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ESQUÍ ALPINO | MUNDIALES

Odermatt firma un triple doblete

El esquiador suizo se corona campeón después de conseguir su segundo oro este viernes en el gigante de los Mundiales de esquí alpino.

El esquiador suizo Marco.
Alex PantlingGetty

El suizo Marco Odermatt confirmó su condición de nuevo dominador del esquí alpino al ganar este viernes el gigante de los Mundiales de esquí alpino de Courchevel y Méribel (Francia), en los que logró su segundo oro, después del de descenso, y completó otro ‘doblete’ al unir este nuevo título al olímpico de la disciplina que había festejado el año pasado en los Juegos de Pekín.

Odermatt, ganador de la última Copa del Mundo y líder destacado de esta, hizo buenos los pronósticos y capturó su segundo oro en estos Mundiales, al ganar en la larga, técnica, dura y exigente pista L’Eclipse de Courchevel –con salida a 1.730 metros de altitud y un desnivel de 450- con 32 centésimas de ventaja sobre su compatriota Loic Meillard –con el que firmó otro ‘doblete’ más- y con 40 de ventaja respecto al austriaco Marco Schwarz, líder tras la primera manga y que se tuvo que conformar con el bronce.

La nueva estrella del deporte suizo, que ya había cerrado el círculo el pasado domingo logrando el único título que le faltaba al ganar el descenso, demostró encontrarse cómodo en el trono del deporte rey invernal que había dejado vacante tras su retirada el austriaco Marcel Hirscher: plusmarquista en victorias globales en la Copa del Mundo (ocho, seguidas), en la que el salzburgués llegó a sumar 67 triunfos.

Ese trono, ahora, es todo suyo. Con todos los éxitos posibles festejados a los 25 años, Odermatt –que había arrasado hace cinco en los Mundiales júnior de Davos, en su país: en los que ganó cinco medallas de oro- compitió sin presión. Y en la segunda manga avanzó un puesto para arrebatarle la victoria a Schwarz, que había marcado el mejor tiempo en la primera manga; y al que acabó birlándole asimismo la segunda plaza Meillard, que avanzó dos puestos con el mejor parcial en la bajada decisiva y se quedó en propiedad la plata.

Odermatt saltó a la pista con el dorsal 1 y cometió un pequeño fallo en la parte intermedia del trazado que no supo aprovechar el noruego Henrik Kristoffersen –quinto este viernes-, que, acto seguido, se quedó a 83 centésimas del astro suizo.

Schwarz, tercero en salir a una pista con nieve cambiante y algunas zonas completamente heladas, no dejó escapar esa oportunidad. “Me sentí muy bien y los esquís funcionaron a la perfección”, explicaba entre mangas, el austriaco, que le colocó más de medio segundo al astro helvético, pero que perdió su ventaja a causa de un error en uno de los durísimos muros de la pista gala. Un fallo que aprovecharon los dos suizos para reforzar a la Confederación Helvética al frente del medallero.

El esloveno Zan Kranjec ocupaba -a 76 centésimas de Schwarz- la tercera plaza provisional tras una manga en la que se salió de recorrido el noruego Aleksander Aamodt Kilde, que no participó en la segunda. Y en la que el resto se había quedado a más de un segundo.

Meillard (a un segundo y 13 centésimas) y los austriacos Manuel Feller (a 1.27) y Stefan Brennsteiner (a 1.37) ocupaban los puestos del cuarto al sexto; y Kristoffersen aún podía aspirar al podio -“si” pasasen “cosas” que no sucedieron- desde la séptima plaza provisional.

A un segundo y 41 centésimas de Schwarz, que está completando unos Mundiales fantásticos, en los que, aparte de ganar plata en la combinada, había acabado sexto el supergigante y cuarto el descenso. Y en los que aún tendrá mucho que decir, sin presión, en el eslalon que cerrará los campeonatos el el próximo domingo.

Los treinta mejores afrontaron, en orden inverso al de la clasificación en la primera bajada, la decisiva segunda manga, en la que compitieron los sesenta mejores de los cien inscritos en una prueba que el barcelonés Albert Ortega y el vizcaíno Aingeru Garay, únicos españoles participantes, concluyeron en vigésima tercera y vigésima noveno posición, respectivamente.

River Radamus, que ganó oro por equipos con Estados Unidos y que podría intentar emular algún día a su paisano el genial Bode Miller, marcó la primera referencia a tener en cuenta, con el tercer tiempo de la segunda manga, antes de acabar duodécimo.

La válida fue la que, después, fijaría el francés Alexis Pinturault -oro de combinada y bronce en el supergigante- que no por casualidad tiene el palmarés que tiene y que comandaba la prueba a falta de los ocho mejores; antes de acabar séptimo: por detrás de Kranjec, que perdió el podio tras una floja segunda manga.

Otro galo, Mathieu Faivre, no pudo defender título logrado hace dos años en Cortina d’Ampezzo (Italia) y, a pesar de remontar cinco plazas, no pasó del decimonoveno puesto este viernes.

Kristoffersen mejoró a Pinturault -que compite en ‘su’ estación-, pero no pasó del quinto. El croata Filip Zubcic, octavo en la primera bajada, no lo hizo; y repitió ese puesto al final, beneficiándose de la salida de pista de Feller. Brennsteiner sí había mejorado a Pinturault; pero Meillard, con el mejor tiempo de la segunda manga, se aseguraba al menos un puesto en el podio. Del cajón se acabaría quedando a 26 centésimas, en cuarta posición, Brennsteiner, porque la tercera plaza, al final, se la quedó Austria. Pero no él.

Schwarz -’Blacky’, para los amigos- no pudo con la presión que le metieron los dos suizos, en un muy emocionante final. Patinó ligeramente en una zona helada y se conformó con el bronce; en espera del eslalon del domingo, en el que pedirá, de nuevo, cartas.

Odermatt demostró que su compatriota el legendario Pirmin Zurbriggen no se equivocó cuando, hace unos años, lo señaló como el futuro rey del esquí suizo. Le bastó el quinto tiempo en la manga decisiva para colocarse, con su segundo metal dorado, por delante de la estadounidense Mikaela Shiffrin, la gran estrella del esquí, que, de momento, lleva un oro y una plata; y que este sábado apuntará a su octavo título mundial, el quinto en eslalon.