Las gemelas Bonaventura se aferran a los desenlaces polémicos

Las gemelas francesas Charlotte y Julie Bonaventura son, de largo, la pareja de árbitras más célebres del balonmano mundial. Su calidad está fuera de duda, y dirigen las mejores competiciones internacionales, masculinas y femeninas. Pero también les acompañan ciertos ademanes polémicos: el más recordado para España fue la final del Mundial femenino en Japón, entre España y Países Bajos, que se decidió de penalti en el último segundo porque interpretaron que Ainhoa Hernández había entrado en el área rival para impedir el saque. Podrían tener razón, pero sin la ayuda de las cámaras era muy arriesgado optar por esa posibilidad porque la invasión siempre ha resultado dudoso en las veces que se ha repetido esa acción a cámara lenta, por ejemplo.

Hoy, en el choque entre Portugal y Brasil, de la segunda ronda, tras un encuentro equilibrado los portugueses llegaron al minuto definitivo con empate (27-27), y en su ataque lograron el tanto 28-27 con treinta segundos por delante. Brasil podía empatar, pero entre un lanzamiento con bloqueos y otra vez el saque se acabó el choque: 28-27.

Los saltos de los portugueses por la victoria se congelaron al observar que las francesas se clavaban en el monitor de los auxiliares de mesa, y un minuto después, con el gesto de hacer el cuadrado de una televisión, señalaban tarjeta roja al pivote Borgés, y penalti que marcaba Dupoux para establecer un empate a 28 que sorprendía a la propia IHF que durante mucho tiempo mantenía el 28-27 como resultado definitivo en su página oficial. La realidad es que la realización del partido no mostró las imágenes de ese final controvertido, y tampoco las árbitras habían atisbado nada irregular...