Revancha del Logroño para meterse en la final
El Faraón Aly frenó al ataque del Bidasoa, inyectó de moral a su equipo y los riojanos dan la sorpresa en Irún.
La racha del Ciudad de Logroño sigue mejorando: siete partidos ganados en la Liga, y uno más en la Copa de España frente al anfitrión Bidasoa, en Irún, que contaba con disputar la final del domingo frente al Barça y asegurarse un puesto para la Liga Europea. Pero han sido los riojanos, que perdieron en la primera vuelta liguera en su pista 27-28, y se han tomado la revancha con el mismo marcador pero invertido (14-12 al descanso).
Como partido, tal vez el Bidasoa hubiese ganado este choque de no haber estado Mohamed Aly en la portero visitante, porque el egipcio no sólo paró balones imposibles en el uno contra uno, sino que mantuvo a su equipo cuando perdía esos pases previsibles al pivote y el Bidasoa salía al contraataque; también inyectó moral a sus compañeros y el Faraón les obligó a hacer algo más que exhibirse en combinaciones imposibles, porque cuando un portero se multiplica te deja en evidencia si no haces lo mismo.
El encuentro siempre estuvo en un pañuelo, mandando el Bidasoa, contemporizando el Logroño., como si tuviese el objetivo de jugarse la suerte del choque en el último cuarto del encuentro, cuando con 20-19 Velasco decidió el ahora chicos, con seis jugadores españoles en el ataque, completados con Aly y Ponciano en defensa. El Bidasoa, que tuvo ocasiones de sentenciar, ahora parecía alicaído, sin la contundencia habitual de su juego, y a la desesperada en el último minuto no fue capaz de forzar la prórroga: su culpa, no aprovechar la exclusión de Palomino por fingir, no sacar rédito a esa situación en los cuatro últimos minutos que le acabaron condenando.