Mahomes se alía con los dioses y los Chiefs siguen invictos

Paradojas del fútbol americano, los actuales Kansas City Chiefs no brillan tanto como en temporadas pasadas, sobre todo porque Patrick Mahomes no está tan excelso como de costumbre, pero ganan más que nunca. Por tercera vez en la historia de la franquicia (2003 y 2013), y por primera en la carrera del quarterback, los vigentes campeones de la NFL han comenzado el curso con nueve victorias consecutivas y ni una sola derrota. Sufren, lo pasan mal y caminan sobre la cuerda floja, pero los hombres de Andy Reid siempre encuentran la manera de prevalecer. Este domingo, batieron a los Denver Broncos por 16-14 en un final prácticamente milagroso, pues bloquearon a los visitantes un field goal sencillo con el cronómetro a cero.

Son numerosos los partidos que los Chiefs han podido perder perfectamente, como el inaugural ante los Ravens, o frente a los Bengals, los Falcons o, sin ir más lejos, la pasada semana ante los Buccaneers (ganaron en la prórroga). Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe, es lo que puede pensar cualquiera, pero de momento los de Kansas City, en su misión de ser el primer equipo de la historia que gana tres Super Bowl seguidas, no caen de ninguna de las maneras. En estas nueve victorias, los Chiefs acumulan 58 puntos más que sus rivales, un dato que explica que no vencen con demasiada holgura y que es bastante corto teniendo en cuenta que los líderes en esta estadística, los Detroit Lions, suman 110 puntos a favor en su inicio de 7-1. De hecho, en 34 ocasiones en la historia de la NFL un equipo ha empezado con 9-0, y los 58 puntos de diferencia favorables de los Chiefs son la menor renta en esta lista de invictos (supera el +60 de los Indianapolis Colts en 2006).

Por segunda semana consecutiva, al menos Mahomes consiguió no ser interceptado, algo que sí le había sucedido en sus siete primeros partidos, aunque esta vez tuvo que pelear de lo lindo ante la rocosa defensa de los Broncos, un equipo que está compitiendo más incluso de lo que se esperaba. Le costó al ataque de los Chiefs, que en sus tres primeras posesiones solo pudo sumar tres puntos, y los de Misuri llegaron a verse 3-14 por debajo en el marcador. Rompió la muralla Mahomes con una buena posesión que culminó en pase de touchdown para su fiel Travis Kelce. Los vigentes campeones han perdido a Rashee Rice, Hollywood Brown o Isiah Pacheco, piezas importantes en su ofensiva, pero el que siempre está Kelce, incluso en la primera temporada en la que está dando muestras de que la edad (35 años) no perdona a nadie.

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La defensa, el gran baluarte de estos Chiefs, dio un paso adelante en la segunda mitad y dejó a cero a los Broncos, con Bo Nix quedándose sin ideas. Lo aprovecharon los locales aunque de aquel modo, ya que solamente sumaron gracias a dos patadas de Harrison Butker, aunque eso fue suficiente para colocarse con dos de ventaja en los instantes finales. Acostumbrado a tener el balón en sus manos en la posesión más caliente del partido, como en la pasada semana frente a Tampa Bay, esta vez a Mahomes le tocó ver los toros desde la barrera: los Broncos hilaron una gran posesión final, y le brindaron a su kicker, Will Lutz, un cómodo chut de 35 yardas a falta de un segundo para ganar sobre la bocina. Pero llegó el milagro: en un vuelo como si se tratase de Superman, Leo Chenal logó tocar y desviar la patada de los Broncos, y con ello dar por finalizado el encuentro. De verse sumando su primera derrota con el año, a continuar dominando la NFL con puño de hierro y un balance de 9-0. Estalló de euforia Mahomes, que corrió por todo el campo, al igual que el resto de integrantes de unos Kansas City Chiefs que, de algún modo u otro, ya incluso por inercia o con ayuda de todos los dioses posibles, solo ganan, ganan y ganan.

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