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NATACIÓN | POPOVICI

“Con 12 años me di cuenta de que el talento no lo era todo”

David Popovici, doble campeón del mundo y plusmarquista de 100 libre, abre a AS las puertas de su vida en Bucarest, donde se prepara para marcar una época en la natación mundial.

Bucarest (Rumanía)
David Popovici / MATEI BUTA

En septiembre cumplirá 19 años y se emociona con la posibilidad de tener un coche, de empezar a estudiar la carrera de Psicología y de seguir “disfrutando” de su juventud en una ciudad “única” como Bucarest. Son las pequeñas cosas de un gigante como David Popovici, un prodigio nacido lejos de Estados Unidos y Australia, en un país de poca tradición acuática pero que ha dado a luz a una supernova. El rumano posee el récord mundial de 100 libre (46.86), es campeón de Europa y del Mundo de 100 y 200, empieza a explorar los 400 y ya fue finalista en Tokio 2021 con apenas 16 años. Sus padres han formado a una persona brillante, educada y culta y su entrenador, Adrian Radulescu, ha esculpido a un estoico y ha gestionado todo su talento para la natación. En el Hotel Marmorosch de Bucarest, un antiguo banco de la ciudad, Popovici recibe a AS en unas jornadas organizadas por Arena para hablar de sus metas y de las inquietudes del mayor tesoro de Rumanía que tiene todo para ser una de las estrellas de los Juegos de París 2024.

-¿Cómo vive un campeón del mundo a los 18 años?

-Me han llegado pronto estos éxitos. Fue sorprendente todo lo que pasó en el Mundial, pero creo que lo manejo bien. Mi vida es normal. Es la de un adolescente que quiere finalizar sus estudios secundarios, que tiene exámenes, que disfruta de una vida social común… Aunque tampoco tengo mucho tiempo, eso es cierto.

-Estados Unidos o Australia son una fuente de nadadores inagotable, pero no Rumanía. ¿Cómo explica lo suyo? ¿Vio ese don desde el comienzo?

-Era perezoso, pero porque era talentoso. El talento puede trabajar solo hasta los 12 años, por eso era vago. No quería hacer nada en los entrenamientos, buscaba excusas para salir de las sesiones o algo parecido. Luego en las competiciones me subía a los podios, pero solo porque tenía talento. Eso te ayuda hasta cierto punto. Uno crece y con 12 años me quedé fuera de los tres primeros en una competición. Fue raro, nunca me había ocurrido. Me di cuenta de que debía trabajar. Entonces empecé a entrenar duro. Mi entrenador, Adrian, me habló sobre el trabajo y la solidez de la natación para conseguir resultados.

-Al margen de sus cualidades físicas, su entrenador destaca su capacidad para focalizarse cien por cien en sus tareas. ¿Es uno de sus secretos?

-No creo que sea un secreto, es simplemente uno de los factores del éxito. Siempre he sido una persona tranquila y que se centra cien por cien en lo que hace. Es algo saludable que me inculca mi entrenador con su filosofía estoica. Hay que tener calma en todos los momentos de la vida. No tengo razones para estresarme. Un ejemplo son las carreras. Si la preparación está bien hecha, no tengo que ponerme nervioso antes de las competiciones.

-¿Esa manera de afrontar la vida le viene de su entrenador?

-Soy el resultado o el producto de cómo me han educado. Mis padres me enseñaron que el deporte no es un juego de vida o muerte o del bien y del mal. La diferencia está en décimas de segundo. No importa si uno pierde porque es parte del proceso. Tienes que estar equilibrado si ganas mucho o si pierdes constantemente. No debes excitarte con las victorias ni estar triste con las derrotas. Habrá momentos de forma para todo.

David Popovici.
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David Popovici.

-Con 18 años es un amante de la filosofía. ¿Qué tipo de libros lee?

-No sé decir el tipo exacto de libros, pero si empiezo uno y me gusta, lo acabo. El último que leí fue ‘El hombre en busca de sentido’ de Viktor Frankl, prisionero de Auschwitz que era psicólogo. Me fascinó cómo describía todo lo que pasó allí dentro, pero al margen de eso me aportó una perspectiva interesante desde la psicología. Es un libro que me ha ayudado mucho y me ha aportado conocimiento. Ahora estoy leyendo otro sobre la personalidad. Si tienes grandes principios morales y valores puedes llegar a ser una gran persona, y muy equilibrada.

-¿Y cuáles son para usted esos principios?

-Intento sacar lo mejor de la gente. Mis padres me enseñaron a respetar a todos y a ser agradecido. Entiendo que existe la presión, la gente tóxica y otros peligros, pero yo me focalizo en las cosas buenas de las personas. No quiero revanchas o pensar mal de alguien. Solo eso.

-Su madre es psicóloga. ¿Tiene claro lo que estudiará en la Universidad?

-Sí. Algo relacionado con la Psicología también. Me apasiona.

-No solo su entrenador es importante, también lo son y lo fueron sus padres. ¿Qué sacrificios hicieron por usted?

-Muchos. Ellos tenían que gastarse dinero para acompañarme a las competiciones cuando yo salía de Rumanía o se obligaban a levantarse temprano cada mañana para cuidar de que no me faltara de nada. No es un deporte caro, pero tampoco barato. Hicieron esfuerzos. Pero lo mejor es que no me presionaron. Nunca me forzaron, sino que me dejaron ser y hacer. Es una maravilla tener unos padres así.

-¿Cómo fue su niñez?

-Era un chico normal, pasaba mucho tiempo con mis padres y haciendo natación. Siempre tuve una vida saludable, siempre aprecié el deporte. Sabía que en el futuro me podía dar alegrías. Tuve mucha energía y por eso mis padres se decantaron por la natación. Me ayudó solo un poco, porque seguía siendo muy activo.

-¿Cómo vive en Bucarest?

-Es una ciudad única, pero es muy contraria, hay edificios que se caen y otros que son increíbles arquitectónicamente. Me encanta. Me gusta coger la bicicleta y pasear por las calles con el buen tiempo, seguro que luego después de la entrevista haré eso. Quizás puede ser una ciudad a veces algo ruidosa.

-Usted es una persona ya muy popular en Rumanía, todos le conocen y saben de usted, ¿qué pretende conseguir al margen de los éxitos deportivos?

-Quiero promover la cultura del deporte. Cuando fui de visita a Australia lo que más me gustó fue que esa manera de entender el deporte, que impregnaba las calles: béisbol, fútbol, natación… La gente hacía deporte con sus animales. Eso me gustaría que se viera aquí.

-¿No le atrae irse a estudiar a Estados Unidos y conocer el país por excelencia de la natación?

-Tengo aquí todo lo que quiero y mi vida es equilibrada. Quizás puedo decidirlo en algún momento, siempre hay muchas puertas para abrir ya sea allí o en otros países, pero quiero estar aquí con mis padres, mi entrenador y construir juntos el futuro.

David Popovici.
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David Popovici.

-Saltemos al agua. Ya es campeón de Europa y del Mundo, también plusmarquista en los 100 libre. ¿Cómo afronta 2023 y los Juegos de 2024?

-Mi objetivo no es ganar, no me focalizo en eso. Lo que quiero es dar lo mejor mí mismo. Si lo consigo y me preparo bien, ganaré. Las medallas son un bonus, pero lo importante es estar preparado, tener buenos planes de entrenamiento. Mi objetivo es el Mundial y luego los Juegos, pero, en resumen, puedo decir que mi objetivo es dar lo mejor, y entonces, si eso ocurre, seguramente ganaré.

-¿Le gusta ver natación o inspirarse en otros nadadores exitosos?

-Es muy aburrido, no tengo tiempo. Siempre vi natación en la televisión, como a Michael Phelps en los Juegos de 2008. Cuando era pequeño intenté hacer lo que él hizo, nunca lo logré. Intento coger pequeñas cosas de los nadadores a los que respeto para aprender y ser mejor.

-¿Qué cree que es lo más importante en los 100 y en los 200 libre y cuál es su favorita?

-Son muy diferentes. Me siento mejor en los 200 porque es más táctica, tienes que pensar más. Me gusta la dificultad, porque esta es una prueba difícil de planear.

-En el Europeo de Roma nadó los 400 libre. ¿La incluirá en su programa?

-La haré en el futuro. La entrenaremos y luego ya veremos cuándo podré incorporarla. Cuando esté preparado, nadaré seriamente los 400.

-En el Mundial de Budapest era muy esperado su duelo con Caeleb Dressel en los 100 libre, pero el estadounidense se retiró de la competición. ¿Le motiva esa carrera con él si se da en el futuro?

-Pienso que quiero a los mejores oponentes. En Budapest no participó más después de los primeros días y también Chalmers tuvo un problema en el hombro. Es importante que estén los mejores, aunque uno pierda una o dos veces contra ellos, pero para crecer lo mejor que todo sea más competitivo.

-Como amante de la filosofía, ¿se la recomienda a los jóvenes?

-Nosotros la estudiamos en el colegio los dos últimos años. Pero es muy diferente la que puedes aprender en el colegio, que es más la introducción, que lo que ahora me apasiona. Considero que la filosofía es un enorme aspecto de la vida, así es en la mía, y es bueno que se pueda enseñar en el colegio.