Antonio De la Rosa, a por el reto de la Antártida
El remero intentará, otra vez, lograr cruzar la Antártida el próximo 27 de diciembre. Un reto en el que estará 50 días remando y más de 20 horas al día.
El aventurero extremo español Antonio de la Rosa (Iscar, Valladolid, 1969) saldrá de Puerto Williams (Chile) el próximo el 27 de diciembre en su intento de ser la primera persona en cruzar en solitario hasta la Antártida a remo, a vela y en esquís en su proyecto Expedición Antártico en Solitario. Se trata de un desafío épico que plantea cruzar el estrecho de Drake a remo y en solitario desde el sur de la Patagonia, Cabo de Hornos, hasta la Antártida (1.000 km).
Después transformará la embarcación, llamada ‘Ocean Defender,’ de apenas 7 metros de eslora por 1,5 de ancho, construida en Cartagena, en un pequeño velero y continuar navegando una distancia promedio de 2.000 kilómetros que separan la zona peninsular del continente Antártico de la Isla de Georgia del Sur. Tendrá que enfrentar y superar una complicada sección de esquís y glaciares en la isla, hasta la estación ballenera de Husvik donde logrará completar el periplo.
En total recorrerá más de 3.000 kilómetros en un trayecto previsto de 50 días, remando, navegando a vela y esquiando. Se encontrará con temperaturas gélidas (hasta -20C), olas de 12 metros y vientos de 150 km/h. Cuando el tiempo se lo permita, remará más de 20 horas al día.
El vallisoletano ya tuvo que suspender su aventura, sin haber podido iniciarla, el 13 de diciembre año pasado cuando ya estaba en Chile. Se produjo entonces un retraso de tres semanas en la llegada del contenedor con la embarcación y cuando la misma estaba ya lista para empezar la expedición, el grupo, y Antonio incluido, se vio afectado por un contagio de Covid19: “He esperado un año y llevaba cuatro años en este proyecto. Creo que para afrontar cosas así hace falta determinación, pasión e ilusión y constancia”
De la Rosa , bombero de profesión, ya ha cruzado el Atlántico y el Pacífico a remo y ha navegado por las costas de Groenlandia con una tabla de pádel surf. “Este es el desafío más difícil; es el reto de mi vida, quizás haré otros, pero no creo que sean como éste. Llevo un repuesto de todo. La comida que transporto está deshidratada y liofilizada, todo metido en bolsas estancas, porque navegó a 20 centímetros por encima del agua y las olas me pasan por encima”, revela.
“Llevo muchos años y lo peor que he tenido hasta ahora es la congelación de tres dedos. No me asusta la soledad. En mi vida diaria soy una persona sociable, pero a la hora de plantearme mis retos no me planteo tener compañía porque la aventura auténtica es la que se hace en solitario. Es la más genuina, la más completa y la más difícil”, concluye.