Andrea Lasheras: la boxeadora que derrotó a un tumor en la cabeza
La tres veces campeona de España amateur estuvo un mes y medio en coma tras una operación por un tumor en la cabeza y, a día de hoy, vuelve a entrenar y ha dejado sorprendidos a los médicos.
Andrea Lasheras es el ejemplo perfecto de superación personal. La catalana, una de las boxeadoras más prometedoras del panorama nacional, fue diagnosticada con un tumor en la cabeza y tuvo que pasar por quirófano, llegando a quedar en coma y teniendo que despedirse de su gran amor: el boxeo. A día de hoy, Andrea sigue dando pasos de gigante en su recuperación, asombrando a todo su entorno con su gran progreso. “En otra vida, seguiré boxeando”, cuenta Lasheras a AS en el gimnasio que la vio crecer, Gallego Prada. Este fin de semana se proclamó campeona en Wodcelona, una competición inclusiva de CrossFit, dentro de la categoría adaptive, en neuromuscular.
La llegada de Andrea al boxeo fue casualidad. A los 18 años, practicaba básquet y, cuando acabó la temporada, un amigo la animó a probar lo que sería su pasión. Empezó tarde, pero a lo grande, cuando el boxeo era visto como algo “de hombres” y no se encontraban casi chicas en los gimnasios. Llegó a Gallego Prada y rápido se ganó el cariño de todos. Fue campeona de España amateur tres veces consecutivas, convirtiéndose así en una de las promesas que sonaban con más fuerza. Llegó a debutar como profesional en noviembre de 2021, fecha que se vio retrasada por la pandemia, venciendo por decisión unánime a la albanesa Griselda Torollari, también debutante, en la sala Razzmatazz de Barcelona. “Yo soñaba con ese día, era mi sueño”, recuerda.
En marzo de 2023, Lasheras iba a hacer su segundo combate en la velada organizada por su promotora, pero una terrible noticia sacudió sus planes. “Me hicieron las pruebas médicas, porque cada año se renueva la licencia, y te hacen un TAC y una resonancia. En una de estas pruebas salió que tenía un tumor benigno en la cabeza”, rememora la catalana. Le diagnosticaron un neurinoma del acústico, un tumor benigno al lado del cerebelo. “Es un tumor que va creciendo muy lento, lo hace muy despacito, y de hecho, hay mucha gente que lo tiene y no se opera porque va controlándose y ya está. Pero el mío estaba creciendo demasiado y el doctor me dijo que había que operar”, relata.
Andrea iba a pasar por quirófano en septiembre de ese año en una intervención que tendría una recuperación de dos a tres meses. “El problema es que mi operación no salió bien y, al abrir a operar el cerebelo, se inflamó. Tuve una hemorragia interna, dentro del cerebelo, y tuvieron que inducirme en coma al día siguiente”, explica Lasheras. La púgil llegó a estar un mes y medio en coma, estando hasta diciembre en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). “No respondía bien. Tuve una infección y me tuvieron que volver a abrir. Tuve mala suerte porque el postoperatorio se fue complicando, y al final tuve seis operaciones en ese tiempo, de septiembre hasta diciembre”, relata.
“Los doctores decían que no tendría actividad neurológica, que me quedaría en la cama”, revela. La catalana, derrochando coraje y corazón, fue mejorando día tras día, dejando atónitos a los médicos. “Supongo que es por la fuerza que tenemos los boxeadores, que estamos medio locos”, cuenta entre risas. Paso de la silla de ruedas a poder caminar, una recuperación extraordinaria que vivió rodeada de su familia y amigos. Gallego Prada le hizo un homenaje en su última velada y subió encima del ring a ver un emotivo vídeo desde sus inicios al día de hoy.
A pesar de la dura situación que tuvo que pasar, Lasheras se emociona cuando piensa en el boxeo. “Es lo único que me hace llorar, el boxeo. Todo lo que he pasado, bueno, pues lo he pasado. Tiro y ya está, pero el boxeo... En otra vida seguiré boxeando. Me cuesta mucho asumirlo, es que no lo voy a superar en la vida”, explica entre lágrimas. Andrea no se ha podido separar de su gran amor y visita el gimnasio cada vez que tiene ocasión, ayudando en las preparaciones y dando indicaciones en los sparrings a sus compañeros, que más que amigos, se convirtieron en familia. Vanesa Morell, púgil amateur, es una de sus personas más cercanas, e incluso se tienen tatuadas. Lasheras está volcada en ayudarla en su carrera, y Vanesa está para ella en todo lo que necesita. “Yo confío en que mi equilibrio se mejore un poquito más aún y que pueda estar. Me encantaría ser árbitro o alguna cosa relacionada con el boxeo, hasta juez”, cuenta.
Andrea entrena sin límites, tanto en boxeo como en CrossFit con sus hermanas. “El boxeo a mí me ha preparado para este momento. Llevo 12 años boxeando para prepararme para este momento, para superar esto. Si no, no lo hubiese superado, estaría aun en la silla de ruedas o en la cama, sin andar, sin hablar, porque no hablaba”, asegura la catalana. Cada día va mejorando un poquito más, luchando contra todo lo establecido y mejorando constantemente. “Tantos años de boxeo han servido para ahora levantarme y avanzar, porque si no estaría hundida, pero el boxeo me ha enseñado esto”, sentencia, con la mirada puesta en todas esas metas que seguro que cumplirá. Todo un ejemplo de superación.
As Deporte en Positivo es un proyecto de compromiso social que fomenta los valores asociados intrínsecamente al deporte tales como el respeto, la equidad, la inclusión, la humildad, la disciplina o la diversidad. Frente a la crispación y al ruido que tan presentes están en la actualidad deportiva en los últimos tiempos, esta iniciativa recuerda que más allá de los goles, las canastas y los récords, el deporte tiene un gran potencial como elemento transformador de la sociedad.