Francia recupera el trono del Seis Naciones

Al fin y al cabo se ponía en juego el Auld Alliance, trofeo que conmemora una alianza franco-escocesa en contra de Inglaterra. Honrando ese espíritu, no hubo favor caledonio en el ‘supersábado’ a sus vecinos del sur. Ganó Francia (35-16) en el último partido de la jornada decisiva del Seis Naciones y sumó su 19º entorchado en el campeonato, el sexto desde la incorporación de Italia y el primero desde hace tres años, es decir desde aquel fiasco en su propio Mundial que supuso un punto y aparte en esta generación del Gallo.

Lo que será una nueva candidatura a ganar por primera el certamen planetario empieza a coger vuelo con este título, en el que ha descubierto cosas. Como que Bielle-Biarrey es un ala letal. O que en según qué contextos puede vivir lejos de la batuta de Antoine Dupont. Sin él atravesó un tramo fundamental del torneo, la segunda parte del duelo contra Irlanda y este choque definitivo ante Escocia, y funcionó con Lucu, un perfil muy distinto pero resultón, en la sala de máquinas.

Escocia, fiel a su tradición, reservó parte de su mejor rugby para el partido en el que ya solo se jugaba la honra. Su primera media hora fue muy seria, y llegó a poner en alerta a una Francia que se había adelantado pronto por medio de Moefana, pero que empezó a sufrir a raíz de una amarilla a Mauvaka por una agresión a White en el suelo. El pie de Russell y un mordisco de Graham aprovechando la enésima genialidad de Russell dejaban el partido empatado cerca del descanso. Y no se fueron a vestuarios por delante porque Matthew Carley invalidó un posado de Jordan poco después tras una doble pegatina de Mauvaka, recién salido del sin bin, y Fickou.

Los cielos de Francia se despejarían sin embargo cuando más oscuros los pronosticaba el parte meteorológico, tras una nueva exclusión, esta de Gros, por una reiteración de su equipo en la indisciplina. Una ofensiva escocesa en superioridad acabó convertida en cuestión de segundos en una contra mortífera, comandada por Ntamack y culminada por Bielle-Biarrey. Fue el principio de la fiesta local y del fin para los visitantes. Ramos y de nuevo Moefana, con muchos espacios en el abierto, llevaron la tranquilidad a Saint Denis.

Se entonó La Marsellesa en unos últimos minutos tranquilos para Fabien Galthié, que consigue su segundo título desde que asumió el cargo en 2019. Uno en el que Francia demostró tener tanto las mejores individualidades como el mejor equipo, en el que funcionó con sus enfants terribles en el campo y cuando le faltaron. En el que explotó Bielle-Biarrey como nueva pata de un back-three que asusta, el tercer jugador en la historia de la cita que consigue anotar ocho ensayos en una sola edición. Una igualada, que rebaja un punto el optimismo irlandés, a veces desmedido últimamente, agrava el terrible momento de Gales, deja a Italia más o menos como estaba y encumbra a Francia e Inglaterra, solventes cada una dentro de su papel.

Los tambores empiezan a redoblar en Marcoussis a medida que Australia 2027 se acerca. Y el champán vuelve a correr mientras sana Dupont, que estará seis meses fuera de los campos y se perderá la ventana de verano como mínimo, habrá que ver si también la de noviembre.

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