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MONTAÑISMO

El fuerte viento frena el reto de Brownlee y Harila en el Cho Oyu

Adriana Brownlee y Kristin Harila ven interrumpido su reto por el viento, que no ha bajado de los cien kilómetros por hora en la cumbre.

La montañera Adriana Brownlee.
PTV

El fuerte viento, que no ha bajado de los cien kilómetros por hora en la cumbre, ha interrumpido el reto de la montañera británica con doble nacionalidad española Adriana Brownlee y la noruega Kristin Harila de alcanzar la cima de Cho Oyu, y les ha hecho perder gran parte de su material, valorado en unos 10.000 euros.

En conversación con EFE desde Katmandú, Brownlee explicó que la expedición de la que forma parte el guía nepalí Gelje Sherpa y que trata de alcanzar los 8.201 metros de la sexta montaña más alta de la tierra en el Himalaya, quiso hacer una rotación hasta el campamento 3 después de Navidad para dejar material y acercarse a la cumbre, pero vio frustrados sus planes.

“Sabíamos que iba a haber vientos muy fuertes hasta el campo 1, pero hasta el extremo de que no podíamos caminar en línea recta porque nos echaba para atrás. Y allí es donde empezaron las dudas de que nuestras cosas depositadas en la rotación anterior no iban a estar en campo 1â”, indicó.

Brownlee relató que en su intento llegaron a 20 minutos de este campo 1, pero decidieron parar y volver al campo base, porque era muy peligroso, aunque dos sherpas sí consiguieron llegar con muchas dificultades y confirmaron que “todas las tiendas y las equipaciones ya no estaban allí”.

Perdimos todo. Por lo menos 10.000 euros de material. Pero en vez de frustrarnos y enfadarnos hicimos un plan de subir otra vez cuando no hubiera tanto viento e intentar buscar algunas cosas. Unos días después subimos y metiéndonos por los ‘crevasses’ y buscando por todos lados encontramos 3 downsuits (trajes) y 2 sacos de dormir, todo 20 metros debajo”, lamentó.

Esta situación los obligó a pasar el año nuevo en el campo base, a la espera de ventana para poder reemplazar el material perdido, pero “hasta ahora el viento nunca ha bajado menos de 100 kilómetros por hora en la cumbre, con lo que es imposible hacer algo en la montaña”.

“Al final decidimos dejar a los sherpas ir a sus casas, porque algunos son instructores en la academia de Khumbu y ahora hay cursos en los que pueden trabajar, y Gelje Sherpa y yo fuimos a Katmandú a esperar que el viento se calmara un poco”, apunta.

Desde allí, Brownlee narra que siguen a “la espera de que haya una ventana en las primeras semanas de febrero”, aunque pueden surgir otros inconvenientes para retomar una aventura. “El problema es que en ese mes empieza a nevar y las cuerdas fijadas hasta 7.200 metros se van a romper, salir de los ganchos de sujeción o congelar”, dice.

Brownlee, hija de madre alicantina y padre inglés, cuenta que se enganchó a la montaña desde pequeña siguiendo el ejemplo de su padre y que a los 9 años se marcó el reto de lograr junto a él el récord de los Tres Picos de Escocia, Inglaterra y Gales en menos de un día.

Ahora lleva diez de los catorce ochomiles y el pasado otoño ya trató de subir el Cho Oyu con la intención de abrir la nueva ruta desde Nepal, aunque tuvo que aplazar el proyecto hasta ahora.