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GOLF | PEBBLE BEACH

El mal tiempo y un 60 hacen a Clark campeón en Pebble Beach

La última jornada, pospuesta a este lunes por una tormenta, finalmente tampoco podrá disputarse y el título es para Windham, récord del campo el sábado.

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El mal tiempo y un 60 hacen a Clark campeón en Pebble Beach
MICHAEL FIALAEFE

Fue un fin de semana raruno el último en el mundo del golf. Mientras el primer torneo del LIV en este 2024 terminaba con un playoff por el título a oscuras entre Sergio García y el chileno Joaquín Niemann, quien se acabó llevando el gato al agua, en Pebble Beach la última jornada se suspendía por una tormenta. Quedó pospuesta a este lunes, pero el clima se mantuvo y finalmente el PGA decidió dar por concluida la cita a 54 hoyos, un pequeño triunfo para el rival saudí en la batalla por los focos que sostienen desde hace tres años.

Así las cosas, quedó como campeón el estadounidense Wyndham Clark, ganador del US Open el año pasado, que aunque solo tuviera un golpe de ventaja sobre el sueco Aberg de cara al desenlace, imprimió una buena dosis de lustre y legitimidad a su triunfo el sábado, cuando tiró un 60, récord de este links californiano popularmente conocido como el más grande encuentro entre el mar y la tierra que el hombre ha construido, y hasta tuvo oportunidades para haberse ido a 58 golpes, el mejor registro de la historia de los grandes circuitos, o a 57, marca solo alcanzada en una gira de tercera fila como el Alps Tour. La clasificación amateur la encabezó la dupla formada por McIlroy y el ejecutivo de capital riesgo Jeff Rhodes, con Pau Gasol, que acompañó al argentino Emiliano Grillo, sexto.

Marejada este domingo en Pebble Beach.
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Marejada este domingo en Pebble Beach. MICHAEL FIALAEFE

Aunque nunca es lo ideal a efectos de marketing declarar un torneo finalizado antes de tiempo (sobre todo si tu principal competidor en esta industria genera al mismo tiempo una buena historia como la de Mayakoba, por mucho que el playoff evidenciara una mala programación de horarios), lo cierto es que la actuación de Clark le viene bien en cierto sentido al PGA, que necesita un paso adelante de sus principales estrellas en un arranque de temporada en el que la única gran narrativa ha sido la de Nick Dunlap, que ganó el AmEx como amateur en una gesta inédita en el circuito desde 1991.

El resto de torneos han encumbrado a jugadores menores como Chris Kirk (Sentry) y Grayson Murray (Sony Open) y a un recién llegado como Matthieu Pavon (Farmers), el primer francés que gana una cita del tour. Todos tienen detrás relatos interesantes, pero no están en el grupo de nombres que las televisiones y los patrocinadores, sobre todo cuando a estos últimos se les ha pedido un esfuerzo económico extra para acercar las bolsas de premios a las que ofrece el LIV, quieren ver en lo alto de la clasificación llegado el domingo.

Esta semana la cosa debería remontar en Phoenix, con el público más efervescente del circuito, y la próxima volverá a escena Tiger Woods en el Genesis, el torneo que apadrina en Los Ángeles. Justo la clase de reclamo que necesita el PGA para mantenerse en el centro del escenario mediático mientras ultima su acuerdo (o no) con el LIV tras asegurar 3.000 millones de inversión del Strategic Sports Group, un conglomerado de multimillonarios y propietarios de varias franquicias deportivas estadounidenses.

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