Un bronce mundial de disco gestado en Logroño tras huir de la guerra
Mykhailo Brudin, discóbolo ucraniano sub-20 campeón de Europa y tercero planetario en 2022, fue acogido tras la invasión rusa por la familia de su rival, Marcos Moreno, y entrena en La Rioja.
La historia de Mykhailo Brudin (Druzhkivka, 03/01/2005) tiene mimbres más que suficientes para un poderoso guion cinematográfico. El reciente bronce en el Mundial Sub-20 de Cali (63,30 con disco de 1,75 kilos) y campeón de Europa de la categoría en Jerusalén (64,51 con artefacto de 1,5 kilos) el pasado mes de julio lleva un año en el que mezcla la alegría de los éxitos en los campeonatos con una difícil situación personal. Este portento del lanzamiento de disco de 17 años y casi dos metros de estatura, que empezó a lanzar en 2019, lleva en los genes la modalidad atlética ya que es sobrino-nieto de la mítica lanzadora Faina Melnik (hermana de su abuelo), la primera mujer que lanzó el disco a más de 70 metros (70,56 en 1976) y que fue medalla de oro en los Juegos de Múnich 1972 y campeona de Europa en 1971 y 1974.
Su vínculo familiar dio gloria al deporte de la Unión Soviética (después se nacionalizó ucraniana) y precisamente el actual conflicto entre estos dos países ha provocado el drama de Brudin. Tras la invasión del ejército de Putin, la casa de Mykhailo en la ciudad de la región del Donetsk, en pleno Donbás, fue destruida por los bombardeos rusos y el lanzador abandonó Ucrania junto a su madre rumbo a España en una expedición de la ONG Coopera cuyos viajes sufragó Félix Revuelta (presidente ejecutivo del Grupo Naturhouse). Aterrizaron en Logroño el lunes 11 de abril junto a 51 compatriotas y fueron acogidos por la familia de Marcos Moreno (19 años), el futuro del disco en España que ha sido sexto en la misma final del Mundial en Colombia.
Ahí se instalaron los primeros días y aunque ahora vive en una casa independiente junto a su madre, la unión con la familia Moreno es ya para siempre. Entrena bajo la dirección de Marcos Moreno senior junto a Marcos y Rodrigo Iglesias, fue ‘campeón de La Rioja’ en mayo y ha viajado a los campeonatos, tanto el continental como el mundial, como un miembro más de la expedición de la RFEA. Su felicidad por los éxitos lo ha celebrado enfundado en la bandera de Ucrania y con la fotografía de su tía-abuela que siempre le acompaña, pero el sentimiento no es completo debido a que en su cabeza está su padre, con el que habla a diario por WhatsApp, y que sigue en el frente de batalla en la guerra. Su corazón mezcla pensamientos encontrados aunque en lo que nunca dudará ya es que una parte estará siempre ligada a España y a la bondad y generosidad de uno de sus rivales del presente y futuro, Marcos Moreno y familia.
