El Bidasoa pone fin a los 33 triunfos seguidos del Barça
Los de Irún, que llevaban 30 derrotas consecutivas con los catalanes, arañan un empate que incluso supo a poco. Es el tercer empate del Barça en liga en cinco años.
El Bidasoa-Irún estuvo a punto de infligirle al Barça su primera derrota en una pista española desde el 13 de abril de 2018 y, aunque lo tuvo todo a favor en un encuentro que dominó desde el principio, el Barcelona logró un empate en el último momento que le permitió, al menos, salvar los muebles.
Aquella derrota hace más de cinco años, la otra fue en despachos por una alineación indebida contra Torrelavega, sobrevoló Artaleku desde el inicio porque el conjunto de Jacobo Cuétara demostró haber dado un paso adelante que le debe de procurar muchas alegrías esta temporada. El Barça, que acabó por sumar el tercer empate en la Asobal en 5 años, 4 meses y 25 días, sufrió su último revés en el Palau ante el Fraikin Granollers (28-29) el 13 de abril de 2018. Fue el fin a una serie, prácticamente inalcanzable, de 145 victorias y un empate que duró 4 años, 10 meses y 26 días.
Desde esa derrota, el equipo de Carlos Ortega ha sumado ya en Liga 146 victorias y tres empates: en la pista del Logroño (28-28) el 26 de marzo de 2019, en la del Antequera (32-32), el 14 de mayo de 2022 y la de este sábado ante el Bidasoa Irún. Los locales salieron totalmente enchufados al partido, con una defensa contundente y mucho ritmo en sus acciones de ataque en el que brillaron todos sus jugadores, en especial el extremo Cavero.
Sobresalió también en su retorno a Irún el pivote Esteban Salinas, que levantó a la grada en cada una de sus acciones, y sobre todo un bloque defensivo que estuvo como pocas veces de infranqueable para un conjunto azulgrana que parecía acusar el cansancio de su exigente pretemporada y que sobrevivía, casi siempre a remolque en el marcador, por las genialidades de Dika Mem. La afición que llenaba Artaleku comenzó a crecer cuando pasaban los minutos y constataba las dificultades del vigente campeón para superar al tunecino Harbaoui, el pabellón se venía abajo en cada ataque y casi siempre los amarillos obtenían algo positivo para desesperación de un Antonio Carlos que no lo veía nada claro al descanso.
La segunda mitad no cambió el desarrollo de un encuentro apasionante, los vascos seguían a lo suyo en defensa, arriba encontraban siempre opciones, ahora ya ante un danés Nielsen que dejaba en el banquillo a su compañero Pérez de Vargas con estadísticas mejorables. El 20-16 a veinte minutos del final encendía ya las alarmas en el seno culé, los bidasotarras no aflojaban y su defensa se hacía por momento indescifrable para un Barça que empezaba a buscar soluciones desesperadas.
El “¡Sí, se puede!” de la grada durante todo el segundo tiempo reflejaba lo que podía pasar en un encuentro que sería histórico para Bidasoa si conseguía doblegar a los imbatibles blaugranas, a pesar de que estos seguían tirando de todo su amplio fondo de armario, esta vez con un gran Richardson, para intentar desarbolar físicamente a los guipuzcoanos. Harbaoui cerró su puerta durante los minutos más críticos con actuaciones espectaculares, Gorka Nieto elevó las diferencias a cuatro (25-21) en el tramo final y el Barça se enfrentó con una doble exclusión que le ponía ante su peor momento en años en un partido Asobal.
El equipo catalán se rehizo como no podía ser de otro forma y con un penalti detenido por un Pérez de Vargas que se hacía gigante por momentos al chileno Rodrigo y un tanto de Frade empataba el choque a cinco minutos del final, en lo que parecía iba a ser el punto de inflexión a favor de los barceloneses en este encuentro. Se quedó a medias porque Gorka Nieto marcó el 26-25 a dos minutos del final, el brasileño Langaro lo empató a falta de uno y a cuatro segundos los vascos perdieron su posesión para dejar ese tiempo al Barcelona que pudo haber vencido si Dika Men logra su gol dentro del tiempo reglamentario, pero unas décimas lo dejaron fuera para alborozo de Artaleku.