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PELOTA | LXXXIV EDICIÓN DE LA COPA DEL REY–FRONTÓN 36 METROS

El Oberena brilla en la Copa del Rey

El club pamplonés se ha hecho con el triunfo absoluto tras vencer en dos de las modalidades en liza, Paleta Cuero y Mano Parejas.

El Oberena brilla en la Copa del Rey

El histórico Frontón Adarraga de Logroño acogió entre el 24 y el 26 de marzo, la LXXXIV Edición de la Copa del Rey en la que el CD Oberena se ha hecho con el triunfo absoluto tras vencer en dos de las modalidades en liza, Paleta Cuero y Mano Parejas. Las dos competencias restantes fueron a parar al Club Natación Barcelona (Pala Corta) y al CP Urbión (Mano Individual).

Todo empezó el viernes, con la disputa de la ronda semifinal de mano, comenzando por la pugna manomanista. Abrieron el fuego, Eneko Labaka y Julen Retegi, representando a San Atilano e Irurtzun, respectivamente, en uno de los duelos más atrayentes de la velada y donde el pelotari navarro dio un recital sobre la sagrada brea riojana. Retegi Bi saltó a la cancha sin complejos y con una confianza y tranquilidad tal, que pareciera que estuviera jugando al parchís con los suyos en el salón de su casa. Esta “quietud” desarboló por completo a un Eneko Labaka que estuvo más fallón que de costumbre y que acabó inclinándose ante el mejor juego del navarro que selló su pase a la final por 2 a 0 (10/2 y 10/6).

La segunda semifinal careció de historia y Beñat Senar no tuvo mayores sobresaltos para superar por un doble 10 a 2, a Enaitz Ansó, que lo intentó de todas las maneras posibles, pero se vio mermado por un mal golpe en la mano izquierda que le trajo (y le trae) por la “calle de la amargura”. De igual modo tampoco engrosarán las enciclopedias pelotazales los dos partidos de mano donde, en primer lugar, los oberenistas, Oian Canabal y Joseba Aldave aplicaron su “rodillo” sobre la pareja del San Cristóbal burgalés, Ander Murua y Beñat Garmendia; y Aingeru De La Fuente y Iosu Bergera (Irurtzun) no dieron “cuartel” a los pelotaris del CP Huarte, Eneko Yoldi y Mikel Beroiz.

Al día siguiente llegaron las “maderas” y, sin contar las claras victorias de Puertas Bamar sobre el CD Amaya y Oberena ante un “desconocido” Club Tenis Pamplona; los otros dos envites de semifinales tuvieron de todo para el disfrute del público que se reunió en el coso logroñés. En el primer partido de la jornada sabatina, la dupla de Puertas Bamar, Ander Landeta y Álvaro Medina y la del Club Natación Barcelona, representada por Agustí Brugués y Jhoan Torreblanca; protagonizaron una magnífica batalla que necesitó todos los dígitos posibles para dilucidar el marcador y que concluyó con los iscarienses clasificados para la final por 15/14 – 14/15 y 10/9.

El tremendo esfuerzo de los cuatro paletistas, donde destacaron los espectaculares “zurriagazos” del habanero Torreblanca, levantó en más de una ocasión de sus asientos al público reunido en el Adarraga. Toda esta “pasión” se trasladó a la pala corta, que cerró el sábado competitivo con el duelo entre Miki Fernández de Lascoiti y Javier Insausti (Club Tenis Pamplona) y Rubén Ayarra y Emiliano Skufca (Club Natación Barcelona). Los cuatro, como los antiguos corsarios, se lanzaron al abordaje contra el navío enemigo en un partido en el que las concesiones de los unos eran aprovechadas por los otros para poner tierra de por medio. Tras el primer juego ganado con relativa comodidad por los barceloneses, llegó el segundo, donde Miki y Javi recuperaron las sensaciones y mandaron el encuentro al desempate en el que la emoción alcanzó la máxima potencia.

Ayarra y Skufca cogieron una sustancial ventaja desde el principio, pero sus rivales, con un pundonor y entrega fuera de los límites fueron “enjuagando” la ventaja hasta plantear un partido de alternancias que concluyeron con el 9 a 9 en el luminoso ante el delirio de los asistentes. Un fallo de Insausti desató la locura en las huestes catalanas que obtenían de este modo el pase a la final para reeditar la cita del pasado año ante el Puertas Bamar.

El “tute” de las semifinales de viernes y sábado, pasó una elevada factura el domingo dejando en la cuneta a Álvaro Medina en paleta cuero, a Julen Retegi en la pugna manomanista y dejando a más de uno bastante “deteriorado” para las citas finales que no fueron todo lo interesantes que se presumían sobre el papel.

Esto se vio con claridad en los choques de mano, donde la superioridad de los vencedores dejó en “saco roto” el gran esfuerzo de los vencidos. En mano individual Alberto Ongay, sustituto de Retegi Bi, nada pudo hacer ante el “huracán Senar” que le pasó por encima dejándole a cero en los dos juegos. No es que Ongay jugara mal, ni mucho menos, sólo que el guipuzcoano, a imagen y semejanza del Rey Midas, en estos momentos “convierte en oro todo lo que toca”. Calcado fue el partido por el título en mano parejas, con Oian Canabal y Joseba Aldave en modo “apisonadora”, no dando opción a un Aingeru De La Fuente que lo intentó (sin éxito) de todas las maneras y un Iosu Bergera que anduvo de “recadista” y “muy justito de manos”.

Y tres cuartas partes de lo mismo sucedieron en el encuentro de paleta cuero, donde el cansancio de la jornada anterior hizo mella en Ander Landeta que no pudo ayudar mucho a Jagoba Madariaga en su pelea ante Daniel Berrogui y Javier Labiano, quienes se impusieron con bastante suficiencia. Hubo que esperar a la pala corta para contemplar el maravilloso deporte de la pelota en toda su extensión, con Rubén Ayarra y Emiliano Skufca “entonando una oda” al esfuerzo en la que demostraron a todo aquel que lo quiso oír que “todo aquel que cree, puede”.

Carlos Baeza e Imanol Ibáñez fueron quienes golpearon primero haciéndose con el primer parcial por 15 a 12, comenzando a teñir la final de rojo y acercando el triunfo a tierras vallisoletanas como ya hicieran el pasado año. Pero los azules no estaban por la labor y, tal y como decía Carmen Maura en aquel anuncio de Cafés Monky muy popular en los años 80, “tacita a tacita”, empezaron a sumar los tantos uno a uno hasta minar la moral iscariense y llegar a una victoria más que merecida cuyo mejor resumen fue el fraternal y entrañable abrazo entre los dos palistas de la escuadra catalana. A veces la sangre y hoy el sudor y las lágrimas presentes en ese sentido abrazo son el fluido que amalgama este enorme y precioso deporte donde ganar es importante, pero mucho más si se hace rodeado de la familia