Pinehurst desdibuja a Scheffler

Podría decirse que el 124º US Open arrancó este viernes realmente, cuando las condiciones empezaron a acercarse a lo que uno espera de este torneo. Los greenes de Pinehurst Número 2, de por sí diabólicos, amanecieron secos y duros. Comenzó la selección natural y el más fuerte, para sorpresa generalizada, no fue Scheffler, el golfista que con más autoridad ha dominado el PGA Tour desde el declive de Tiger Woods.

El texano, que el jueves se las apañó para rascar un +1 dignísimo para las seis calles que cogió, nunca se amoldó a la nueva lectura del stimpmeter, y eso sí que lo pagó con creces. Su +4 para +5 en casa club le dio para pasar el corte con alfileres. Habría sido el primero fallado para él desde agosto de 2022, en el St. Jude Championship. Le pusieron contra las cuerdas su doble bogey al par 5 del quinto, que se le atragantó tras fallar el green por la izquierda, una condena segura, y su nula producción de birdies, anomalía que a estas alturas puede considerarse casi un poltergeist.

Sorprende su caso por ser lo que es hoy en día, no por un contexto que fue de ‘sálvese quien pueda’, con solo 14 jugadores bajo par. Un tablón de US Open, de cuya cima se desprendió Rory McIlroy. El norirlandés, sin embargo, salvó los muebles en un día en el que los putts no querían entrar y, salvo acelerón improbable en la tarde, estará en rango de victoria el fin de semana con su +2 para -3.

Una pugna a la que se sumó el belga Detry, quien ya estuvo espléndido en el PGA Championship y este viernes firmó un -3 para -4. Por ahí arriba andan también el japonés Matsuyama (-4 para -2), el carismático coreano Tom Kim (-2 para -1) y el último jugador en unirse al círculo de campeones de majors, un Xander Schauffele que fue el mejor del partido estelar del día, el que jugó con Scheffler y Rory (-1 para -1). Y se mantuvo con un -1 para -4 DeChambeau, otro peligro.

Chacarra, KO

Quien concluyó su participación en este US Open, su primera experiencia en los grandes, fue el madrileño Eugenio Chacarra, que fue en dirección opuesta a la necesaria con un +3 para +8. Le marcó el doble bogey al 16 (salió por el 10), cuando había hilado seis pares seguidos y aún tenía opciones realistas de encaramarse a la mitad buena de la clasificación. Lo corrigió parcialmente en el 17, pero claudicó definitivamente con tres bogeys entre el 2 y el 7 maquillados con otro birdie al 9. La papeleta pasó a Puig, con más presión en sus deberes porque para él el billete al sábado era también el billete a los Juegos Olímpicos. Cumplió de sobra el catalán con un -2 para +4, directo al fin de semana y a París.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.