Esther Arrojeria desata la euforia en el Gasca

En el ambiente alrededor del Súper Amara Bera Bera se había creado un estado de necesidad de superar la tercera eliminatoria de la Liga Europea ante el Lublin como si fuese cuestión del club, meterse en la fase de grupos como objetivo fundamental de la tempotrada en el mes de noviembre. Lo avanzó Imanol Álvarez, que quiso tener a todas las suyas tan activadas que ni sentadas pudiesen sentirse cómodas. Las polacas aterrizaban en el Pabellón Gasca donostiarra con un 19-23 de la ida, y las locales sin su estrella Elke Karsten, en el banquillo con un apósito en la nariz, baja segura. Pues lo lograron: 26-20 (14-9). Reto conseguido.

Ha sido uno de esos días maravillosos de Esther Arrojeria, la central vasca, la que ha tirado de galones en el club de toda su vida, y desde su amor propio las compañeras han creído que la remomntada era posible: siete goles sin fallo en la primera parte, más uno en la segunda (8 de 10), pero lo más importante aún: a quince segundos del final, 25-20, cuando el Lublin atacaba para tener opciones de pasar, ha visto que el pase le llegaba mal a una polaca, lo ha recuperado en la mitad de la cancha, apertura a Maitane Etxeberria que llegaba a mil por hora, y gol definitivo, con un Pabellón estallando eufórico.

Esos quizá sean los nombres propios de un partido marcado por la actividad constante del equipo donostiarra. La primera línea casi una cabeza más alta que las locales, con Carmen Arroyo de un avanzado móvil para dificultar los pases, y con todas a su alrededor cerrado los huecos para ayudar el gran partido de Lucía Prades en la portería. Gracias a ese compromiso colectivo el Bera Bera superó los momentos del inicio de la segunda parte con el Lublin atacando con siete, pero desde el 15-13 controló el déficit para remontar, tener la eliminatoria franca y equivocarse en una exclusión una por la que encajó un 0-3 fundamentalmente por errores en la circulación de balón. Pero lo que se necesitaba, estar en las liguillas de la Liga Europea, conseguido de manera emocionante y hasta brillante.