El prodigio de la NFL que eligió entre béisbol o fútbol americano
Los primeros seis años de Patrick Mahomes como titular en la NFL entran en los libros de historia. El de los Chiefs llegó a ser elegido en el Draft de la MLB.
Patrick Mahomes es el rey indiscutible de la NFL. En la pasada madrugada, el quarterback lideró a sus Kansas City Chiefs hacia la victoria en la Super Bowl frente a los San Francisco 49ers (25-22), consiguiendo así el tercer anillo de su todavía corta carrera. Porque, a pesar de tener 28 años, el jugador nacido en Tyler, Texas, cuenta ya con unos registros dignos de entrar en el Hall of Fame de la NFL, y apunta a dominar la liga durante muchos años más. Sólo Tom Brady (7), Joe Montana y Terry Bradshaw (4) son los quarterbacks con más títulos que Mahomes en la historia. Una carrera de leyenda, y lo que queda. Todo ello, gracias a la decisión que tomó hace casi una década.
La manera de jugar de Mahomes es poco ortodoxa, rompedora con lo que normalmente hace un quarterback, y para explicarlo hay que remontarse al pasado. Hijo de Pat Mahomes, pitcher que pasó por seis equipos distintos de la MLB entre 1992 y 2003 (algunos como Boston Red Sox o Chicago Cubs), el ahora dos veces MVP de la NFL jugó desde bien pequeño a los tres deportes principales de Estados Unidos: baloncesto, béisbol y fútbol americano. La canasta fue lo primero que abandonó Patrick, mientras que en béisbol y fútbol americano ya sobresalía en el instituto.
Durante su etapa en el Whitehouse High School de Texas, Mahomes consiguió proezas como sumar 65 touchdowns totales en un año en fútbol americano, o lograr un no-hitter con 16 strikeouts en béisbol. Sus dotes para lanzar una bola, ya sea oval o esférica, llamaron la atención del todo el país y comenzó una guerra para atar al niño maravilla. Fue entonces cuando Patrick se tuvo que decidir entre dos opciones: seguir los pasos de su padre y optar por el béisbol o probar suerte en el fútbol americano. Ofertas no le faltaron en ningún sitio.
Su nombre apareció en la lista de jugadores elegibles para el Draft de la MLB de 2014, y las valoraciones que había sobre el juego de Mahomes eran más que positivas. Sin embargo, el tejano se decidió por el fútbol americano y se vinculó con la universidad de Texas Tech, también en su estado natal. A pesar de que su valor en el béisbol cayese en picado por esta decisión, Mahomes fue elegido en la 37ª ronda del Draft de la MLB por los Detroit Tigers. Nunca llegó a firmar un contrato con ellos, ya que su compromiso con el fútbol americano era firme, aunque en Texas Tech tuvo breves apariciones en el equipo de béisbol durante los dos primeros años. Tras arrancar su etapa universitaria como suplente de Davis Webb, un quarterback que solo ha sido titular una vez en seis años en la NFL, Patrick no tardó en hacerse con el puesto inicial.
Ya en Texas Tech se pudo ver que Mahomes estaba tocado por una varita. Registró auténticas barbaridades, como 734 yardas de pase en un partido (récord en la Division I de la NCAA), 5.052 yardas de pase y 53 touchdowns totales en apenas 12 encuentros en 2016... Como no podía ser de otra manera, estas actuaciones llamaron la atención de la NFL, y Mahomes decidió entrar en el Draft de 2017. No fue elegido el primer quarterback de su clase, honor que fue para un Mitchell Trubisky que ya ha caído en el olvido, sino el segundo. Con la décima elección de la primera ronda, unos Kansas City Chiefs que buscaban un cambio de aires apostaron por el niño prodigio tejano.
El plan con Mahomes era claro: sería suplente de Alex Smith durante el primer año, sin ningún tipo de prisa para adaptarse al exigente estilo de Andy Reid. Tras una campaña en el banquillo, en 2018 le llegó la hora a Patrick después de que los Chiefs se deshiciesen de Smith. Y, en su primer año como titular, Mahomes destrozó todo tipo de expectativas. Enamoró de inmediato a la NFL, y se llevó el MVP de la temporada regular tras sumar 5.097 yardas de pase y 50 asistencias para touchdown. Aquel año, los de Kansas City se quedaron en el AFC Championship (final de conferencia). El resto ya es historia.
En apenas seis temporadas como titular, Mahomes se ha convertido en la gran estrella de la NFL gracias a un estilo de juego que levanta pasiones y a ser sinónimo de victoria. En estos seis años, los Chiefs han alcanzado siempre la final de conferencia y cuatro veces la Super Bowl, la cual han ganado tres veces (todas con Mahomes como MVP de la final). Suma otros dos MVP de la temporada regular (solo él, Tom Brady, Peyton Manning y Joe Montana tienen múltiples anillos y MVP), y su equipo nunca ha bajado de los 11 triunfos en un año. Si las lesiones continúan fuera del camino de Patrick, la era Mahomes puede suponer un antes y un después en la NFL. El comienzo es de ensueño.