“‘Método Salmón’ pretende hacer la vida de cada persona un poco mejor, le guste o no el deporte”
Fidel Alonso (Madrid, 8-8-79) es autor de ‘Método Salmón’. Un tumor en una rodilla le impidió, a los 13 años, fichar por el Atlético. Superó enfermedades y adversidades hasta llegar al snowboard donde encontró la felicidad.
¿Quién es Fidel Alonso?
Una pequeña navaja suiza. Soy un chico de Madrid de familia andaluza. Mi pasión desde el primer momento había sido el balón y el fútbol, cosa que conseguí con el tiempo aun teniendo las cosas bastante en contra, conseguí finalmente. Pero como siempre he sido un culo inquieto, me llamaron la atención otros deportes alternativos que no tienen nada que ver con el fútbol ni con el trabajo en grupo, en deportes individuales como el monopatín, el surf. Posteriormente apareció el snowboard de mi vida, deporte de nieve, totalmente de manera rocambolesca, prácticamente a los 18 o 19 años, Una edad totalmente tardía para esto. Me enganchó tanto que decidí tirar para adelante con todo.
Detrás de todo hay una historia de superación.
Yo tenía pasión por el deporte, pero era francamente malo técnicamente con cualquier cosa que hiciera. Era un niño muy desgarbado. Tenía siempre bastantes enfermedades. Me pasaba de todo. Cada dos años me operaban de algo. Tengo unas 14 cirugías. No es que fuera un niño de cristal, pero tenía enfermedades cada dos por tres a cuál más rocambolesca. Nadie me quitaba la idea de querer hacer deporte y yo lo quería hacer como profesión porque me apasionaba. Las enfermedades y falta de habilidades no le lo pusieron fácil. No tenía la suerte de que un entrenador o un club creyera en mí. Poco a poco no cesé en mi empeño y a medida en que a otros chicos les dejaban de lado si no hacían bien su deporte, por ejemplo, en el colegio no me pasaban mucho la pelota, había compañeros que dejaron de hacer deporte por no sentirse ridiculizados. Yo, en cambio, todo lo contrario. Juego solo. Así que le pedí a los Reyes Magos una pelota y me bajaba en la esquina de mi casa a jugar y a aprender yo solo. Me preguntaba de qué manera podría aprender para que un equipo se fijase en mí. Y así vino el primer equipo de barrio. Parecía que, por fin, esa técnica que yo probaba de manera autodidacta pudo tener un poco más de peso. Empezaron a darme algunos minutos en el barrio e intentaba hacer lo que otros no hacen”.
Tenía pasión por el deporte, pero era francamente malo técnicamente con cualquier cosa que hiciera. Era un niño muy desgarbado. Tenía siempre bastantes enfermedades”
¿Enfermedades extrañas de qué tipo?
De todo tipo. Por ejemplo, desde una inflamación del bazo a una hernia inguinal o a la más grave que me impidió en aquel momento fichar por el Atlético de Madrid cuando destaqué un poquito, que fue un tumor en la rodilla que me identificaron con 13 años y ya no quisieron saber nada de ahí. Me costó porque con siete u ocho años era técnicamente muy malo, pero cuando hice todo este juego autodidacta conmigo mismo, con 11 o 12 años parece que desperté la biomecánica en mi cuerpo y ya con 13 tuve esa propuesta del Atlético a través de un cazatalentos para fichar por sus categorías inferiores. Y alas dos semanas salió lo del tumor. Sin hacer mucho spoiler del libro, ese fue uno de los parones. Después, un neutomax espontáneo, una afección del pulmón, me tuvieron que operar de los oídos, de tabique nasal… mil cosas a cuál más rara y cada dos años me tocaba pasar por el hospital.
¿Cómo superó el revés de no poder ir a Atlético?
Eso fue duro. Pese a tener 13 años era un sueño porque yo quería ser futbolista. Como desde tengo uso de razón me decían que era malísimo, imagine lo que supone que alguien te diga que, de repente, te quiere fichar un club que tiene un equipo profesional. Mis padres no me decían lo que tenía en la rodilla a, principio que era, Se que estaban preocupados. Fue un chasco muy duro. Llevaba una tristeza interna muy grande. El club después no quiso saber nada de mí. Pensaron que era un juguete roto. Decidí comenzar en el patio del colegio al fútbol sala. Y ahí comenzó todo. Y ahí mi carrera fue fulgurante.
Un tumor en una rodilla me impidió fichar por el Atlético cuanto tenía 13 años. Me había descubierto un cazatalentos”
¿En qué equipo?
En el Torrejón. Coincidí con campeones del mundo. Pipe, Lillo, Carlos Muñoz, Quita, porterazos como Manel, brasileños como Alexande Minique… fue para mí un sueño poder llegar a uno equipo consolidado de Primera como era el Fiat Carnicer Torrejón. Teníamos el derbi y compartíamos cancha con el Inter Movistar. Esa experiencia duró muy poco porque sentí sinceramente que me había realizado.
Prosiga.
Me costó mucho aprobar los estudios porque tenía dedicación deportiva. Entrenaba y tarde. Eso lo cuento en el libro con simpatía y parece que me hice un doctorado. Sa sensación que tuve cuando llegué a Primera División después de tantos años de trabajo fue de liberación. Estuve un año. Esa es la espina que me quedó porque no me consolidé. Llegué, probé, jugué algunos internacionales de clubes en Grecia, Holanda, Bélgica… pude ver el fútbol sala europeo y en Torrejón duró poco. Entonces surgió la posibilidad del snowboard.
Cambio radical
Cuando practico snow es la primera vez que me dicen que algo se me da bien. Me decían que era una máquina y yo respondía que era futbolista, pero que venía de tapado por el tema del contrato. Me gustó y fue determinante. Por eso pedí la carta de libertad en el club con José Carnicer, que falleció. Me dijo que tenía las puertas del club abiertas. Era un hombre muy particular. Tenía amigos y enemigos. Era un apasionado. Nunca tuve que has de él. Y me fui a mi sueño, que era otra cosa diferente.
¿Encontró en el snowboard su hábitat natural?
El balón había sido mi vida y lo va a seguir siendo. Por eso sigo vinculado de algún mod o al fútbol y al fútbol sala. El snowboard me do la vía de escape que no había encontrado en otros deportes. Me permitía expresarme a mi mismo solo o acompañado. Ene l fútbol dependes de otros factores, un entrenador que te ponga o te quite y que los compañeros funcionen contigo y que la máquina funcione. En el swowboard estás tu solo con la montaña y una tabla. Eso permite liberarte y con 45 años complidos tengo esa sensación tan buena de lo que es sentirse libre.
Cuando practico snow es la primera vez que me dicen que algo se me da bien. Me decían que era una máquina y yo respondía que era futbolista, pero que venía de tapado por el tema del contrato”
Háblenos de su libro.
‘El Método Salmón’. Todo el mundo sabe que el salmón es el único pez o de los pocos que va contra corriente. Su propósito es volver a lo alto del rio que es donde nació. Es un poco antinatural. Me he sentido así todos estos años, un rara avis, una persona que intentaba cumplir su sueño, que no eran del todo descabellados, pero sí muy complicados acorde a la sociedad. Pretendo que muchas personas, uno, no tengan que pasar por unos pasos que, creo, son innecesarios y se pueden llevar con asesoría. Y dos, que la gente aprenda a través de otras personas como la mía aprenda a ser feliz cada día y no esperar a mañana. Pretende hacer la vida de cada persona un poco mejor, cuando lo lea, independientemente de que le guste el deporte o no porque está aplicado a las emociones, a la empresa, al mundo laboral, a, entendimiento, la gestión de tu día a día a como nos comportamos con nosotros mismos, como nos hablamos y a los demás y cómo gestionamos nuestro día a día ante problemas que se encuentra un salmón. El salmón se encuentra presas, osos y las tiene que pasar canutas para llagar arriba. No todos lo consiguen”.
¿Cuándo se publicó?
Se ha publicado con mucho éxito, esa es la verdad. Muy buena acogida. Lleva aproximadamente un par de semanas y está siendo tremendo. Se está agorando en algunas Casas del Libro. La presentación en Madrid fue una locura. Vinieron amigos y gente del deporte como Bernardo Schuster, comentaristas como Carlos Martínez, cantantes como David Otero, amigos de la infancia…fueron casi 200 personas. El proyecto nació nace nueve años y me lo tomé con mucha calma porque no cuento una historia inventada. Es autobiográfico porque cuento mis experiencias a través de diferentes anécdotas de manera sencilla y fácil. En cada capítulo hay un cierre donde los lectores se llevan un aprendizaje. Está a la venta en las principales plataformas como Amazon, Corte Inglés, FMAC, Casa del Libro… en toda España y Latinoamérica. La editorial es Profit. Y dentro de Profit está Amat. He tenido a Roger Domingo, de Planeta, un editor inmejorable y que ha creído en mi proyecto.
Todo el mundo sabe que el salmón es el único pez o de los pocos que va contra corriente. Su propósito es volver a lo alto del rio que es donde nació. Es un poco antinatural”
¿Y ahora que viene?
En Sevilla (este jueves 7 de noviembre). Es un evento que se llama ‘Escuela Cultura de Paz’. Entregan los premios ‘Paloma de Plata. Dos futbolistas del Betis, Bellerín e Isco, van a ser premiados aparte de personalidades del arte, la cultura. Es la tercera vez que voy a la gala. Dono una tabla de snowboard o materiales chulos para la rifa. Hacen una labor envidiable en sitios donde realmente se necesita. En concreto con la Meraki Smile School. Se llega donde niños pequeños viven en un vertedero y han hecho una escuela, tienen un plato de comida caliente al día y tienen su ropita y estudios. Consiguen que algunos de ellos vayan a estudiar a Europa. Es la cena de Gala. Y al día siguiente en el Parlamento andaluz se entregan estos premios Paloma de Plata. Apadrinan Vicente Del Bosque e Irene Villa. Otros premiados serán Mago More y su compañera de vida Rosalía.
Y para ir terminando. ¿Cuál es el momento actual del snowborard?
Hubo un momento de boom en que empezó a ser el deporte guay de tipos con unas tablas que daban saltos y hacían anuncios. Hubo un momento valle en que se estancó y ahora está resurgiendo. El mejor ejemplo es que es modalidad olímpica.
¿Habrá Salmón 2?
Tengo fondo de armario para un segundo libro. Ojalá a no mucho tardar.
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