Corretja: “Ferrero fue el héroe y yo aprendí a no ser envidioso”
El extenista estrena la octava edición del FID de León. La Davis del año 2000, la primera de España, entre sus reflexiones sobre deporte y vida.
Como la estrella del rock que es, este jueves, Álex Corretja dio el primer raquetazo en el Foro Internacional del Deporte Ciudad de León ABANCA. El extenista, ahora comentarista, fue el primer protagonista de la octava edición del evento, con un claro cariz olímpico. En año de Juegos, con París 2024 aún muy reciente, no podía ser de otra manera. Este viernes (19:00), el Auditorio de León recibirá a los héroes de la plata que cambió el baloncesto español, en Los Ángeles 84, representados por Juan Antonio Corbalán, Juanma López Iturriaga, José Manuel Beirán y Juan Domingo de la Cruz, así como a Marta y Rudy Fernández. Este sábado (18:00), será el turno para Amaya Valdemoro y Marta Fernández (natación paralímpica), por un lado, y el K4 de Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade. Todos recogerán el testigo de Corretja, que, pese a proceder de un deporte individual, centró su charla en el valor del trabajo en equipo.
“¿El tenis es un deporte colectivo o individual?”, preguntó para empezar Corretja. “El tenis, como la vida, es un deporte individual, pero que requiere del trabajo en equipo”, cerró el barcelonés, que, desde primera hora de la mañana, cuando también ofreció una rueda de prensa para los medios de comunicación, fue muy aclamado por todos los vecinos de León, ciudad en la que no había estado nunca. “La verdad es que estoy acojonado”, decía antes de sus primeras palabras delante de un auditorio abarrotado, que asistió a una conferencia titulada “Renovarse o estancarse”. “Creo que, cuando se llega a lo más alto, uno tiene que seguir mejorando, buscar siempre la perfección. La gente se sorprende cuando les digo que voy a clases de inglés, porque ya lo hablo por la televisión, pero quiero seguir mejorándolo”, lanzó Álex para iniciar sus reflexiones.
Como tenista, Corretja llegó a alcanzar el número dos del ranking ATP. En sus vitrinas, reposan una Copa de Maestros (1998), un bronce olímpico (en Sídney 2000, al lado de Albert Costa en la modalidad de dobles) o 17 títulos en el circuito, con Indian Wells y el Masters 1.000 de Roma. También la primera Copa Davis de la historia de España, con seis en total, el momento con el que empezó a recapitular episodios de su carrera. “En esa Davis, aprendí muchísimo a no ser envidioso de mis compañeros. Aprendí de la táctica y no me enfadé por no jugar el primer día, pese a ser el número uno del equipo. Tenía que pensar en el equipo y había que conseguir tres puntos entre todos. Juan Carlos Ferrero fue el héroe de la eliminatoria y la imagen (en la final, se ganó a Australia por 3-1). ¿Sabéis cuánto me preocupó eso? Cero. Yo tengo la misma réplica de la Davis en mi casa y fui igual de feliz. No fui envidioso y respetaba a mis compañeros, algo que creo que falta hoy en día en la sociedad”, expuso el extenista, que arrancó en varios momentos las risas del público.
La escalada del año 2000
Ese año 2000 fue uno de los más importantes en la carrera de Corretja, que venía de un bajón en el ranking después de acariciar el trono mundial. “Estuve a dos partidos de ser número uno, me vine abajo y caí hasta el número 25. Mi objetivo, en aquel año 2000, era volver al top-10, ganar la primera Davis para España y una medalla olímpica. Lo cambié todo, la raqueta, el cordaje, mi preparador físico...”, anticipó. Con paciencia, y tras un inicio complicado, funcionó. “En el primer Grand Slam del año, en Australia, medio minuto antes de entrar a jugar contra Lleyton Hewitt, me imaginé un triple 6-0... y el partido terminó 6-0, 6-0 y 6-1. Lo que pensamos, tiene mucha más importancia de lo que creemos”, siguió. “Visualizar mal, lleva a cosas malas... y visualizar bien puede llevar a cosas buenas. Meses después, volví a jugar contra Hewitt. La noche anterior, me visualicé ganándole. Y le gané. Ese año gané cinco títulos, ganamos la Davis y, con Albert Costa, conseguimos la medalla, que era muy inesperada”, concluyó en la travesía de aquel año.
Esta temporada, la del 2000, fue una de las que más le enseñaron a Corretja el valor del trabajo en equipo. Y la importancia de confiar en el proceso. “Todos los objetivos que nos marcamos con el equipo, los acabamos consiguiendo. Hay muchas veces que uno hace cambios en la vida o en la empresa y las cosas no salen a la primera, pero no hay que desesperar. La paciencia es fundamental”, concluyó, conectando conceptos. “Todo el mundo tiene que sentirse importante. Todo el mundo tiene que sentir que se le valora. Si eso no es así, las cosas no irán bien. Si hay problemas con un compañero, lo mejor es la comunicación y escucharnos los unos a los otros. Nos escuchamos poco”, añadió sobre la importancia de lo colectivo en cualquier ámbito individual. “Hay que perseguir los sueños. Y hay hacerlo con ambición, pero también con humildad. Un ejemplo perfecto de eso es Rafa Nadal”, cerró con el nombre de otra leyenda del tenis. Y conectando deporte y vida. La esencia del FID.
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