SANDRA SÁNCHEZ | GALERÍA DE CAMPEONES
“Con el kárate en los Juegos de París hubiera seguido”
Sandra Sánchez, que este martes presenta su propio documental, en Rakuten TV, visita la redacción de AS por su inclusión en la ‘Galería de Campeones’.
“Qué guay”, suelta Sandra Sánchez, que rebosa energía, al ver su imagen en la ‘Galería de Campeones’ del Diario AS. En la foto, de dimensiones generosas, realiza los últimos movimientos de su kata en los Juegos de Tokio, la que le valió el oro. “Ahí es cuando ya sabes que el trabajo está hecho, cuando lo sueltas todo”, explica. Está situada entre Fernando Alonso, que celebra su primer Mundial, y el adelantamiento de Marc Márquez a Valentino Rossi en el sacacorchos de Laguna Seca. Desde este lunes, la campeona olímpica permanecerá para siempre entre varios de los momentos más icónicos del deporte español. Junto a las recientes campeonas del mundo de fútbol, a las que apoyó en directo, es la última incorporación en las paredes de honor del periódico, en la sala de invitados. “Cada vez sois más chicas y es con total merecimiento”, celebra el director del AS, Vicente Jiménez, mientras le ayuda a colgar la instantánea.
“He dejado parte de mi corazón en el documental y me impresiona verlo”
La nueva vida de Sandra, que se retiró en julio del año pasado con un oro en los Juegos Mundiales, el único metal que le faltaba, no es menos intensa que la anterior. Lo confirma su marido y entrenador, Jesús del Moral, también exseleccionador nacional. “Qué guapa”, se le escapa al ver la foto. Conjuntamente, se han embarcado en un buen puñado de proyectos. Ofrecen seminarios alrededor del mundo y han lanzado ‘Chikara’ (energía, fuerza y poder, en japonés), una plataforma para compartir entrenamientos con ambos de forma online. “Cuando aún estaba compitiendo, nos llamaban para muchos seminarios. No podíamos acudir a todos por la exigencia de los entrenamientos. En su día, yo quise viajar a Japón para poder entrenar con diferentes senséis y, pese a conseguirlo, no fue fácil. Queremos facilitar ese proceso con las nuevas tecnologías”, detallan.
Sandra, además, ha publicado su primera colección de libros, “Kat karateca”, y este martes, desde las 19:00, en el Palacio de la Prensa de Madrid, en Callao, presenta su propio documental, titulado Karate-do: El Camino de Sandra Sánchez. A partir del jueves, estará disponible en Rakuten TV en 43 países europeos, y gratis. Luego, se extenderá a Japón o a Estados Unidos, el próximo destino (a Miami) de la mejor de la historia, siempre con la maleta lista. “He dejado parte de mi corazón en él, así que espero que os guste”, dice nerviosa e ilusionada. “Que me pellizquen, ¡que hay un documental sobre mí! “, se emociona. “Es flipante y me cuesta creer que sea yo. He visto muchas producciones de otros grandes deportistas y ahora me cuesta verme ahí. Sólo me han enseñado dos minutos en pantalla de cine y me sentí rara. Me impresionó mucho. Estaba acostumbrada a que me grabaran durante las competiciones, pero no en un ambiente familiar o en mis viajes”, detalla a horas de su presentación.
La idea surgió hace algo más de dos años y la duración es de sesenta minutos. En la producción, se compendian dos Mundiales, siete Europeos, el oro olímpico y todo el camino hacia ello, como reza el título. Y aparecen los pilares fundamentales de Sandra. Del Moral, por supuesto, pero también su primer maestro, Javier Pineño, que le transmitió el amor por el kárate cuando tenía seis años, sus padres, Serafín e Isabel, su hermano, Paco, o su inspiración, Rika Usami. “Una parte de mí que no es tan conocida”, resume Sandra, que tuvo que convencer a Jesús para que le entrenara, a lo Million Dollar Baby, y que no formó parte de la Selección española hasta los 32 años, teniendo que convencer a muchos de que su momento no había pasado. “Mi vida ha sido un poco a lo Benjamin Button”, bromea. Una producción de Hollywood.
El Maracanazo japonés
El oro olímpico de Sandra fue un Maracanazo. Venció a la japonesa Kiyou Shimizu, cuyo testimonio también aparece en el documental, en el país nipón, la cuna del kárate. En Japón, cuando va por la calle, le reconocen más que en España. “Después de los Juegos, empezaron a hacer reportajes sobre cualquier cosa, analizando qué comía, cómo entrenaba. Analizaron segundo por segundo la final...”, recuerda Sandra. “Le dedicaron portadas y portadas en los periódicos, no sólo en los deportivos. Sobre todo, por su saludo al seleccionador japonés (de rodillas, mostrándole su respeto conforme a los valores del kárate)”, añade Del Moral, que sufrió mucho en las horas previas a la final.
“¿Tú crees que hubiera ganado?”
El día anterior a la misma, se cambió el reglamento. Sandra dejó de ejercer como cabeza de serie y pasó a serlo Shimizu. “No lo entendíamos y no nos lo sabían explicar”, sigue frustrándose Jesús, que protestó sin éxito. A cinco minutos del duelo, tenía nulas esperanzas. “Que no y que no, que te la han liado y te la van a liar más”, le dijo a Sandra. “Siempre le he dicho la verdad”, se justifica ahora entre risas. La talaverana, sin embargo, lo tenía claro. “Yo iba a ganar”, reivindica. Y ganó en “los Juegos más raros del mundo mundial” debido a la pandemia. “¡Que alguien me lleve a los próximos! Me postulo para ir a lo que sea. ¡De bandera si es necesario!”, pide con la intención de vivir “una experiencia olímpica de verdad”, sin miedo a cruzarse con el resto de atletas ni con tests de antígenos diarios.
El kárate y los Juegos
Muy a su pesar, ningún colega de deporte vivirá unos Juegos en París. El kárate debutó en Japón y, tras ello, fue excluido del programa olímpico. Puede volver en Los Ángeles 2028, aunque la decisión, que debía tomarse hace escasas dos semanas, se pospuso y las perspectivas son negativas para sus intereses. Compite con el críquet, muy del agrado del presidente del COI, Thomas Bach, el flag football, una modalidad de fútbol americano sin placajes, el béisbol y el sóftbol, el lacrosse, el breaking, el kickboxing, el squash y el motor. En las últimas ediciones, se están premiando las disciplinas modernas y dinámicas, con la intención de conectar con el público joven. El kárate, un arte marcial que tiene sus orígenes en el siglo XVI, se aleja de esos estándares.
“Yo dejé el cargo de seleccionador el año pasado y no sé cómo está exactamente la situación. Por lo que me llega, sé de gente que podía vivir y entrenar de forma profesional y ahora tiene que trabajar de otras cosas para ganarse la vida. Unos Mundiales no tienen nada que ver con unos Juegos”, lamenta Del Moral. Si el kárate siguiera en el programa olímpico, todo hubiera sido muy distinto para Sandra. “Si estuviera en París, casi 100% seguro que hubiera seguido. Cuando me retiré, quedaban dos años para los Juegos, el ciclo olímpico era más corto y eso se pasa en nada, ya hubiera sido todo preparación para ese objetivo”, revela Sandra.
Pese a ello, su cabeza “no para”, aunque cada vez que hay un campeonato “sufre un pequeño bajón”, revela Jesús. “¿Tú crees que hubiera ganado?”, se suele escuchar en casa cuando tiene lugar un evento importante. “¡Ponme nota, ponme nota!”, le pide Sandra a su compañero en los entrenamientos de esas semanas, intentando recrear las tardes de éxitos y cariño en los pabellones de todo el globo, que fueron muchas. “La competición tiene una parte de adrenalina que es difícil de alcanzar por otro camino. Ese gusanillo de salir al tatami y de ganar, que también es una sensación que gusta”, se sincera Sánchez, que concluyó su carrera con 60 medallas seguidas y sintió esa “adrenalina” hasta la última.
El 29 de octubre, en Budapest, se celebrarán los Campeonatos del Mundo. Y la campeona olímpica los seguirá. “Lo miro todo, pero la kata femenina la estudio al detalle. Somos muy frikis y el que es karateca lo es para toda la vida”, reflexiona Sandra, que entrena “tres o cuatro” horas diarias. En los seminarios, realiza los katas con sus alumnos. “¡Y quiero que vean mi mejor versión! No quiero que piensen que ya no soy la de antes”, se defiende. “Se lo sigue dejando todo cada día, no sé cuánto más podrá aguantar a este ritmo...”, le pica Jesús. “También me lo decían hasta los 32 años y al final...”, le recuerda la campeona olímpica, de sonrisa y entusiasmo contagiosos. Así es la nueva Sandra. La de siempre. Una leyenda que sigue sudando. Y que luce entre los más grandes del deporte español.