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AJEDREZ

Carlsen sufre una de sus peores derrotas y desata la polémica: “Recibió el castigo merecido”

El noruego alegó problemas de concentración al ver a su rival, con más de 300 puntos de ELO de diferencia, con un reloj. La federación kazaja carga contra él.

Actualizado a
Carlsen sufre una de sus peores derrotas y desata la polémica: “Recibió el castigo merecido”
Qatar Masters

Magnus Carlsen sufrió una de las derrotas más duras de su trayectoria tras caer en la segunda ronda del Qatar Masters contra el kazajo Alisher Suleymenov. En tan solo 31 movimientos, el jugador asiático -al que el excampeón del mundo le sacaba más de trescientos puntos de ELO- tumbó al noruego con una exhibición de principio a fin.

La última vez que Carlsen perdió contra un rival con un ELO inferior a 2520 fue en el Campeonato de Noruega de 2006, cuando lo hizo ante su compatriota Berge Ostenstad, que tenía 2480 puntos. Por aquel entonces, el considerado por muchos como mejor jugador de la historia no llegaba a los 2650 de ELO, mientras que ahora está en los 2837 virtuales.

Lo sorprendente de la partida no el resultado, que también, sino la superioridad que Suleymenov mostró en todo momento. Un hecho verdaderamente significativo teniendo en cuenta que Carlsen venía de desplegar un gran nivel en el Campeonato de Europa de ajedrez por equipos. Él mismo explicó en su cuenta de Twitter el porqué de su rendimiento nada más abandonar la sala de juego.

“He sido totalmente destrozado en mi partida de hoy. Esta no es una acusación a mi oponente de nada, pues jugó una partida impresionante y mereció ganar. Pero, honestamente, tan pronto como le vi que estaba llevando un reloj, perdí mi capacidad de concentrarme”, escribió volviendo a revivir los fantasmas del todavía vigente ‘Caso Niemann’. Por ello, cargó contra la organización por “no tomarse en serio la lucha contra las trampas” y admitió que la responsabilidad de no haber podido estar tranquilo en la partida era suya.

La reglamentación vigente

Las Leyes del ajedrez aprobadas por la Federación Internacional para el año 2023, en su artículo 11, hablan del comportamiento que han de tener los jugadores en los torneos. En su apartado 11.3.2.1 se expone cómo está la normativa con respecto a los dispositivos que pueden tener los participantes a la hora de presentarse a una partida.

Durante la partida está prohibido que un jugador tenga cualquier dispositivo electrónico no aprobado específicamente por el árbitro en la sala de juego. Sin embargo, las bases del torneo pueden permitir que tales dispositivos se almacenen en la bolsa de jugadores, siempre y cuando el dispositivo esté completamente apagado”, versa el escrito.

Los móviles, por ende, no pueden entrar en las salas de juego, como tampoco lo pueden hacer los relojes inteligentes. Sin embargo, tal y como le confirmó uno de los árbitros al propio Carlsen durante la partida, los relojes analógicos sí pueden llevarse siempre y cuando no emitan ningún sonido.

Como consecuencia de la polémica, la organización del torneo ha emitido un comunicado pocos minutos antes del comienzo de la tercera ronda anunciando un endurecimiento de las medidas anti trampas. Todos los jugadores tendrán que pasar un escáner de seguridad, existirá un control con respecto al uso de teléfonos móviles por parte de espectadores y árbitros y, además, las partidas se retransmitirán con una demora de quince minutos.

Nakamura y la Federación kazaja echan leña al fuego

En uno de sus habituales vídeos publicados en YouTube, el segundo cabeza de serie del torneo, Hikaru Nakamura, publicó una pieza de 26 minutos interpretando que Carlsen había acusado a su rival de hacer trampas. Algo que no le gustó al campeón noruego, que aclaró una vez más en su cuenta de Twitter que confiaba en la integridad de su rival. “Usar constantemente mi nombre para ganar clics está muy bien, pero esto aburre”, lamentó. Más tarde, Nakamura cambió el título del vídeo.

Más duros todavía con Carlsen han sido desde la Federación Kazaja de Ajedrez. En un comunicado de prensa enviado a los medios de comunicación, el organismo ensalza la partida de su jugador y acusa al noruego de haber “subestimado a su rival”. “Hizo jugadas superficiales en el medio juego y recibió el castigo merecido”, zanjan con dureza.

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