“He llorado muchas veces y estas de hoy son de inmensa alegría”

Irene Sánchez-Escribano estaba feliz. Abrazada a Carolina Robles atendía a AS y a Corredor en la zona mixta del Stade de France tras meterse en la final olímpica de los 3.000 obstáculos con marca personal: 9:17.39. Como no podía ser de otra manera, la toledana de 31 años estaba eufórica.

-Ha hecho la mejor carrera de su vida en una clasificación de unos Juegos Olímpicos...

-Sí, puede ser (sonríe). La verdad es que estoy contentísima y muy emocionada. Siento que me ha costado mucho llegar aquí y lo he disfrutado muchísimo desde el calentamiento. Cuando he salido a la pista ha sido increíble con el estadio lleno es tremendo. No me ha impresionado tanto porque vinimos el otro día a verlo, pero sabía que tenía que disfrutarlo mucho porque no sé si lo volverás a vivir nunca. Ahora sé que al menos una vez más sí (final, martes 6 a las 21:20). He llorado muchas veces y estas de hoy son de inmensa alegría. Estoy con unas ganas enormes de abrazar a mi familia, a Antonio (Serrano, su entrenador) y a mis amigos. Estoy muy feliz.

-Y encima lo ha podido saborear en la última vuelta porque las cinco que iban por delante se metían en la final.

-Exacto. He mirado atrás a falta de una vuelta y tenía otro puntito más además. He pegado un traspié en la última ría y he vuelto a mirar para atrás, pero seguían lejos. Los últimos 50 metros los he disfrutado muchísimo.

-¿Qué espera para la final?

-Disfrutarla, por supuesto. Es un regalo y ojalá pueda hacer de nuevo marca personal porque creo que tengo otro poquito más ya que en la última vuelta si hubiera tenido que apretar los dientes habría podido. Ojalá me recupere rápido y bien. Pensar en que voy a volver a disfrutar de este estadio lleno me emociona.

-Irene estará en la ronda de las medallas, pero Carolina (Robles) no. Sin embargo, el 3.000 obstáculos femenino español no se entiende la una sin la otra, y eso les ha servido para haber crecido tanto, ¿no?

-Totalmente. Estuve como 4 o 5 años sola en la prueba hasta que Carolina empezó a hacerme sombra y en los últimos tres años es cuando he empezado a bajar asiduamente de 9:30. Gracias a la rivalidad, ambas hemos mejorado mucho. Hemos hecho un gran equipo.