El sueño de la ‘familia’ chilena empieza ante Japón

La tercera jornada del Mundial de rugby será la del debut de Chile, el único primerizo de esta edición. Los Cóndores se estrenarán este domingo (13:00, Movistar Deportes; 08:00 Star Plus en Chile) ante Japón, la sensación en 2019. Un espejo en el que mirarse, porque el conjunto sudamericano ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, que le sitúa como la tercera potencia sudamericana por detrás de Argentina y de Uruguay, que ya acumula cinco participaciones y en 2019 consiguió su cuarta victoria y la de más enjundia hasta ahora, ante Fiyi.

Precisamente de Uruguay viene su seleccionador, Pablo Lemoine, el hombre que clasificó a los Teros para Inglaterra 2015 y que intenta replicar en Chile el modelo que tanto ha hecho progresar a su país de origen. En el caso chileno, sustentado en Selknam, la franquicia del país en el Súper Rugby Americas, una competición transnacional que completan los Raptors estadounidenses, los Dogos y los Pampas argentinos, el Yacare paraguayo y el Peñarol uruguayo y los Cobras brasileños. “Selknam nos ayudó muchísimo. Tener esa competencia profesional dentro de la región nos hizo crecer como grupo, contar con entrenamientos y partidos del más alto nivel. El rugby en Chile no es profesional y la competencia de la SLAR nos hizo evolucionar y nos ayudó a llegar a este Mundial”, apunta Emiliano Caffera, entrenador defensivo de la selección.

27 de los 30 jugadores en la convocatoria chilena para el Mundial están en la nómina de Selknam (de los otros tres, dos juegan en Francia y uno en Inglaterra, otro síntoma del crecimiento rugbístico del país, que empieza a exportar talento). Una situación que favorece la cohesión del grupo. Se ven a sí mismos casi como una familia: “Somos un grupo de amigos, ante todo. Llevamos trabajando juntos mucho tiempo. La gran mayoría nos conocemos desde muy chicos y muchos juegan en el mismo equipo. Esa es nuestra fortaleza: la unidad. Creo que somos más cercanos que otras selecciones y el sacrificio que haríamos uno por el otro es nuestra fortaleza, lo que destaca el rugby chileno es la hermandad. Nada se siente como la selección de Chile. Cada vez que vuelvo, el nivel de Chile es mejor”, aseguraba recientemente Iñaki Ayarza, el zaguero.

De hecho, hay cuatro parejas de hermanos en el combinado. Son los Garafulic, Matías y Nicolás; los Escobar, Alfonso y Diego; los Videla, Santiago y Benjamín; y los Saavedra, Clemente y Domingo, que son mellizos y se llevan dos minutos de diferencia. “Estar con mi hermano en un Mundial es un extra en el sueño. Si alguna vez soñé jugar el Mundial era mucho pedir, y estar con mi hermano no me puede hacer más feliz”, afirma sobre esta curiosidad Alfonso Escobar.

Los Cóndores consiguieron el billete en un épico enfrentamiento contra Estados Unidos por la última plaza en juego para Sudamérica. La gesta fue tal que les recibió el presidente del país, Gabriel Boric. Los frutos ya han empezado a llegar. El Centro de Desarrollo y Alto Rendimiento de La Reina se ha actualizado con un campo de césped artificial, una instalación necesaria en una zona escasa en agua y que se encuentra a una altitud que hace difícil el transporte de líquido para su mantenimiento.

Ahora toca disfrutar de un Mundial que será una gran noticia para el rugby del país independientemente de los resultados. Javier Eissman, segunda línea, cree que están “haciendo historia”. “Somos la punta de lanza. Esperamos que mucha gente se sume al rugby en nuestro país. Ojalá que las futuras generaciones cosechen lo que nosotros estamos sembrando en este torneo y en los que van a venir”, sentencia.