Campillo se estrena en la pelea por un título del PGA
El extremeño, -3 para -3 en la segunda vuelta, saldrá este sábado a tres impactos de la cabeza. Tercer corte pasado en cuatro torneos.
La hasta ahora notable aventura de Jorge Campillo en el PGA Tour cobró una nueva dimensión este viernes. En la que es su cuarta aparición del curso en el circuito estadounidense, tras ser 19º empatado en México y 53º en el Cognizant (falló el corte en Puerto Rico), el extremeño de 37 años se metió en la pelea por el Valspar Championship, torneo de cierto lustre que ha congregado a jugadores de postín como Justin Thomas, Jordan Spieth y Xander Schauffele, con una segunda vuelta de tres bajo par, otros tantos en el acumulado.
Tres cortes superados ya para un jugador al que no se le presuponen victorias por mucho que sea un múltiple ganador en el circuito europeo, al fin y al cabo es el 114º del mundo. El asunto es que Campillo no pertenecerá a la nobleza del golf, pero persevera, y cuando está fino de tee a green como esta semana (21º en total de golpes ganados), hay que contar con él. Si abrocha el par en el 18 este sábado, saldrá al día de movimiento a dos golpes de la cabeza de la tabla, que ostenta un pelotón de cinco golfistas, los que alcanzaron el -6, todos norteamericanos: los estadounidenses Kevin Streelman, Chandler Philips, Brendon Todd y Stewart Cink, este último un clásico recordado por su victoria en el British de 2009 en Turnberry (o más bien por ser el ‘villano’ que privó a Tom Watson de ganarlo con 59 años), y el canadiense Mackenzie Hughes. En -5 se quedaron el citado Thomas, el favorito este fin de semana por palmarés, y otra amenaza a tener en cuenta como Lucas Glover.
Campi cimentó su tarjeta en ese catalizador de grandes vueltas que es el eagle. Lo enchufó en el primer hoyo, tras cubrir con el segundo golpe 222 metros desde la calle para aterrizar la bola a apenas dos y medio del agujero. Fallaría el green del cuarto, primer par 3 del día, pero el bogey no hizo mella. Lo corrigió en el 8, otro de los segmentos cortos, y volvió a restar en el 11 y el 14. Buen botín para encarar el ínclito Snake Pit, el tramo del 16, 17 y 18 del Innisbrook Resort de St. Petersburg (Florida, EE UU), uno de los más desafiantes del golf de élite, del que apuntaba a salir incólume hasta que se cargó con un bogey en el último segmento, que decidió terminar pese a que para entonces ya se había anunciado la suspensión del juego por falta de luz. Un golpe de más que sin embargo no empaña el que será el sábado más ilusionante para él en lo que va de año.
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