Europa mantiene el pulso gracias a Nordqvist y Hull
La sueca, que también hace de vicecapitana y no estaba claro que fuera a jugar, y la inglesa salvan el honor europeo en una sesión empatada.
Europa podría haberse convertido en un paciente terminal en la 19ª edición de la Solheim Cup, pero llegará con algo de pulso a la sesión de fourballs de este sábado (desde las 18:05 en Movistar Golf) gracias a la segunda exhibición seguida de la sueca Anna Nordqvist y la garra de la inglesa Charley Hull. Dos veteranas separadas por nueve años (los 37 de la sueca contra los 28 de la inglesa) que llevaron en volandas a la francesa Boutier y la alemana Henseleit en los dos triunfos del Viejo Continente en los foursomes matinales, que estuvieron cerca de caer también del lado estadounidense por momentos. Las chicas de Suzann Pettersen salvan un match ball, pero están necesitadas ya desesperadamente de una reacción vespertina potente para no tener que encomendarse el ‘espíritu de Medinah’.
Nordqvist, que lo ha sido todo en el golf femenino, ganadora de tres grandes y autora de 15 victorias totales en la esfera profesional, que participa por novena vez en esta cita, compagina en el Robert Trent Jones Golf Club de Virginia (EE UU) las labores de vicecapitana. Ni siquiera estuvo claro hasta última hora si tendría protagonismo en el campo. Pettersen decidió tirar de ella en la tarde del viernes tras el 3-1 en contra de los foursomes y junto a su paisana Madelene Sagstrom descosieron a Alison Lee y Lexi Thompson. Así que la capitana intuyó que podía exprimir a la peculiar Boutier, a la que le cuesta traducir su ranking en galones en el equipo. Y no se equivocaba. Entre ambas hundieron a toda una Lilia Vu y a la revelación de la primera jornada, Sarah Schmelzel, totalmente desamparada en unos primeros cinco hoyos desastrosos, de los que las americanas perdieron cinco. La rookie, cabizbaja, hasta necesitó asistencia psicológica de Stacy Lewis tras uno de los múltiples putts fallados que redundaron en cinco bogeys de salida para la dupla local. Las europeas no necesitaron un solo birdie para ganar un segmento en ese tramo. Y cuando Vu y Schmelzel amenazaron tímidamente con la remontada adjudicándose el 10 y el 11 seguidos, Nordqvist se puso a cazar banderas y dejó la intentona en agua de borrajas.
El último punto al menos estaba amarrado, y era crucial porque por delante las cosas no marchaban. El partido más madrugador, en el que Pettersen había lanzado ante la necesidad de puntos rápidos una pareja que funcionó bien en Málaga hace un año, la danesa Pedersen y la navarra Ciganda, había pasado de estar controlado por los nueve primeros a complicarse por los segundos. Culpa de Nelly Korda, que empezó a embocar los putts que no le habían entrado antes, y de un eagle estrambótico en el 14 de las estadounidenses. Ahí Corpuz pegó un segundo golpe espantoso, una bola talonada que salió bajísima y por arte de magia entró por el pasillo que separa los bunkers a la derecha de green del Lago Manassas. La bola paró a tres metros y pico de la bandera y Nelly no falló. Fue la primera ventaja del partido para la pareja norteamericana, un golpe del que Ciganda y Pedersen se repusieron en el 15, para volver a ponerse por detrás en el 17 y acabar cediendo un 1 arriba.
También habían mandado durante buena parte de la mañana en su envite Hull y la alemana Henseleit, que no colaboró mucho en los tres hoyos de renta que cogieron a la altura del 8 las visitantes, mérito casi íntegro de la inglesa, pero cuando Kupcho y Ewing empezaron a acercarse en la recta final, uno abajo en el 15 y empate tras embocar Ewing un puro antológico desde 12 metros en el par 5 del 17, la alemana sacó un conejo de la chistera y aseguró el birdie europeo con un dardo en el 18. El putt americano no entró. Derrota por uno.
El péndulo que dicta las mareas en el golf por equipos, que había apuntado al bando azul durante la primera parte de la sesión y luego se había trasladado al de las barras y estrellas, tendía finalmente al empate. Lo habían asegurado minutos antes para el Tío Sam Lexi Thompson y una incomensurable Lauren Coughlin, un arma de destrucción masiva en los greenes. No hubo historia en ese 4&3 con una pareja europea que de salida ya se intuía falible, con dos personalidades diametralmente opuestas como las de la sueca Stark y la inglesa Hall, que no consiguieron la iniciativa en ningún momento del punto. La primera irá al banquillo por la tarde y la segunda jugará con su paisana Hull en un intento de Pettersen de recuperarla para la causa. Ciganda repetirá con Pedersen y Grant formará con Boutier una de las mejores duplas por ranking que puede formar la capitana. Volverá a escena el combo Nordqvist-Sagstrom, que ya salvó los muebles el viernes. El viejo axioma de mejor no tocar lo que funciona.
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