio después con 66. En verano, meto un pico de 82 kilos. Nunca había pasado de 80 kilos. Ahí es cuando hay que empezar a sudar y a entrenar. Empecé con la preparación física, con ir acostumbrando al cuerpo, a recordar, a cuidar muchísimo el trabajo explosivo para las lesiones. Poco a poco, fui recuperando esa masa muscular, las posiciones, todo. Sorprendentemente, pensábamos que íbamos a estar peor a estas alturas. Ahora mismo, estoy en unos 80 kilos de peso y explosivamente voy bien.

Llegué a la isla con 78,8 kilos y volví con 66. En verano, meto un pico de 82 kilos. Nunca había pasado de 80. Ahí es cuando hay que empezar a sudar y entrenar

Damián Quintero, sobre su paso por 'Supervivientes'

¿Su futuro pasa por la tele?

Quizás un reality de este tipo ya no, pero sí me gustaría algo más deportivo. Ahora mismo, me veo polifacético, tengo un abanico bastante grande con el que jugar. La tele es un sitio que no me disgusta. ¿Por qué no retransmitir unos Juegos Olímpicos? En mi vida hubiera pensado estar hablando así para una entrevista, por ejemplo. Quién sabe.

¿Qué otros horizontes tiene?

Tengo un programa de entrenamiento online que tenía abandonado y hace poquito hemos retomado. Quiero acercar mi manera de entrenar a la gente. Sobre todo, a la que esté mucho más lejos, como en Latinoamerica, que nos siguen mucho. A nivel federativo, ¿por qué no? Echar una mano para que cambien cosas y que se mire más por el deportista. Me veo más como gestor que como entrenador, creo que son puestos en los que vienen bien exdeportistas. En general, el deporte me apasiona, así que estar metido dentro de la industria de cualquier forma me encantaría. Me planteo, incluso, representar a deportistas.

Kárate significa ‘el camino de la mano vacía’. ¿Cómo definiría su camino?

Sería el camino del trabajo o de la perseverancia. Mi carrera ha sido a base de trabajar, de esfuerzo, de sacrificio, de tirar puertas abajo, de situaciones adversas constantes que he tenido que soportar. No hablo de temas de bullying. Simplemente, injusticias a la hora de seleccionarme o no, por ejemplo. He seguido hacia adelante entrenando, siguiendo el consejo de los que están cerca. Soy de los que opino que, si quieres lo del vecino, tienes que trabajar como el vecino para conseguirlo. No puedes envidiar. Me he centrado en mí, en mi trabajo, mi sacrificio y mi perseverancia.

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