Calabazas del Open a Rahm
La Jarra de Clarete esquiva de nuevo al vasco, que se diluyó tras un gran comienzo y cierra con un -1 para -3, lejos del top-10.


Jon Rahm cerrará su segundo año seguido de sequía en los grandes tras concluir con un -1 para -3, lejos del top-10 un British Open que le dio calabazas tras un primera cita prometedora el jueves, cuando el vizcaíno abrió con un -1 y dejó sensaciones de que, tiempo después, volvía a estar para pelear un grande. El paso de los días diluyó aquello y nunca llegó a estar en posición de conquistar la Jarra de Clarete, que a falta de los últimos partidos de este domingo acariciaba el estadounidense Scottie Scheffler, pero sí que consolida ese poso de que la tendencia es al alza a un par de meses de la Ryder, para la que estrictamente aún no tiene asegurado el puesto.
La última vuelta de Rahmbo en Royal Portrush (Irlanda del Norte) se pareció mucho a las dos anteriores. Todo correcto, nada demasiado negativo, aunque perdió golpes alrededor del green y eso es una anomalía considerable para él. Faltó chispa. Un día de 65 golpes, que lo tiene de sobra en la bolsa y más en las condiciones en las que se ha jugado este Open de viernes a domingo, un regalo de los cielos británicos que en tantas ocasiones han convertido este torneo en un reto de supervivencia, hombre vs naturaleza.
Jon Rahm termina #TheOpen con birdie.#AquíGritamosGolf pic.twitter.com/hklSyDa7UK
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“Contento, no. Un poco más agradable el birdie del 18, eso sí, muchísimo”, comentaba tras poner el broche a su novena aparición en la cita. “No sé, no es que sienta que esté jugando mal. Ni siquiera que esté lejos de hacer pocas. Me fastidia que la diferencia entre lo que yo siento y el resultado sea tan grande. Entre el 7 y el 10 no he sentido que lo hiciese tan mal y, pues no sé, he jugado fatal. He hecho tres bogeys y solo he salvado el del 11. Del 1 al 6 y luego del 12 en adelante he jugado bien”, completó de una jornada en la que un acelerón final, con birdies al 12, 15 y 18, frenó la sangría que él mismo narra en la mitad de su ejercicio, los bogeys al 7, 9 y 10 tras un birdie en el 5.
“Tres buenos, uno malo. Destacando un poco más el PGA, en el que jugué muy bien y tuve oportunidad de ganar. A ver si puedo conseguir estar en esa mezcla entre los jugadores que están para ganar más a menudo. Es duro terminar con mal sabor de boca. No haber jugado un poco mejor”, analizó su actuación en el Grand Slam, en el que completó dos etapas con el US Open de 2021 y el Masters de 2023 para frenarse después, aunque este año ha sido top-10 en el PGA y el US Open y desde que está entre la más absoluta élite de este deporte solo finalizó la campaña 2022 sin un solo puesto entre los diez mejores de un major.
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