Los hermanos Iker y Eneko Pou están nominados para el “Piolet de Oro”
Se trata del principal galardón del alpinismo. La actividad que se premia con la nominación es la apertura de la ruta “One Push” en el Pumahuacanca de Perú.
Fue una ruta de M.7 Expo/85 %/5/1.000 a esta montaña de 5.563 metros en los Andes, en la Cordillera Blanca. La gesta la consiguieron con el montañero local Micher Quito, una referencia en Huaraz. Iker y Eneko, con expedición al grupo del Trango de por medio, ya han regresado a Vitoria. “Es un honor estar nominados para el Piolet de oro pero tampoco es algo que nos vuelva locos. Nuestra actividad no está encaminada a conseguir logros sino a vivir bajo nuestra filosofía de funcionamiento”, ha comentado Eneko al Diario AS nada más regresar de Perú.
La última gesta de los hermanos ha sido en el Ranrapalca, de 6.162 metros. La ruta la bautizaron como “Ya Pe Cholo”. Fueron dos días de intensa actividad, con jornadas de 12 y 18 horas ininterrumpidas para inaugurar la inescalada cara noroeste de esta famosa montaña. 6 B/80 grados/1.200 m. en esta montaña de grandes dimensiones. “Era algo que teníamos metido en la cabeza pero que una expedición a la que nos convocaron en el Karakorum nos dejó esa tarea para más tarde. Teníamos miedo de que alguien se metiera en esa cara inexplorada y se adelantara”, añadió Eneko.
Los dos alpinistas están ya en Vitoria y desean tener un poco de tranquilidad. “Ha sido un año muy duro, con muchos viajes, idas y venidas. Ahora estamos a gusto en casa. Echando un vistazo a lo vivido, tengo que decir que lo pasé muy mal en el descenso cuando caían bloques como una mochila de grandes y libré uno de ellos de casualidad. Pude desviarlo con las cuerdas montada pero me tocó levemente en la cabeza. Si me llega a pegar de pleno ahora mismo estaría muerto”, explicó Eneko Pou al Diario AS.
Lo que han hecho los escaladores alaveses en estas fechas ha sido una actividad de mucho mérito. Presencia en el Karakorum, final del proyecto “Cuatro Elementos” y ascensiones de primer nivel en la Cordillera Blanca. “Ir al Himalaya ahora mismo supone un gran esfuerzo y en Perú te puedes encontrar con montañas de parecidas dimensiones. Son de menor altitud pero los campamentos bases también son más bajos y el desnivel real y las dificultades que te encuentras pueden ser muy similares a las grandes moles de Asia”, concluye Eneko Pou.