La paradoja de Burrow y los Bengals: “No tenemos nivel”
A pesar de los brillantes números de su quarterback, los de Cincinnati tienen un récord de 1-4 y tiran de autocrítica. “Algo tiene que cambiar”, dice Burrow.
Cuando un quarterback acaba un partido con 392 yardas de pase y cinco asistencias para touchdown, lo más lógico es que su equipo sume un triunfo a su casillero. Pero hay ocasiones en las que el fútbol americano no atiende a ningún tipo de lógica, y eso es lo que le está tocando sufrir a Joe Burrow este año con sus Cincinnati Bengals. El quarterback de los de Ohio, subcampeones de la Super Bowl en 2022 al caer ante los Rams, está firmando unos números brillantes a lo largo de los cinco primeros partidos del curso de NFL, seguramente dignos de estar en la conversación por el MVP de la temporada regular... si no fuese porque su equipo atraviesa una triste dinámica y presenta un paupérrimo balance de un triunfo y cuatro derrotas, muy alejado de lo que se esperaba de una franquicia aspirante al anillo.
Normalmente, cuando un equipo no funciona, es el quarterback el primero al que apuntan las críticas. Aunque en el caso de los Bengals es el otro habitual señalado, el entrenador, el que está en una delicada situación. Zac Taylor, jefe de los de Cincinnati desde 2019, anda en la cuerda floja tras el peor inicio de temporada desde que es el head coach de los Bengals, y es que la derrota del pasado fin de semana ante los Baltimore Ravens hizo mucha pupa. Burrow registró los números con los que abre esta pieza (392 yardas de pase y cinco asistencias para touchdown), Ja’Marr Chase sumó 192 yardas de recepción y dos touchdown, los Bengals lideraron hasta en tres ocasiones distintas en la segunda parte por 10 puntos, la última de ellas a tan solo cinco minutos del final, tuvieron una posesión para ganar y un field goal para la victoria... y perdieron en la prórroga (38-41).
La defensa no fue capaz de sostener casi en ningún momento a Lamar Jackson y los Ravens, muestra de ello el último touchdown de Baltimore, en el que nadie fue capaz de alcanzar al quarterback rival, que rompió todo con un pase entre varios receptores. Tras un fumble de Jackson en la prórroga, Taylor decidió que su equipo únicamente corriese, Chase no tocó el balón y McPherson erró el chut de la victoria por una mala colocación. No falló Justin Tucker, que asestó a los Bengals la cuarta derrota en cinco partidos, y eso que en cuatro de ellos han superado los 25 puntos. Patriots, Chiefs y Commanders también han pasado por encima de Cincinnati, que solo sonrió ante los flojos Panthers. “Estamos 1-4, así que algo obviamente tiene que cambiar. No tenemos el nivel de un equipo que pueda ganar el campeonato ahora mismo. Me gustaría pensar que remontaremos y mejoraremos durante la temporada para estar en ese punto, pero ahora mismo no lo estamos”, sentenció Burrow con contundencia tras la derrota ante los Ravens.
El ataque de los Bengals, comandado por el jugador salido de LSU, funciona, y eso es una evidencia. Están en el top-10 en yardas ganadas por partido, en yardas de pase y en puntos totales (ahí son cuartos con 28 puntos por encuentro), y los números de Burrow en cinco partidos son los de un quarterback de élite: 1.370 yardas de pase, 72,3% de lanzamientos completados, 12 asistencias de touchdown y solo dos intercepciones, 113,6 de quarterback rating (el máximo de esta fórmula es 158,3, y todo lo que esté por encima de 100 es un gran dato)... Sin embargo, Cincinnati no es capaz de aprovecharse del dominio de su líder. Son la séptima defensa que más yardas del rival permite, especialmente de carrera, y es el segundo equipo que más puntos recibe (29 por partido, solo por detrás de los 33 de los Panthers). Las cuatro derrotas, además, han sido por seis puntos o menos: los Bengals están ahí y pelean, pero fallan en los momentos importantes. “Sí” es lo único que respondió Burrow el pasado domingo cuando se le preguntó sobre si estaba frustrado al ver que su equipo no terminaba de rendir.
“Anotar 30 puntos es algo que queremos hacer regularmente. Meter 30 puntos y perder es algo que no queremos hacer”, resumió Chase, uno de los mejores receptores de la liga. Por ello, además de Taylor, el otro gran señalado tras este nefasto inicio de curso es Lou Anarumo, el coordinador defensivo. Lo cierto es que los Bengals están contra las cuerdas, porque desde que hay 17 partidos de temporada regular no ha habido ningún equipo que, tras empezar 0-3, haya logrado meterse en playoffs. La presión es máxima para un equipo diseñado, como mínimo, para estar en la postemporada, pero que tiene mucho trabajo por delante para salir de un bache profundo como pocos. Y lo paradójico es que, en este mar de problemas y malas sensaciones, el que está a flote es un Burrow que brilla semana tras semana. Pero no es suficiente. La primera oportunidad para revertir la situación la tendrán ante los New York Giants en el Sunday Night Football del domingo (02:20 de España, M+ y DAZN). Será un ahora o nunca para Cincinnati.
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