Maestros pirenaicos en el oficio de la ultraresistencia

Los tiempos cambian. Y las marcas se aceleran. Hasta en la tranquilidad del Pirineo catalán todo se agita. Pero el oficio de la montaña no cambia. Al menos en el fin de semana en el que Bagà vibra como epicentro de la Salomon Ultra Pirineu que corona cada año a los grandes maestros de la montaña.

Lo confirmó Dmitry Mityaev, el gran campeón de gemelos cincelados por la pendiente. Escribió el corredor ruso su carrera particular hasta que quiso imprimirle su jerarquía natural. Después de superar algún que otro altibajo inicial se marcó 100 kilómetros a saltos en 10 horas de experiencia pura (10:27:38).

“Estoy muy cansado, pero también muy contento. Mi plan era correr más rápido al principio, pero mis primeras sensaciones no fueron buenas. Tuve molestias musculares. Luego sí hice una segunda parte muy buena”, comentaba con AS después de la parada obligatoria en el control antidopaje. Su segundo triunfo aquí sabe realmente bien. “Bagà es muy especial. Tiene un ambiente muy agradable. El cariño de la gente lo hace una carrera diferente. Amo este lugar”, apuntaba feliz Mityaev, afincado entre las montañas de Andorra y el norte de España.

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Completaron el podio en la categoría masculina Abel Carretero (10:35:23) y Raúl Butaci (10:44:00). Las suyas fueron otras dos grandes lecciones de gestión de carrera. “Ha habido mucho nivel y todo ha estado muy igualado. En el kilómetro 60 habían pasado seis corredores en un margen de apenas cinco minutos. En los últimos años nunca había pasado esto”, concedía Carretero tras cruzar la meta.

“El despertador ha sonado hoy a las cuatro de la mañana. Ha sido un día largo, pero a la vez motivador. Y cuando te sale bien es muy agradecido. Ha habido otras veces que no me ha salido y también ha tocado aprender a resurgir. El deportista de élite entrena, pero no es una máquina. Influyen muchísimos factores, especialmente en la ultraresistencia”, razonaba.

Certera reflexión. Por el camino se habían quedado grandes nombres. Como Miguel Heras, obligado a abandonar por molestias estomacales. “Soy uno más”, había recalcado con humildad en la previa esquivando las etiquetas de favorito para la prueba y leyenda de este deporte.

La aventura había comenzado para todos a las cinco y media de la madrugada con la emocionante salida que ya es tradición en Bagà. Con la banda sonora de la película El Último Mohicano atronando. Con los corredores y el público sincronizando palmas. Con los vecinos asomando por esquinas y balcones. Entre corredores, fotos y abrazos. Y una combinación de nervios y emoción rumbo a la cuenta atrás final. “Hay muchos nervios y también muchas ganas de salir. ¡Estoy con ganas desde el lunes! Vamos a intentar terminar si puede ser en menos de 22 horas”, apuntaba Pablo antes de su primera Ultra. “Es súper emocionante ver aquí a todos los corredores con tantas ganas”, resumía Laura también antes de estrenarse en la distancia. “El objetivo es el de siempre: acabar”, apuntaba un veterano ya con tres pruebas en sus piernas.

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Y después de un inicio con noche cerrada asomaría un gran sol rojo entre las montañas. Un amanecer de película como gran regalo al paso de los corredores por La Molina. “¡Valientes! ¡Som-hi! ¡Vamos!”, jaleaba el público arropando a cada uno de ellos en plena pendiente. Y no paraban de sonar los cencerros.

Y de ahí un subir y bajar continuo. De Serrat a Cortals pasando por Aguiló, Gósol, Estasen y después Gresolet. Y en el refugio Vents del Cadí, un avituallamiento clave para encarar el tramo final de la carrera. Con hidratación burbujeante de Dmitry Mityaev. Agua con gas y rumbo a St. Jordi antes de afrontar la bajada final.

Y resuelta la intriga en la categoría masculina ya sólo quedaba por despejar las tres incógnitas del pulso femenino. Poco más de dos horas después la gloria era para Julie Roux (12:30:35), seguida de Ekaterina Mityaeva (12:38:20) y Gemma Arenas (12:41:11). “Para mí este segundo puesto es un resultado maravilloso. Disfruté. Creo que mi gran virtud son las segundas partes de la carrera”, analizaba la rusa Mityaeva.

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El maratón 42K.

Antes el maratón de montaña también había asegurado espectáculo con una tercera victoria consecutiva de Robert Pkemoi. Imbatible otra edición más, esta vez con una marca de tres horas y media (03:30:49). “Estoy más contento que cansado. Di lo mejor que tenía. Disfruté corriendo en solitario”, compartía.

Completaron el podio masculino Alex García (03:41:49) y Sergi García (03:42:13). “Pkemoi ha estado muy fuerte. Se ha escapado desde el principio y nos hemos quedado detrás tres corredores bastante fuertes. Ahí he decidido no arriesgar en la bajada y jugármela al final. Estoy muy contento. Era mi primer maratón. Quedan objetivos bonitos a final de temporada y hay que guardar fuerzas... Es posible ganarle a Robert. En alguna carrera he tenido esa suerte, pero hoy ha estado a otro nivel. Mi enhorabuena para él y para el resto también por el nivelazo”, cerraba Álex.

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Júlia Font (04:05:00) dominó la categoría femenina. Le siguieron una emocionada Rosa Lara (04:06:31) y después Ohianna Kortazar (04:17:16). “Esta victoria se la dedico a toda mi gente. A mis padres, mi hermana y a Álex. Va por ellos. ¿El récord? Ha cambiado el recorrido, pero sí, todas hemos corrido más rápido”, concedía sin darse importancia Font.

“Estoy emocionada por llegar a meta y ver a toda mi familia. Es la primera vez que me vienen a ver. Y estoy triste también porque me habría gustado regalarles la victoria... He luchado hasta el final y el año hay que volver para intentarlo otra vez. Para mí Bagà es mágica”, valoraba Lara después de fundirse en un abrazo con su pareja y aún con los ojos vidriosos.

Épica, emoción y homenajes.

Dedicatorias al cielo. Caras entre la alegría y el dolor. Lágrimas de felicidad. Orgullosos encuentros familiares. Besos sin fin. Héroes locales e internacionales. Recién nacidos en brazos de su papá corredor. El fin de semana dejó grandes historias junto a la línea de meta de la Ultra Pirineu. Y el dato de 1.058 corredores y 261 abandonos.

Y en la noche del sábado, uno de los grandes momentazos. El homenaje al atleta que probablemente mejor conoce esta carrera. Jaume Del Palacio. Quince participaciones. Quince metas. Arropado por su familia y la organización como Finisher Star Cinco Estrellas después de 18 horas y 18 minutos de entrega.

Como Josep Comellas. Completó su decimoquinta Ultra Pirineu justo un día después de la salida y en un nuevo amanecer antes del cierre de meta. 100 kilómetros de montaña en 24 horas y 56 minutos merecen un especial reconocimiento.

El último en cruzar la meta a tiempo fue Salva Vilar. 26 horas y 53 minutos. A tan solo siete minutos del cierre. Honor del primero al último y a todos aquellos que por alguna razón no pudieron terminar.

Medio maratón 21K.

La fiesta deportiva de Bagà puso el broche el domingo con la Mitja Marató de 21 kilómetros. La salida avanzó el ritmo endiablado que vendría por delante. Triunfo para Ïu Net (01:27:21). Le siguieron la estela Raoul Raus (01:28:11) y Fabián Venero (01:28:46). Al poco se completó el podio femenino. Emilie Menuet (01:46:35) fue la más rápida seguida de cerca por Claudia Corral (01:46:59). El bronce fue para Natalia González (01:48:17).

Nit Pirineu KV.

La tarde y noche del viernes había coronado en la Nit Pirineu KV (5 kilómetros y 860m D+) a Ïu Net (00:35.53), Lluís Puigvert (36:30) y Vincent Loustau (36:41). En la categoría femenina se repartieron el podio Laia Montoya (00:44:45), Dalia Alonso (00:46:26) y Clàudia Sarrate (00:46:30).

Maestros del oficio pirenaico de la resistencia y la ultraresistencia.

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