Olazábal y Singh: los viejos rockeros nunca mueren

Si aman el golf, descorchen una botella y alcen su copa por José María Olazábal y Vijay Singh. Bien lo merecen estos dos ‘viejos roqueros’, que este domingo concluyeron sus apariciones número 35 y 31 en el Masters de Augusta respectivamente. Las completaron de cabo a rabo en lo que ya son 20 cortes pasados para el de Hondarribia, campeón en 1994 y 1999, y otros tantos para el fiyiano, chaqueta verde del 2000, unidos por una buena relación. De hecho Chema recuerda siempre que tiene ocasión que la cena de campeones a base de cocina tailandesa que ofreció Vijay en 2001 ocupa un puesto privilegiado en su ranking particular.

El que tuvo, retuvo, y estos dos retienen toneladas de sabiduría golfística, con las que contrastan su golf de otra época, de golfistas sin trapecios y distancias moderadas. “He disfrutado cada momento, tengo que decir. Ha sido un regalo magnífico poder jugar este fin de semana (se enteró de que pasaba, por fortuna, a través de su caddie, Lorenzo Gagli, estando en aún en la casa que ha alquilado para esta semana, pues ahora tiene por delante torneos del circuito sénior y no tenía pensado volver a España). Creo que es la segunda vez en diez años o algo así. No esperaba jugar este golf esta semana, para ser sincero. Incluso el viernes pensaba que me quedaría corto, pero gracias al mal tiempo algunos cayeron. Obviamente es maravilloso que haya pasado 30 años después de mi primera victoria”, celebró Olazábal, que cree que ha jugado mejor que nunca en los últimos “seis, siete u ocho años”.

“Siempre que cruzo esa puerta estoy en paz conmigo mismo. Es un honor y un privilegio poder estar aquí. Es todo lo que puedo decir”, añadió antes de dedicar unas palabras a los jóvenes prodigios nórdicos, Aberg y Hojgaard, que han sido la sensación en su debut: “Les conocí en la Ryder Cup. La forma en la que le pegan a la bola, su swing... Hacen muchas cosas bien. No me sorprende que hayan estado en la pelea. Lo harán en muchos grandes más”. Para esas cotas hace tiempo que no están ni él ni Singh, que en cambio se las apañaron para mejorar a varios jovenzuelos y, sobre todo, a un Tiger Woods que vivió otro via crucis y tiró un +5 para +16 que le dejó en la última plaza. Olazábal, par este domingo, de hecho empató en +9 con Rahm; Vijay, otro para para +14, cerró 58º. Una carta de amor al golf (otra más) de parte de dos leyendas.

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