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DÍA DEL TRABAJADOR

¿Cuáles son las ligas deportivas profesionales en España y en qué se diferencian del resto?

En España solo hay cinco ligas deportivas profesionales, pero hay otras, como la Liga Nacional de Fútbol Sala, que continúan luchando por esta consideración. La Liga F o la Asobal, las últimas en conseguirlo.

¿Cuáles son las ligas deportivas profesionales en España y en qué se diferencian del resto?

España se caracteriza por numerosas cosas, pero una de ellas es su arraigo con el deporte. Aunque el fútbol continúa siendo el deporte rey, cada cierto tiempo hay otros que consiguen profesionalizar sus competiciones. A día de hoy, España cuenta con cinco ligas deportivas profesionales y alguna que, sin serlo formalmente, cumple casi todos los requisitos para llegar a serlo.

El ejemplo más claro es LaLiga EA Sports o Primera División de fútbol masculino, competición que lleva disputándose desde 1929, aunque no fue hasta 1984 cuando se convirtió en profesional. En aquel año, la RFEF dio un paso al costado y fue la Liga Nacional de Fútbol Profesional la que comenzó a gestionarla. Uno de los aspectos en los que más se ha avanzado es en derechos laborales. El salario mínimo, por ejemplo, cada ciertos años aumenta debido a nuevos convenios. Hace poco más de un año, LaLiga llegó a un acuerdo con la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) para aumentar el salario mínimo, pasando de 155.000 euros a 186.000, cifra que aumentará año a año hasta los 195.000 euros en la temporada 2025/2026.

Esto mismo ocurre con LaLiga Hypermotion o Segunda División de fútbol masculino, cuyo salario mínimo es 96.046 euros. La segunda categoría del fútbol español es otra de las ligas deportivas profesionales y también la que marca la barrera de la profesionalización, pues todas las que están por debajo (1RFEF, 1RFEF, 3RFEF...) dependen de la Real Federación Española de Fútbol.

Una de las ligas deportivas que ha vivido más conflicto es La Liga F o Primera División Femenina de España. Tras una lucha incansable de las futbolistas, que unieron fuerzas a través de la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (ACFF), el 15 de junio de 2021, el Consejo Superior de Deportes proclamó esta liga como profesional. Pero tras la profesionalización también hubo problemas. 25 días después de que la Selección española levantase el Mundial en Sídney, las jugadoras convocaron una huelga por las discordancias con el salario mínimo. La primera jornada no se disputó y el 14 de septiembre La Liga F y las futbolistas llegaron a un acuerdo: 21.000 euros de sueldo mínimo que alcanzarían los 23.500 en la temporada 2025/2026.

El caso de la Liga ACB o Liga Endesa es similar al del fútbol masculino. En 1957 se comenzó a disputar la liga de baloncesto organizada por la Federación Española de Baloncesto, pero se puede considerar profesional a partir de la temporada 1983/84, momento en que la Asociación de Clubes de Baloncesto tomó las riendas de la competición. En este caso, el tema del salario mínimo es algo más conflictivo, ya que el Ministerio de Trabajo intervino en 2021 y obligó a la ACB a modificar el convenio firmado con los jugadores. Ahora mismo, el salario mínimo de la Liga ACB es 28.000 euros, importe que puso fin a la gradualidad del antiguo acuerdo, por la que la retribución mínima a percibir acababa dependiendo de la edad.

La Liga Asobal es la última en conseguir la categoría de profesional, aunque al ser la más novicia no está exenta de complicaciones. El Consejo Superior de Deportes le otorgó esta condición el 28 de junio de 2023. La primera temporada como liga profesional fue la 2023/24, que coincidió con el 40º aniversario de la liga. Uno de los objetivos de la Liga Asobal era reducir la dependencia de los patrocinios locales y ahora se encuentra en proceso de consolidación.

El caso más especial es el de la Liga Nacional de Fútbol Sala, que a pesar de no ser profesional, cuenta con gran parte de los requisitos para ser reconocida como tal. En marzo de 2023, el Partido Popular solicitó al Gobierno la aprobación de la Primera y Segunda División de Fútbol Sala como competiciones de carácter nacional. El proceso se está dilatando y en abril del año pasado, clubes de Primera División solicitaron una respuesta “urgente” al CSD respecto al estado del proceso de profesionalización de la competición.

Habitualmente se ha entendido que una competición es profesional cuando sus deportistas tenían condición de profesionales, es decir, cuando estaban unidos a una entidad deportiva por un vínculo laboral. Pero este criterio no basta para catalogar a una categoría como profesional, sino que otros criterios como la importancia y la dimensión económica de la competición son fundamentales para que la organización tenga una organización propia.

La combinación de requisitos necesarios para calificar a una competición como profesional hace que, si alguno de ellos no se cumple, la competición no sea considerada profesional por el CSD, por lo que pueden darse competiciones no profesionales o aficionadas en las que participen deportistas profesionales. Y esta es la situación en la que se encuentran la LEB ORO (Segunda División de baloncesto), LEB PLATA (Tercera División de baloncesto) y la Primera y Segunda División de fútbol sala.

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