El tapado del British Open es Otaegui
El donostiarra es el mejor de los ocho españoles en la primera vuelta del British con -4. Rahm, +3, no tiene el día en Hoylake.
Era difícil verlo venir, y ciertamente nadie habría apostado por ello en días previos. No porque Adrián Otaegui, cuatro veces ganador en el DP World Tour, el antiguo European, no sea un golfista capaz de codearse con los mejores. Más bien por su historial en los grandes, cuatro cortes fallados en cinco apariciones, incluido el de su único British Open hasta la fecha, el de 2019, y porque en Royal Liverpool, donde este jueves arrancó la 151ª edición del torneo, también está Jon Rahm, el ‘capo’ de la Armada, compuesta esta semana por ocho golfistas, más que nunca este siglo. Sea como sea, lo cierto es que el donostiarra fue el mejor español en el primer asalto, autor de un -4 que le dejó a un golpe del liderato, en manos del amateur sudafricano Lamprecht, el inglés Fleetwood y el argentino Grillo. De hecho, fue el único bajo par del contingente, con Larrazábal y Elvira en +1, Ballester en +2, Cañizares en +4 y Arnaus y Campillo prácticamente fuera del fin de semana con sendos +11.
Bienvenidas sean las alternativas a Rahmbo, que en cambio no tuvo el día y entregó un +3 en casa club que, sin descartarle, hablamos de un tipo con dos majors en el zurrón, le obliga a remar. Tampoco es que pueda procrastinar en esa tarea, porque el viernes en principio será también amable, sobre todo en el turno matutino, el que le toca, pero el sábado el parte meteorológico dice que la cosa será más complicada.
“No he aprovechado los hoyos fáciles, los del principio. No he cogido una calle. Son las dos cosas que destaco. He pegado hierros buenos en el 18, el 15, el 14, el 9... He estado cerca de tener buenas opciones de birdie, pero luego me he dejado dos putts de un metro en el 15 y el 16 que duelen. Es lo que hay”, contó resignado de una vuelta que se torció en el 11. Venía de hacerle birdie al 10 para volver al par tras el bogey del 7, su primer tripateo, y falló una oportunidad clara. En el 12 le cayó otro bogey, tras un mal golpe desde el tee que acabó en el bunker previo impacto con un espectador.
Después, lo narrado por él mismo: el putt del 15, para birdie, errado desde metro y medio, tripateo para bogey en el 16 y otro golpe a la mochila en el 18 tras irse al bunker con el segundo tiro. Terminó visiblemente molesto, quejándose de varios operarios de televisión que entorpecieron su camino en el último hoyo. “Tengo mucha gente delante mío y no se apartan, como si no existiera”, lamentó ante los micrófonos.
Mucho más sonriente, claro, apareció ante los medios Otaegui. El pan y la sal los encontró en los nueve segundos, cuatro birdies (12, 13, 15 y 18) sin fallos. Y eso que empezó con un bogey, que contrarrestó restando en el 5 y el 6 antes de un nuevo borrón en el 7. En general, una vuelta muy ordenada, lo que se puede esperar de un golfista sin alharacas pero sólido, fiable, al que hay que conceder el beneficio de la duda porque no acostumbra a grandes descalabros.
“Diría que el único golpe en el que me puesto en problemas ha sido la salida del 1. He cogido muchas calles, muchos greenes... Me he dejado alguna oportunidad, pero también he metido putts largos (de más de siete metros los del 6 y el 12)”, relató el donostiarra, con “buen sabor de boca” . Tras probar el año pasado en el LIV, lo que le valió una sanción del DP World Tour que le ha tenido parado todo junio y le ha costado algo más de 100.000 euros, volvió al redil y ganó en Valderrama. Definitivamente el retorno le ha sentado bien.