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GOLF | MASTERS DE AUGUSTA

Rahm resbala en el diluvio de Augusta

El vasco recorta distancias en la reanudación y pincha en la 3ª ronda antes de otro bocinazo. Aun así, es segundo a cuatro golpes de Koepka. Hoy, 3ª y 4ª ronda si la lluvia respeta.

Actualizado a
Rahm resbala en el diluvio de Augusta
BRIAN SNYDERREUTERS

La lluvia de Augusta es el palo y la zanahoria para Jon Rahm. Se movió como pez en el agua el vasco el viernes, cuando abrochó dos birdies entre la primera suspensión por mal tiempo y la definitiva, y en la mañana de este sábado, en la reanudación, mejoró la tarjeta en condiciones que llenaron muchas otras de borrones. El frío y la humedad no parecían un problema para el León de Barrika, que se dio el lujo de restar con un dardo en el 12, el corazón de Amen Corner, antes de un final de segunda ronda movidito.

Le rascó un golpe al par 5 del 15, llevando su balance total en hoyos largos a -7 tras los dos primeros días. En el 16, bandera difícil esta vez, escondida al fondo del green, tripateó para el primer bogey de la semana, pero corrigió en el 17 metiéndola desde el collarín, unos seis metros y medio. Un amargo bogey en el 18 le dejó en -3 para -10, a dos golpes de un Koepka que desde su atalaya, con su segunda vuelta completada el viernes antes del retraso, vio como se le arrimaba el mejor golfista de lo que va de temporada. Con Bennett, un amateur, como el siguiente mejor con -8, todo apuntaba a un duelo bajo la lluvia entre dos ‘capos’, dos tipos en el círculo de campeones de grandes. Una de las figuras del PGA Rahm, uno de los fichajes estrella del LIV Koepka. La madre del cordero.

Lo hubo, pero se quedó en aperitivo porque la lluvia no dio tregua y Augusta, aunque tenga uno de los mejores drenajes del mundo, se empezó a ahogar por el aguacero. Se canceló la tercera ronda con el partido estelar en el séptimo hoyo y sigue cobrando fuerza el que sería el quinto final en lunes de la historia del torneo. En principio hay margen para terminar el domingo, pero otro parón sería difícil de recuperar. Ocurra lo que ocurra, Rahm llegará al último día de la semana a cuatro golpes de Koepka, con +1 para -9 tras dejarse un golpe ayer en el primer tercio del campo con un mal approach en el 4 y un tripateo en el 5. La buena noticia es que seguía con su buena marcha en los pares 5, -8 en los nueve que ha jugado hasta ahora tras el birdie al 2, una estadística clave para ganar el Masters. La mala es que delante está la versión premium de Koepka, la infalible: un eagle, once birdies, el último antes de la evacuación, y solo un bogey. En -1 para -13, Tendrá que poner de su parte para que haya un cuarto chaqueta verde español.

Tiger resiste a Augusta

Tiger Woods se apuntó al fin de semana del Masters por 23ª vez consecutiva. Ni en sus horas más bajas, al menos en lo físico, Augusta puede con el Tigre, que este sábado, en la reanudación de una segunda vuelta suspendida el viernes por mal tiempo, consiguió por los pelos pasar el corte con una tarjeta de +1 para +3. Empató la estadística con el sudafricano Gary Player y el estadounidense Fred Couples, que tiró un +2 para +1, el de más edad de la historia en hacerlo a sus 63 años y 187 días.

Ha vuelto a resultar doloroso ver a Woods surcar el sube-baja que es Augusta entre muecas de dolor. Ningún día le ha ganado al campo, con vueltas de 74 y 73 golpes, y solo la escabechina de resultados que provocó la lluvia en la matinal de este sábado llevó el listón hasta el +3 que le daba plaza en las dos últimas rondas. El californiano no ha conseguido ningún birdie fuera de los pares 5 salvo el que le hizo al 16 el primer día. Le ha mantenido más o menos a flote su conocimiento del campo y el hecho de que es un pateador excelso. “Amo este campo y amo jugar este torneo. Me he perdido algunos por mis lesiones, pero siempre he querido jugar aquí. Tengo otra oportunidad de jugar el fin de semana, que es lo que quería. Dos rondas más”, afirmó un Tigre cariacontecido, con cara de estar exhausto.

Escuece especialmente lo suyo porque, de todo lo que ha conseguido Tiger en una carrera legendaria, lo que más resalta son esas cinco chaquetas verdes. Otros nueve top-10 acumula en el Masters, seis seguidos de 2006 a 2011, siete incluyendo su victoria de 2005. Nadie se ha acercado ni remotamente a su cuota de autoridad en este major a lo largo del siglo XXI. Falló el corte en 1996, su primera aparición profesional, y ya no se ha perdido un solo fin de semana en Georgia. Ni siquiera entre 2009 y 2017, los años de infidelidades, excesos y quirófanos, falló un corte. De su cuerpo dependerá que se acerque a los 37 de Nicklaus. Con lo que ha vuelto a enseñar ante las cámaras esta semana, parecen lejanos. En los siete hoyos que pudo jugar antes de que el juego volviera a pararse, penó con un +6 para +9 que le dejaba último.

A quien sí derrotó Augusta fue a un Sergio García cuyos problemas no están en la movilidad. Son cosas de la cabeza, como ha reconocido él mismo, quizá incomodado por la rivalidad PGA-LIV que ha marcado este Masters. El de Borriol, que ya se fue torcido del campo el viernes con un +3 para +5 en 14 hoyos y añadió tres bogeys más por un birdie en los últimos cuatro para cerrar en +5 para +7. “No sé si jugaré las previas del US Open y The Open. Veremos”, confesó a Movistar un García que cree que no se da “toda la importancia que merece” a los árboles caídos por el viento el segundo día. Este era el único grande que tenía garantizado, gracias a la exención de por vida que disfruta como campeón en 2017, toda vez que el LIV sigue sin puntos del ranking mundial.