Inglaterra es ignífuga en el Seis Naciones
La Rosa vuelve a jugar con fuego sin quemarse en un partido cerrado que pudo caer de cualquier lado. Segunda derrota honrosa para Gales.
Dos victorias pocos líricas adornan el casillero de Inglaterra en el Seis Naciones 2024 tras otros tantos partidos disputados por un equipo aparentemente ignífugo, que ya jugó con fuego sin quemarse ante Italia en la primera jornada y este sábado, ya ante su parroquia, en Twickenham, se impuso a Gales en otro choque con suspense, que pudo caer de cualquier lado (16-14).
La segunda derrota honrosa de los Dragones, que mientras maduran un grupo nuevo con vistas a volver a competir el título al menos mantienen intacto el orgullo de sus predecesores. Si ese sentido de la dignidad parecía perdido en la primera parte del debut contra Escocia, lo recuperaron en la segunda y lo extendieron a su visita a Londres, donde mandaron durante los primeros 71 minutos un partido claustrofóbico, en el que ambos equipos volcaron hacia delante las miserias que ahora mismo tienen atrás, con dos líneas a las que les cuesta generar.
Decidieron las delanteras y concretamente la inglesa, lastre para los planes de Steve Borthwick en una primera parte con amarillas para Chessum (por meterle el hombro en la cara a Assirati) y Roots (por derribar ilegalmente un maul galés que avanzaba inexorablemente hacia la zona de marca), y tabla de salvación en la segunda, en la que fueron minando poco a poco la defensa galesa hasta que cedió. Las dos amonestaciones se sucedieron en el primer cuarto de hora, dejando a la Rosa a merced de sus asaltantes. Salió relativamente airosa de la inferioridad, en la que no encajó un solo punto y en cambio recortó gracias a Ben Earl la brecha que había abierto el Puerro con el ensayo de castigo en el que acabó la treta de Roots, aunque al filo del descanso Alex Mann, de momento la mejor noticia para Gatland en esta edición junto a Cameron Winnett, eléctrico este sábado, volvió a estirar el chicle aprovechando una incursión de Reffell tras las líneas enemigas bien continuada por Tomos Williams.
Inglaterra salió a flote incluso dejándose por el camino los puntos de dos conversiones falladas por Ford. Extraño el primer caso, en el que se cuadraba aún para patear cuando los galeses interpretaron que ya había comenzado la carrera y se lanzaron a por él. Les dio la razón el neozelandés James Doleman ante el asombro del apertura, que tampoco conseguiría encontrar los palos en la segunda mitad, cuando Fraser Dingwall anotó el segundo posado local en una de las pocas veces en las que se lanzaron a explorar el abierto. Sí lo haría minutos después, para castigar un adelantado intencionado que además le costó la amarilla a Mason Grady. Desfondados los visitantes, echaron el resto en una última carga que no fructificó, lo que postula a Inglaterra, dos de dos, como candidata inesperada antes de visitar Edimburgo para la Copa Calcuta dentro de dos semanas.