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Jon Rahm ficha por el LIV

El vasco se marcha a la superliga saudí por una cifra estimada entre los 500 y los 600 millones de euros. Torpedo a la línea de flotación del PGA.

Jon Rahm ficha por el LIV
LIV Golf

El fichaje de Jon Rahm por el LIV está hecho. La superliga saudí se hace con él mediante un contrato cuya duración se ha cifrado en cuatro años y su prima, entre los 500 y los 600 millones de euros. Uno de los mayores de la historia del deporte tanto por volumen como por lo que supone: un torpedo a la línea de flotación del PGA en medio de la recta final de las negociaciones para rematar el principio de acuerdo entre ambos circuitos, enfrentados desde hace dos años, que debía enterrar el cisma.

Según publicaba por la mañana el Wall Street Journal, era cuestión de poco tiempo que se anunciara el trato, y según pudo saber AS por fuentes cercanas al entorno del vizcaíno de 29 años, este se encontraba en Nueva York este jueves, presumiblemente cerrando los último flecos de una negociación que se ha llevado con un hermetismo absoluto. Pocos minutos antes del anuncio oficial del LIV, pasada la medianoche en la península, su cuenta de Twitter publicó una sopa de letras en la que proponía a sus seguidores encontrar nombres de jugadores del circuito. En la quinta línea empezando por arriba aparecía “Rahm”. Instantes después Rahm apareció en Fox News oficializando su decisión.

“Como podéis ver es oficial. Después de todos los rumores, algunos eran ciertos, oficialmente me uno a LIV Golf. No ha sido una decisión fácil. Es divertido jugar por algo más que por ti mismo. LIV Golf ha traído algo fresco y nuevo, es algo que me emociona”, arrancó. “No puedo comentar nada de los detalles, es un negocio privado y se mantendrá privado. Ha sido una gran oferta. El dinero está genial, pero lo que he dicho antes es cierto, no juego al golf por dinero sino por el amor al juego. Pero como marido y padre debo aprovechar estas oportunidades. Ha sido un factor, pero hay otros. Ser parte de un equipo, ser un capitán, liderar a mis compañeros es especial. Ojalá algunos niños en el futuro crezcan siendo aficionados de mi equipo como yo he crecido siendo del Athletic de Bilbao. Nadie nos fuerza a hacer esto, es nuestra decisión. He tenido una gran plataforma en el PGA Tour y siempre estaré agradecido. Si todo va bien, en el futuro todavía quiero tener esa plataforma. Sé que aquí escuchan a los jugadores, espero poder tener conversaciones y dar mi opinión para que haya cambios a mejor en el futuro. Pero mi objetivo es hacer crecer al golf”, explicó.

Desde su aparición en 2021, el LIV ya había reclutado a figuras muy importantes en el circuito norteamericano como Brooks Koepka, Dustin Johnson, Phil Mickelson o el también español Sergio García, todos campeones de majors, en un roster completado por viejas glorias como Henrik Stenson, Martin Kaymer o Ian Poulter y jóvenes promesas como otros dos productos nacionales, Eugenio Chacarra y David Puig. Pero con Rahm se lleva a un top-3 mundial, campeón del US Open en 2021 y el Masters este año, con 19 victorias en total y en múltiples lapsos número uno del ranking, que además está en su prime.

Rahm, como informó Ten Golf, tendrá su propio equipo y podría reclutar como compañeros a Tony Finau y Tyrrell Hatton. Los Fireballs capitaneados por Sergio García, que cuentan con los también españoles Eugenio Chacarra y David Puig, finalmente no serán su destino como se había especulado. En el formato disruptor del LIV, que ofrece música en directo en sus torneos y deja jugar con bermudas, se compite individualmente y por equipos, por bolsas de 20 millones por torneo, otra de 14 para el equipo campeón y 20 para el ganador de la clasificación anual individual. Los fields son de 48 jugadores y los torneos, a 54 hoyos, tres vueltas.

Rahm, aunque no fue nunca el más combativo en la defensa del PGA, apostando por una posición de entendimiento mutuo en contraste con otras voces como la de Tiger o McIlroy, había cerrado hasta ahora la puerta a su incorporación tajantemente. “Esta es la única vez que voy a hablar de este tema. Declaro oficialmente mi lealtad al PGA Tour”, dijo en febrero de 2022. “Nunca he jugado al golf por un tema económico. Juego por amor al golf y quiero competir contra los mejores del mundo. Siempre he estado interesado en la historia y el legado, y eso es lo que tiene el PGA. Hay un significado cuando ganas el Memorial, el Arnold Palmer, en Los Ángeles o Torrey Pines. Son sitios históricos. Eso significa mucho para mí. Solo Tiger y yo hemos ganado un US Open en Torrey. Eso es un recuerdo que voy a tener toda la vida, y que muchos otros no tienen. Mi corazón está con el PGA Tour. Es todo lo que puedo decir. No es asunto mío ni está en mi forma de ser juzgar a quien piense distinto. Y para muchos, no voy a mentir, tres o cuatro años allí es su plan de jubilación. Es una muy buena retribución antes de despedirse”, aseguró durante el US Open de 2022.

Los grandes, garantizados hasta 2027

Finalmente los petrodólares le han seducido, con las implicaciones potencialmente gigantescas que eso tiene para el futuro de este deporte a corto, medio y largo plazo. Antes del 1 de enero, salvo prórroga, se conocerá el resultado de las negociaciones PGA-LIV. La idea del principio de acuerdo alcanzado en junio es que el circuito estadounidense y el PIF, el Fondo de Inversión Publica saudí que financia al LIV, se unirían en una entidad con ánimo de lucro a la que esta última organización bombearía parte de su inmenso capital, y se repartirían acciones entre los jugadores en un modelo inédito de distribución de los beneficios. Ahora está por ver si las conversaciones no descarrilan y el PGA apuesta por sentarse con otros inversores interesados de los que se viene hablando, como Fenway Sports Group o Endeavor.

De no haber entente y seguir operando ambas estructuras por separado en un clima hostil, Rahm tiene la tranquilidad de contar con exenciones para jugar los cuatro grandes al menos hasta 2027 (en el caso de Augusta, de por vida, y en el del US Open hasta 2031) si el LIV continúa fuera del engranaje del ranking mundial. Y siempre que no renuncie a su afiliación al DP World Tour (otra incógnita por ahora son las medidas disciplinarias que el tour europeo y el PGA tomarán, si es que las toman, contra él), podrá ser seleccionable para la Ryder Cup.

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