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Las Leonas cierran sin premio un buen Mundial

España se despide del Mundial sin victorias en un duelo al que pierde la cara por su indisciplina en la segunda mitad. El balance general es bueno.

Las Leonas cierran sin premio un buen Mundial
Craig Brough
Jorge Noguera
Nació en Madrid en 1995. Doble grado en Periodismo y Audiovisuales por la Rey Juan Carlos. Un privilegiado, hace lo que siempre quiso hacer. Entró en AS en 2017 y se quedó. Salvo un paréntesis en Actualidad, siempre en Más Deporte. Allí ha escrito sobre todo de rugby, golf y tenis. Ha cubierto el British Open, la Copa Davis o el Mutua Madrid Open.
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El buen trabajo tiene premio a veces. Otras no, pero no por ello deja de ser un buen trabajo. El de España en el Mundial de rugby femenino lo ha sido, por mucho que no haya conseguido el gran objetivo, abandonarlo con una victoria, tras caer este domingo ante Japón (29-21), en su última actuación en esta edición (y su primera derrota ante un equipo asiático en su historia en esta competición), vencida previamente por Nueva Zelanda (54-8) e Irlanda (43-27). Esos dos, los partidos que habían dejado un panorama en el que el triunfo contra las niponas se dibujaba mucho más factible que tras los dos chascos sufridos en la preparación para ese torneo.

Y por momentos las Leonas lo tuvieron ahí, al alcance de su mano. Se llevaron una renta un tanto irreal, de más de un ensayo transformado al descanso (14-5), en una primera parte que ya dejó intuir sin embargo los problemas que se agravarían en la segunda. Fueron, eso sí, bravas en defensa, y sumamente efectivas en sus escasas visitas a campo rival, casi tantas como ensayos produjeron. Dos, que llegaron por obra de Cristina Blanco en la enésima demostración de IQ rugbístico de Anne Fernández, y de Mónica Castelo, junto a Anna Puig y Laura Delgado una de las tres internacionales que se despedían este domingo.

JAPÓN (5+24): Kato, Kuge, Kitano, Sato, Yoshimura, Kawamura, Nagata, Nduka, Abe, Otsuka, Imakugi, Hirotsu, Furuta, Matsumura y Nishimura -También jugaron- 

Ensayos: Nishimura (6'), Nagata (44'), Kitano (57'), Imakugi (63'), Nduka (69')
Conversiones: Otsuka (45')

ESPAÑA (14+7): Antolínez, Blanco, Bracic, Castelo, Alameda, Peralta, García, Capel, Fernández, Z. Pérez, Piquero, Ducher, Peña, C. Pérez y Argudo -También jugaron- 

Ensayos: Blanco (11'), Castelo (38')
Conversiones: Argudo (12', 39')

Estadio: Community Stadium de York. 
Árbitra: Sara Cox, inglesa. Amarilla a Anne Fernández en el 65'.

La gallega dijo adiós jugando 80 minutos imperiales, ejemplares de lo que debe ser la defensa de la camiseta nacional. El pick and go con el que encontró la zona de marca fue una recompensa inesperada, al filo del descanso, para un equipo que había sufrido mucho desde que contestara raudo al posado madrugador de Nishimura. Nunca fue capaz de controlar la posesión ni el territorio, y tuvo que emplearse una y otra vez en defenderse de su propia indisciplina (16 golpes en todo el encuentro por 9 del rival), una faceta en la que había mostrado mucha solvencia en sus dos compromisos previos. Ninguno revestía, bien es cierto, la importancia que tenía este a efectos de resultado.

El desgaste de ese esfuerzo defensivo se acabaría notando en la segunda parte, maximizado por un oponente bien organizado, muy dinámico en su avance, que trabaja bien la descarga, con jugadoras muy veloces para explotar la continuidad, y tiene el segundo maul que más metros gana hasta ahora en este Mundial, solo superado por el australiano. Nagata estrechó la distancia al poco de volver de vestuarios y la sangría de balones perdidos por las Leonas continuó fluyendo.

El precio a pagar sería alto. Kitano y Komachi, en ofensivas alargadas por el alto nivel de compromiso español en el placaje, que en muchas ocasiones conseguía frenar oleadas casi sobre la línea de marca, acabaron produciendo dos nuevos ensayos que llevaron a Japón por encima del listón crítico, el de más de un ensayo transformado de renta. Por si fuera poco, Anne Fernández veía en el 65′ una justa amarilla que obligaba a las Leonas a remontar en inferioridad numérica. Poco después Nduka les echaba otra palada de tierra encima. La que parecía la definitiva, y quizá por eso mismo la que liberó al grupo de toda carga anímica.

Se soltaron a partir de ahí, dispuestas a morir matando, como han hecho durante las tres últimas semanas, y maquillaron el marcador en una avalancha iniciada por una descarga de Anne, de vuelta en el campo, para Ducher, que llevó a España a las puertas de la 22. Una vez ahí emergió Claudia Peña, desdibujada en ataque en ausencia de balones esta vez, para penetrar en la línea asiática como un bisonte y servirle en bandeja a Rosell el último posado mundialista, por ahora, de unas Leonas que se van de Inglaterra sin victorias, pero no de manos vacías. La línea de trabajo está marcada, hay un equipo joven y talentoso para seguirla y existe un respaldo de World Rugby y unos medios federativos con los que antes no se contaba. No queda otra que seguir sembrando.

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