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SNOWBOARD | COPA DEL MUNDO

Lucas Eguibar: “Me he fijado mucho en Nadal”

El donostiarra lidera la Copa del Mundo de cross después de un año de tortura con la espalda, lo que casi le hace retirarse. Compite en Veysonnaz.

Lucas Eguibar, el pasado sábado en Sierra Nevada tras ganar la prueba.
Miguel Ángel MolinaEFE

Lucas Eguibar (San Sebastián, 29 años) se aupó el fin de semana en Sierra Nevada, con un primer y un segundo puesto, al liderato de la Copa del Mundo de snowboard cross. El vasco, que ya logró el Globo de Cristal de ganador de la general en 2015, fue también campeón mundial en 2021. Tras dejar atrás una torturante lesión de espalda, vuelve a volar. Y a sonréir. Le quedan tres pruebas. La primera, entre miércoles y jueves en Veysonnaz (Suiza), por Eurosport (12:50).

-Parece que tiene una conexión especial con Sierra Nevada...

-Siempre he logrado muy buenos resultados. Me encuentro súper cómodo.

-¡Qué pena que no pueda competir más en España!

-¡Pues sí! Al final estamos siempre por Austria, Suiza o Italia. Aunque los últimos años, España se está volcando en el snowboard también.

-¿Va a más con su huella y la de Regino Hernández (bronce olímpico en 2018 y ya retirado)?

-Seguro, desde hace unos años se nota. Además, viene muy bien que en las pruebas que se montan haya buenos resultados de deportistas nacionales. En Sierra Nevada todo el mundo estaba contento. Hemos dejado un buen recuerdo.

-¿Ya hay algún chaval que le haya dicho que se ha enganchado al snowboard por usted?

-(Se ríe) Es una suerte recibir mensajes de ese tipo. Acabo de ver uno que me contaba que hace unos años comenzó por mí y le he contestado, claro. Ilusiona.

-De llegar octavo en la general antes de las dos pruebas de Sierra Nevada, a líder. ¿Qué pasó? ¿Tan loco está el snowboard cross?

-¡Está muy apretado! El triunfo son 100 puntos, el segundo 80, el tercero 60... Y al segundo le saco sólo siete ahora. Quien gane en la próxima prueba será líder. ¡No es un deporte para apostar!

Lucas Eguibar, en primera posición durante una de las bajadas en Sierra Nevada.
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Lucas Eguibar, en primera posición durante una de las bajadas en Sierra Nevada. Miguel Ángel MolinaEFE

-¿Veía la opción de aspirar a su segundo Globo de Cristal al principio de temporada?

-Ese era el objetivo. Ya empecé con un cuarto puesto la temporada. Y es fundamental estar entre esos cuatro, que es donde están los puntos. Llevamos seis carreras y cuatro finales. Bastante bien.

-Llega a Veysonnaz, miércoles y jueves, donde logró sus tres primeras victorias en Copa del Mundo. Un sitio inmejorable para seguir arriba...

-Sí, de las cinco victorias que tengo, tres fueron allí. Voy a apretar los dientes, que sepan que voy a luchar.

-Y luego el remate de Mt. St. Anne (dos pruebas entre el 24 y el 26 de marzo), en Canadá...

-Sí, nunca hemos competido allí. Así que ni bien ni mal. Todo el mundo partirá en las mismas condiciones.

-El Globo de Cristal que tiene ya en las vitrinas es de la temporada 2014-2015. ¿Es muy diferente este Lucas Eguibar?

-Sí, sí. Entonces era un novato. Si ganase este tendría mucho más valor.

-¿Por qué?

-Por todo lo bueno y lo malo que ha ocurrido desde entonces. Sobre todo lo malo, la lesión de espalda que he superado.

-Esa espalda le ha dado mucho la lata. ¿Pensó incluso en dejarlo el año pasado?

-Sí, y en otras ocasiones. Estuve bastante mal. Muchas veces pensé que llegaba la hora.

-Encontró la salvación en un tratamiento con células madre...

-Así es. Vi a siete médicos: Madrid, San Sebastián, Barcelona, Innsbruck... De todos fui cogiendo información. Pero el año pasado había Juegos y decidí optar por las infiltraciones. Una en pretemporada, otra al inicio y la última antes de Pekín. Y fue todo a peor. Así que me decidí a ir a Barcelona con el doctor José Luis de Córdoba, y de cabeza.

-No podía ni entrenar...

-No. Hacía tres o cuatro bajadas al día como mucho y este año hago siete. Vengo de correr sábado y domingo y me encuentro muy bien. Es una pasada. ¡Me ha cambiado la vida!

Amigos y familia mantean a Eguibar el pasado domingo en Sierra Nevada.
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Amigos y familia mantean a Eguibar el pasado domingo en Sierra Nevada. Pepe TorresEFE

-Estaría todo el día enfadado.

-Más que eso, pensaba en cómo ahorrar energía. De pie, me dolía. Sentado, también. Mentalmente era muy complicado. Ahora me sigo tomando un par de ‘ibuprofenos’ antes de empezar la jornada, porque no ha desaparecido todo el dolor, pero es otra historia. Venía de muy abajo. Sentía que se me rompía la columna, tenía fiebre, no me podía levantar de la cama... Después de un año y pico vuelvo a correr.

-Entiende a Rafa Nadal ahora.

-Sí, pero cómo lo ha superado él es increíble. Yo al llegar al portillón, me duele pero pienso que será sólo un minuto. Comenzar un partido de tenis y aguantar... Eso no es tener una mente rocosa, sino de diamantes. He aprendido mucho de él. Me he fijado mucho. Él también lo pasó muy mal los dos últimos años, los dos llegamos a decir que ya no era divertido, que sufríamos mucho dolor. ¡Pero aquí estamos!

-¿Sigue pasando muchas horas en la camilla del fisio?

-Sí, mi amigo y socio Mati Szul viaja conmigo desde hace años. Es fundamental.

-A diferencia de Queralt Castellet y el half pipe, sí parece que por detrás de usted y de Regino Hernández viene gente... ¿Cómo ve a Álvaro Romero y compañía?

-Con futuro. Cuando me piden consejo, se lo doy. Es un deporte complicado. No basta con ser el más rápido porque no vas solo, sino de cuatro en cuatro y lo importante es saber competir, adelantar. Cuenta mucho la experiencia, que es lo que les falta.

-Una pena que no se lograra al final esa candidatura a los Juegos de Invierno de 2030...

-Sí, para los deportes de invierno hubiese sido la bomba. ¡Habría intentado llegar!

-Vamos, que le queda mucha cuerda.

-¡Ja, ja! Vamos a pensar en esta semana. Iremos viendo.