La altura es propiedad de la leyenda de Qatar

Mutaz Essa Barshim es la joya de la corona qatarí. El mejor deportista de su historia del país en el que nació es patrimonio nacional para sus compatriotas y en Eugene ha seguido acrecentando su leyenda con su tercer título mundial consecutivo de salto de altura. Con sus gafas de sol gigantes muy similares a las de ventisca de esquí, que no se quita ni para saltar ni tampoco en la zona mixta, en las tripas del estadio Hayward Field, Barshim sigue escribiendo páginas gloriosas y en Oregón franqueó el listón en 2,37, la mejor marca del planeta en 2022... para romper el empate a títulos que tenía con el cubano Javier Sotomayor, recordman mundial de la especialidad y el único terrestre que ha saltado más que él: 2,45 por 2,43.

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Barshim se impuso al brillante Woo Sang-Hyeok, campeón del mundo indoor en Belgrado 2022, que saltó 2,35 y el bronce se lo llevó el ucraniano Andriy Protsenko de Ucrania con 2,33 y superando al italiano Gianmarco Tamberi, que compartó el oro olímpico de Tokio con Barshim y también lo saltó, por menos nulos en esa altura. Igualdad de resultados, pero no de limpieza en la ficha de competición ya que Mutaz se proclamó campeón sin nulos tras saltar seis alturas, todas al primer intento. Los fallos llegaron en su intento por pasar el 2,42. Mutaz salta con el pie izquierdo, utilizando la técnica Fosbury Flop con un pronunciado arco hacia atrás sobre la barra, y se hizo viral en pandemia al circular un vídeo en el que superaba 2,16 saltando a tijera.

“El objetivo para mí hoy era la medalla de oro, aunque lo único que aún extraño es el récord mundial. Tres oros mundiales seguidos es algo que nunca se había hecho antes. Siento que me he hecho un nombre en este deporte, pero nunca me he sentido como el más grande en la pista”, reconocía Barshim, un atleta que también tiene tres medallas olímpicas (el mencionado oro y dos platas en Londres 2012 y Río 2016, otra plata mundial en Moscú 2013), ante los medios.