Millonario a los 10 años por una pelota de béisbol
El joven Zach Ruderman, que ‘cazó’ la bola del walkoff home run de Freddie Freeman en las últimas Series Mundiales, se embolsa 1,5 millones tras subastarla.
Hay formas y formas de convertirse en millonario. Pero pocas, o ninguna, tan aleatoria como la que le ha valido su fortuna a Zach Ruderman, un chaval de 10 años de Los Ángeles que desde el pasado fin de semana tiene un patrimonio de 1,56 millones de dólares (1,48 de euros) gracias a... una pelota de béisbol.
Lo del bueno de Zach es un ejemplo difícilmente mejorable de aquello de estar en el lugar y el momento adecuados. El pasado 25 de octubre, a la hora en la que Los Angeles Dodgers y New York Yankees disputaban en el Dodger Stadium de la ciudad californiana el primer partido de las Series Mundiales, él debía acudir a una cita en el dentista para retirarle los brackets, pero en una decisión que seguramente ya esté en la categoría de las mejores que ha tomado en su vida, su padre, Nico, decidió postponer la visita para llevar al crío a Chavez Ravine.
Ellos no lo sabían, pero mientras conducían hacia el estadio, los astros se alineaban a su favor. Porque horas más tarde, en la décima entrada del encuentro, Freddie Freeman bateó el primer walkoff home run (un cuadrangular para ganar el partido, que solo se da cuando el equipo que juega en casa, y que por tanto es el que cierra cada una de las entradas bateando, lo consigue en la novena o en entradas extra, pues en ese caso ya no hay posibilidad de respuesta por parte del rival) con bases llenas de la historia de las finales de la MLB. Es decir, un walk off Grand Slam. Una figura pocas veces vista y en el caso de la de Freeman, única en su clase, inédita hasta entonces en el Clásico de Otoño.
El azar quiso que la pelota saliera disparada hacia el jardín derecho, desde donde seguían el choque los Ruderman. Y entre Zach y su padre consiguieron atrapar la que ya es la segunda bola más lucrativa de la historia del béisbol, subastada por SCP Auctions y vendida por la friolera de más de un millón y medio de dólares. Más de lo que se pagó por la del 62º home run de Aaron Judge en su épica temporada 2022, y algo más de la mitad de la cifra alcanzada en la puja por la del 70º cuadrangular de Mark McGwire en 1998, entonces el récord de la liga en una sola campaña, después manchado por la confesión de McGwire, que admitió haber tomado esteroides en esa época en la que campaban a sus anchas por las franquicias, como demostró el Informe Mitchell.
Volviendo a los Ruderman, Zach por ahora recordará este momento como “el mejor” de su vida, según aseguró a MLB.com. Una sensación que seguramente se reforzará, si es que para entonces no ha generado ya recuerdos mejores que ese, cuando cumpla la mayoría de edad y tenga acceso a su nutrida cuenta corriente.
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