Adam Peaty, el renacido
El gran dominador de la braza en la última década, que se retiró en 2022 con depresión, TDAH y problemas con el alcohol, vuelve al podio mundial. “Me he vuelto a apasionar con el deporte”.
Suyo ha seguido siendo el récord del mundo, que estableció hace ya casi un lustro, el 21 de julio de 2019 en Gwangju. Suyos son los oros en los dos últimos Juegos Olímpicos, Rio 2016 y Tokio 2020. Pero, hasta ahora, Adam Peaty era un recuerdo, una preocupación, una incógnita. El inglés, auténtico dominador de la braza universal en la última década, ha vuelto. Pero no sólo a nadar, a competir. Lo ha hecho recuperando en Doha un cajón en el podio mundial en los 100 metros braza. Bronce. El primero desde su renacimiento, casi literal a juzgar por el aspecto de ‘Undertaker’, chaqueta larga y capucha, con el que comparecía a la final en el Aspire Dome.
Con un tiempo de 59.10 certificaba este lunes por la tarde Peaty su retorno, el que había comenzado el pasado octubre en las pruebas de la Copa del Mundo de Berlín y Budapest. Y que debe acabar de materializarse el próximo julio en París 2024, donde se encontrará con Haiyang Qin, que había aprovechado la larga ausencia del británico para convertirse en el rey de la braza en Fukuoka, y por el que Peaty se acabó de motivar a resurgir de sus cenizas. Las que parecían irremontables cuando en 2022 decidió tomarse un parón mental.
“Me he vuelto a apasionar con el deporte. Esto ha sido un gran paso para el gran objetivo de París”, esbozaba nada más terminar la carrera, por detrás del estadounidense Nic Fink (58.57), que completaba así su escalera de medallas (bronce en Budapest 2022, plata en Fukuoka 2023) y del italiano Nicolo Martinenghi (58.84). En ese tiempo, ha pasado el británico por una severa depresión, por problemas de alcoholismo y con un TDAH, transtorno de déficit de atención e hiperactividad, que no le dejaban centrarse en la natación, ni mucho menos competir al máximo nivel. Hasta ahora. Porque ‘The King’ ha vuelto.
Kohler, música y emoción
Y para nivelazo, el que ofrecía este lunes de principio a fin Angelina Kohler, que arrasaba el crono en la semifinal matutina del 100 mariposa y que se emocionaba por la tarde al confirmar su absoluto dominio con un 56.28 en la final, por delante de la estadounidense Claire Curzan y de la sueca Louise Hansson. Imagen que contrastaba con la de los instantes previos a lanzarse en la piscina, cuando se la veía en la ‘Last Call Room’ con cascos y gesticulando bajo la música como si estuviera ofreciendo un concierto.
Douglass cumple los pronósticos
Carrerón también el que se marcó la estadounidense Kate Douglass, que tenía todos los números para revalidar su título de campeona del mundo en los 200 estilos, como así fue. Incluso marchó a ritmo de récord en el primer tramo, 26.81, sólo la china Yu Yiting pudo avanzarla provisionalmente en el tramo de espalda, para tomar de nuevo la americana la iniciativa en braza y volar en crol, hasta el 2:07.05, sexta mejor marca de todos los tiempos. La canadiense Sydney Pickrem y Yiting completaron por este orden el podio.
Pilato sigue a Meilutyte
En los 100 braza femeninos, si por la mañana había quedado fuera de la final la vigente campeona mundial, la lituana Ruta Meilutyte, por la tarde también cayó por sorpresa la segunda de las favoritas al oro, la italiana Benedetta Pilato, quien permanece como la primera de las reservas para una final cuyos carriles centrales ocuparán Qianting Tang (1:05.36), Mona Mc Sharry y Chang Yang.
Rapsys manda en los 200 libre
Con un esprint final de los que le gustan, Danas Rapsys marcó el mejor de los tiempos (1:44.96) en las semifinales de los 200 libre, que tuvieron como segundo y tercer clasificados a Sunwoo Hwang, Lukas Martens, en el día después del bronce del alemán en los 400 libre.
Duncan Scott, uno de los favoritos, estuvo al borde de la eliminación, pero acabó octavo, después de que el plusmarquista de los 100 libre, Pan Zhanle, quedara apeado por la mañana de las preliminares.