España entra en su nueva era con el pie izquierdo
Los Leones sufren y rozan la derrota ante un equipo resultón en el primer partido de Pablo Bouza con plenos poderes.
La nueva España de Pablo Bouza echó a andar este sábado y su primer paso casi fue en falso. Acabó en victoria (18-20), la que cabía esperar ante Países Bajos, junto con Alemania, que visitará el Central de Madrid la próxima semana, el rival más asequible dentro del grupo A del Campeonato de Europa, pero por los pelos. O, más bien, por el viento, que sopló fuerte en la ciudad de los mil canales y se alió con la Selección en una patada a palos con el tiempo cumplido que no encontró la H de milagro.
Hoy por hoy a los locales todavía no les da para descarrilar a una selección como España, pero sí para ir acortando distancias. Del 7-52 de 2021 y el 43-0 de 2022 a un 28-20 el año pasado y ahora este escuetísimo resultado, que les dio el bonus defensivo y dejó sin punto extra ofensivo a los Leones. No deberían echarlo mucho de menos, pues el objetivo primario, una vez comprobado que este equipo aún no está como para mirar a Georgia a los ojos, es acabar la primera fase entre los dos primeros que jugarán las semifinales, y eso pasaba por ganar este sábado y después a Alemania.
Si bien no hubo una sensación de peligro real hasta que el duelo agonizaba, los neerlandeses, con un planteamiento muy básico pero resultón, le complicaron el partido a España por los puntos de encuentro y la melé, aprovechando la renovada delantera española, con jugadores prometedores pero aún verdes como Ekain Imaz o Ignacio Piñeiro. Ahí tienen trabajo Pablo Bouza, que afrontaba su primer partido con plenos poderes, y su nuevo capitán, Mario Pichardie.
Con escasa posesión, la idea expansiva que le gusta al argentino, una apuesta continuista con la etapa anterior, quedó en solfa. La balanza se decantó a favor por dos ramalazos de Martiniano Cian, quizá la mejor noticia del partido para los intereses españoles, en la primera parte. En uno el ala del VRAC se guisó y se comió el ensayo él solito y en otro armó el taco por el flanco izquierdo para que Bell se zambullera en la zona de marca tras un par de buenas descargas que, ahí sí, dibujaron lo que debería ser esta Selección cuando encaje el puzzle.
La segunda mitad, dominada por la delantera neerlandesa, mal gestionada por los Leones, arrojó pocas notas positivas para un equipo precipitado en ataque y poco contundente en defensa, que casi deja escapar la presa. Dos posados de pick and go, obra de Van Dijk y de Bloemen, por suerte no transformado el primero, acercaron a los locales lo suficiente como para que tuvieran la victoria a mano en un golpe de castigo dudoso que les adjudicó en la última posesión la escocesa Hollie Davidson. Falló Du Plessis y suspiró España, que tiene muchos deberes por delante pero la tranquilidad que da construir sobre una victoria.