ATLETISMO | EUROPEOS INDOOR DE ESTAMBUL
Rey Ingebrigtsen
El vikingo nórdico de 22 años revalida su título continental y se cuelga el oro en el 1.500 en una carrera en la que dominó a su ritmo. Jesús Gómez, cuarto.
Jakob Ingebrigtsen es la gran estrella de los Europeos de Estambul en el desangelado Atakoy Arena. El portentoso noruego de 22 años que parece desplazarse deslizándose por una cinta mecánica de un centro comercial suma un nuevo oro en el 1.500 con 3:33.96 para un portentoso palmarés que también incluye éxitos en Juegos Olímpicos, Mundiales al aire libre, Europeos bajo techo y outdoor, y Europeo de cross. Casi nada. El recordman mundial de la distancia en pista cubierta, que es capaz de mantener ritmos intensos durante tiempo prolongado sin generar prácticamente ácido láctico, llegaba a Estambul con el objetivo de reeditar el doblete de Torun 2021. Ya tiene el 50%.
Disparo de salida y mientras todos se miran y piensan en qué atleta tirará... irrumpe la esbelta figura del fabuloso Ingebrigtsen. Todos en línea de a uno. Toca sufrir. El oro no es pensable para nadie que no sea el rey, pero aguantar su ritmo te puede llevar al podio. Uno de ellos, Jesús Gómez. El burgalés se metió en el cuarteto que se jugaría los metales, pero a falta de 350 metros empezó a aflojar. No podía seguir al vikingo de Sandnes que cambia tantas veces de ritmo como es necesario sin modificar un correr agrupado en el que sus piernas parecen desplazarse siempre a la misma velocidad. Craso error. Va rapidísimo. Pasa el 1.000 en 2:24.01. Y aún no parece ir veloz.
“Mantengo siempre el mismo nivel de confianza en mí mismo de toda la vida y eso no cambia gane lo que gane. Siempre me emocionan las victorias”, explica el de nuevo campeón de Europa indoor al que sólo el británico Neil Gourley le apretó un poco en el último 100. Ingebrigtsen puso una marcha más y se permitió mirarle para constatar que nadie puede con él.
Si Ingebrigtsen es el atleta biónico, la máquina perfectamente preparada y estudiada para derrotar a los humanos... Jesús Gómez es la sencillez. El mediofondista de 32 años que hasta los 26 no se tomó en serio el atletismo se quedó con la medalla de chocolate, con 3:38.11, tras dos bronces consecutivos en Glasgow y Torun. El técnico superior de fabricación mecánica que ha trabajado en empresas de la industria de la automoción y el campo usa como reflexión personal que “el atletismo y el campo se parecen porque tienes que entrenar y cuidar las plantas para recoger resultados. No siempre salen, pero si no siembras no recoges. Hay que estar siempre al pie del cañón y tener paciencia”. Esta vez no pudo ser.
El siguiente reto de Jakob, el 3.000 frente a Mechaal
“El objetivo es vencer al mejor atleta que hay”, decía Adel Mechaal a AS. Se refiere a Jakob Ingebrigtsen. El español viene de batir el récord de España de 1.500 que tenía 24 años de antigüedad (hizo 3:33.28 por los 3:33.32 de Andrés Díaz desde 1999) y en Estambul, su ciudad de residencia, quiere pelear con el ogro noruego para intentar derrotarle y de no ser posible al menos que su pelea le reporte una medalla en el 3.000 de los Europeos. Mañana a las 08:00 horas son las eliminatorias y el domingo a las 18:00, la final. “Es una tarea muy complicada porque estamos hablando del mejor pero es algo que me ilusiona. Derrotarle supondría la excelencia y un gran regalo para España y para el pueblo turco”, explica.