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‘Balón amarillo, bandera arcoiris’: la vida de Víctor Gutiérrez

El waterpolista del Real Canoe y secretario de Políticas LGTBI en el PSOE presentó su libro a en el que narra su historia personal: “Si hay personas que tienen miedo, queda aún mucho por hacer”.

‘Balón amarillo, bandera arcoiris’: la vida de Víctor Gutiérrez

Víctor Gutiérrez es uno de los iconos más emblemáticos del movimiento LGTBI en el deporte y ahora en la política, con su cargo desde hace un año de secretario de Políticas LGTBI en el PSOE. Waterpolista goleador (milita en el Real Canoe) e internacional (estuvo en el Mundial de 2017), ahora escribe su historia en el libro Balón amarillo, bandera arcoiris. Ayer estuvo en Barcelona, una gira que pretende concienciar y ayudar a los más jóvenes. “El deporte no sólo me ha dado todos los valores que tengo hoy en día, sino que también ha actuado de chaleco salvavidas cuando más lo necesitaba”, comentó el madrileño de 31 años, quien explicó abiertamente su homosexualidad después de una adolescencia en la que se culpabilizaba.

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“Hay muchos chicos y chicas que tienen miedo a la hora de enfrentarse a una conversación con sus padres para decir que son homosexuales. Así que mientras haya una persona en este país que tenga miedo y vergüenza por ser quien es, queda mucho por hacer”, añadió. A partir de su historia personal y su papel relevante como activista, Víctor Gutiérrez pone sobre la mesa las dificultades a las que el colectivo LGTBI se enfrenta en el deporte, y la importancia de visibilizar la diversidad sexual. A pesar de que cada vez hay más deportistas que se atreven a dar el paso y visibilizar su orientación, la homofobia y discriminación siguen presentes en gradas y vestuarios, y se siguen reproduciendo los mismos comportamientos que hace 40 años.

Gutiérrez pone encima de la mesa también los distintos baremos con los que se juzga el racismo y las conductas homófobas en el mundo del deporte: “Cuando hay un episodio de racismo se imponen sanciones, se cierran los estadios, se hacen campañas contra el racismo... En definitiva, hay una maquinaria funcionando para erradicar el racismo en el deporte. Pero, ¿y con la LGTBIfobia? No se recoge en las actas arbitrales, no hay campaña de sensibilización... Es decir, no se trabaja de igual manera una realidad y otra y esos comportamientos, al final, se acaban produciendo”, comentó.

El mismo waterpolista fue el primero en denunciar un insulto de este tipo en un encuentro jugado entre el CN Terrassa y el CN Sabadell hace dos campañas. Fue el primer episodio en el deporte español en el que se sanciona a un deportista por un insulto homófobo.