Quique Llopis: “¿El objetivo? Alcanzar la final... y ahí luchar por todo”
El valenciano de 24 años, segundo en la final de la Diamond de 110 vallas, no descarta nada. ‘¿Un deseo?’: “Ojalá sea en Tokio donde nos salga bien a la vez a Asier y a mí”.


Quique Llopis (24 años) ya está en la élite del 110 vallas. A base de trabajo, pelea, decepciones, sustos y confianza, el gigantón de Bellreguart (191 centímetros) se ha hecho un nombre importante en el planeta de la velocidad con vallas altas. Y en Tokio desea confirmarlo... y soñar, aunque siempre “carrera a carrera”. Pese a su gran corpulencia, corazón es aún más grande, y por eso siempre tiene a su amigo Asier Martínez en su pensamiento. El éxito individual de ambos es un logro común en el pensamiento de cada uno de ellos. Este lunes, en los Mundiales buscarán el pase a semifinales. El navarro a las 13:37 en España, y el valenciano a las 13:44. Antes, Llopis atendió a AS.

-Ya lleva unos días por Japón u se acerca el momento del debut en la competición, ¿qué tal ha sido la aclimatación?
-Bien, bien. Todo en orden. Salvo un par de días de aclimatación, ya todos los entrenamientos han sido fuertes. Además, yo vengo de Gandía y Valencia que son unas condiciones muy parecidas. Es verdad que aquí incluso se suda más, pero para mí es un calor que está bastante bien. A mí me gusta que haga bastante. La humedad es cierto que es muy alta y te puede afectar más, pero en mi caso estoy bien adaptado y muy contento en ese aspecto.
-Jet-lag superado, humedad controlada, calor gustoso para usted y la primera eliminatoria ya en hora... ¿cómo llega al Mundial de forma y mentalmente?
-El estado de forma cada semana ha ido a mejor y tengo mucha confianza, sobre todo después de la final de la Diamond League de Zúrich (fue segundo en la pelea por el ‘diamante’). Tengo muchas ganas de saltar a la pista y demostrar ahí que estoy a tope.
-Hablaba de la Diamond, pero ya lleva unos cuantos campeonatos internacionales estando ahí con los mejores. Sin ir más lejos, el pasado año fue subcampeón de Europa y cuarto en los Juegos de París. Y en 2025 ha sido segundo en las finales de la Diamond. La seguridad ha debido crecer de manera vertiginosa, ¿no?
-Así es. Y eso que, por ejemplo, en Zúrich tampoco fue una carrera muy buena, con algunos errores en las primeras vallas y sobre todo una mala salida. Lo que sí te da motivación extra es derrotar a rivales directos que voy a tener, por ejemplo, aquí en Tokio.
-La humildad es una virtud que siempre le ha acompañado desde que le conozco. Cuando la mala suerte parecía perseguirle y no salía nada, y en los últimos dos años que se ha metido de lleno en la pelea con los mejores especialistas del mundo de los 110 vallas. ¿Esa variación en la pista le ha hecho cambiar algo en su cabeza?
-Es verdad que vas ganando experiencia y eso también te hace mejorar y aprender de cara a las siguientes competiciones. He aprendido mucho de esos años que no fueron tan buenos. A nivel de trabajo, poco cambio; siempre hemos tenido claro que el trabajo estaba bien hecho. Sabíamos que algún día, en algún momento... saldría todo. Y así ha sido. Ahora solo queda seguir igual y mejorando pequeños errores y detalles para ir rascando centésimas a las marcas. Y está claro que siempre hay que tener ese poquito de suerte que necesitas en las vallas, ya que cualquier tontería te puede dejar fuera. Los 110 vallas es una prueba peculiar respecto a las demás porque influye tu estado de forma, calidad, talento... y además un montón de factores como roces, toques, quién sea el rival de al lado, salidas nulas... Es un poco una prueba de supervivencia.
-El nivel del atletismo actual es altísimo y pocos privilegiados pueden guardarse algo en las eliminatorias o clasificaciones para pensar en las siguientes pruebas del campeonato, pero en los 110 vallas directamente parece imposible para ningún velocista...
-Es imposible pensar en la segunda carrera sin haber corrido la primera y es una de las cosas que me gustan de las vallas. Sabes que en cualquier ronda todos la pueden pifiar por muy favorito o superior que seas o sean o por muy líder mundial o europeo que llegues. Todos los vallistas somos conscientes de que hay que ir carrera a carrera, ronda a ronda.
-Por esa peculiaridad no le voy a preguntar por un objetivo de puesto concreto, pero no sé si al menos una de las metas concretas que tiene en mente en Tokio es rebajar el récord de España (13.04 de Orlando Ortega) e intentar bajar de mágica cifra de 13 segundos...
-Al final llevamos medidos todos los entrenamientos y sí que nos dan datos suficientes para saber que un día muy bueno en el que todo salga a la perfección y las condiciones acompañen, podemos estar luchando por rebajar esa barrera de los 13 segundos. También es cierto que aquí estamos en un campeonato y las marcas son secundarias siempre. Venimos a luchar realmente por intentar alcanzar la final y si llego a ella, luchar por todo.
-Y en esta aventura le acompaña de nuevo su gran amigo Asier Martínez. Siempre le digo a él que el atletismo les debe a ustedes un campeonato en el que a los dos les salgan las cosas bien y puedan celebrar juntos.
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-Sí, estoy de acuerdo (ríe). Nunca hemos acabado de cuadrar los dos a la vez. El año pasado en los Europeos de Roma estuvimos cerca porque Asier tenía la medalla al alcance hasta la última valla, pero estoy seguro de que al final nos acabará saliendo. Somos dos atletas que siempre estamos ahí luchando por importantes objetivos y en cualquier momento nos saldrá. Ojalá sea aquí en Tokio.
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