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ATLETISMO | ASIER MARTÍNEZ

Asier Martínez: “Mi fórmula es canalizar todo con mi gente”

El navarro, medalla de bronce en los 110 metros vallas de los Mundiales de Oregón, atiende a AS para repasar su éxito reciente y su carrera.

Actualizado a
Asier Martínez.
JEAN-CHRISTOPHE BOTTEFE

Asier Martínez (Zizur Mayor, 22 años) abrió la lata de medallas para España en los Mundiales de Oregón con un bronce en los 110 metros vallas, igualando lo conseguido por Orlando Ortega en Doha 2019. El navarro, que llegó a saltar 2,04 en altura, estudia Ciencias Políticas en la Universidad del País Vasco en Bilbao. Hijo de madre médica y padre químico (técnico de laboratorio) es un gran seguidor del rapero Freeze Corleone y confía ciegamente en su entrenador de siempre, François Beoringyan, exatleta nacido en Chad que lleva 20 años residiendo en Pamplona y que es su padre deportivo. Tras su éxito, se sentó a charlar con calma con AS.

Bronce en unos Mundiales al aire libre con 22 años. Eso no se consigue por casualidad. ¿Cómo es la relación inicial entre Asier y el atletismo?

Me viene de familia. Mi madre fue atleta de cierto nivel nacional hasta los 16-17 años que decidió estudiar Medicina y lo dejó; y mi padre siempre ha sido muy aficionado a los deportes, al atletismo, y es velocista a nivel amateur. Por tanto, siempre he practicado este deporte y comencé a los 5 o 6 años en el equipo del pueblo, jugando casi, y con 13-14 años ya decidí pasar a la escuela del Pamplona Atlético para poder entrenar con cierto material, en una pista... Algo más en serio. Pronto, conocí a François y pasé de entrenadores de escuela a estar con él y desde entonces hasta ahora trabajamos en Pamplona.

Desde hace años se ve que tiene mucho futuro en las vallas, pero aún así estudia en la universidad. ¿Era un plan B por si acaso?

No, para nada. En mi caso no veo una salida profesional en la política porque no creo en ella y no me veo como político en un futuro. Me interesó en su día, ya me quedan escasas asignaturas para terminar y posiblemente después de eso siga estudiando cualquier otra cosa.

Además de atletismo, ¿le gustan otros deportes? ¿Practica algún otro?

Me gusta mucho el boxeo, siempre lo he seguido. Tengo amigos que boxean y siempre estoy pendiente e incluso lo he llegado a practicar, de manera muy efímera y amateur. Me llama mucho la atención porque es muy duro y exigente e idolatro a ciertos boxeadores, sobre todo de mi ciudad como David Soria y todas esas figuras locales que para mí tienen un mérito increíble.

Asier Martínez, durante la entrevista con AS.
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Asier Martínez, durante la entrevista con AS.DIARIO ASDiarioAS

¿Y alguno a nivel más internacional?

Me gusta mucho Anthony Joshua (británico que ha sido campeón del peso pesado) y también Connor McGregor (irlandés de artes marciales mixtas, UFC), pese a que quizá no se corresponde a mi personalidad siempre lo he seguido, he visto todos sus combates... Su forma de ser, aunque ya te digo que es antagónica a la mía, me llama mucho la atención. Son deportes muy, muy duros.

Cuando no entrena ni compite, ¿qué le gusta hacer en su tiempo libre?

Sobre todo pasar tiempo con mis amigos. Me gusta mucho estar con ellos sin hacer gran cosa. Sin un plan especial. Soy una persona que disfruta mucho hablando y me gusta estar en su compañía y desconectar del resto de cosas simplemente charlando con ellos.

¿Qué música le gusta y se pone antes de salir a volar sobre las vallas?

El rap, de toda Europa y sobre todo el francés. Siempre he escuchado ese tipo de música y encima puedo compartir esa afición con François, aunque sean de épocas distintas. Es el género que más me gusta y escucho desde siempre.

Ya que ha mencionado a su entrenador. ¿En qué consiste su preparación de la escuela francesa que le ha llevado hasta aquí?

Simplemente es una forma de ver la técnica, del paso de valla, de visualizar la carrera. Se le da mucha prioridad a la batida, al respeto al obstáculo, a que sea una carrera limpia. Igual no tiene esa elegancia que pueden tener otros atletas como por ejemplo Orlando Ortega. Esto es más mecánico, menos espectacular. El mejor exponente de ello es Martinot-Lagarde que tiene una técnica impecable. Corre mucho y no toca las vallas, pero igual no llega a ser a ese físico y técnica que pueden tener otros atletas como Orlando o Dayron Robles.

“Ciencias Políticas me interesó en su día, pero no me veo como político en un futuro”

Asier Martínez

Siguiendo con el tema de François, ¿cómo de importante es un entorno estable?

Mucho, mis amigos son una vía de escape para canalizar todo lo que lleva aparejado el deporte de élite. Todas esas malas sensaciones que hayas podido tener durante la semana, malos entrenamientos, molestias, dudas, tensión acumulada... se superan pasando tiempo con ellos, charlando de otras realidades de las que, a lo mejor, no me había percatado.

¿De pequeño ya tenía claro que quería ser atleta o había otras ambiciones infantiles?

Todos hemos soñado con ser futbolistas. En mi caso con la importancia que tiene Osasuna localmente quise ser jugador de su plantilla. Iba al campo, pero se descartó pronto porque yo no valía para el fútbol. Desde entonces mi mayor sueño ha sido ser atleta profesional, ir a los Juegos y vivir un poco lo que veía que otros atletas estaban viviendo en esos años.

¿Tiene alguna máxima, frase Mr. Wonderful, película... que le motive para competir?

La música. Paso mucho tiempo solo, en el gimnasio, calentando, tiempos muertos esperando para competir... donde la música ayuda mucho a concentrarse y a mí personalmente a motivarme también para desarrollar esa actividad clave como puede ser un levantamiento de pesas. Como decía antes, el rap francés, alemán, británico, americano... Siempre he escuchado mucha música y en los entrenamientos me ayuda mucho.

Todo lo que le está pasando y lo que viene tiene en su mayoría cosas buenas, pero también alguna que lo es menos como la fama o la exposición en los medios. ¿Cómo lo gestiona mentalmente?

Yo creo que la fórmula va a ser la misma que la que he seguido para todo lo negativo que conlleva el deporte de élite: estar con mi gente, con los que han estado siempre en los momentos buenos y en los malos. Como decía, canalizar junto a ellos toda esa presión y tensión que pueda tener en futuros campeonatos.

¿Qué mensaje manda a los aficionados que le siguen y que disfrutan con sus éxitos?

Por un lado, total agradecimiento por la confianza que depositan en mí. Soy una persona que lee los mensajes de redes sociales, aunque no puedo contestar a muchos, pero los veo todos y me gusta que me escriban, que me animen, que estén pendientes de lo que haga y me sigan. Lo segundo, pediría en general que sean un poco justos con los deportistas, no solo conmigo. Que no se dé la patada por un mal resultado o porque no hayan cumplido sus expectativas personales, que no juzguen situaciones que no conocen del todo.

Asier, tras lograr el bronce mundial.
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Asier, tras lograr el bronce mundial. JEAN-CHRISTOPHE BOTTEFE

Una confidencia. Cuente a los lectores de AS qué paso con la ropa en la entrega de medallas...

(Se ríe). No llevaba la equipación del podio y tuve que buscar soluciones de última hora. Han cambiado la metodología porque antes te dejaban tiempo para cambiarte y ahora es todo seguido. De hecho te dan la medalla, luego te la quitan para grabarla... Fue un caos y justo pillé en la grada a los compañeros de Selección e intenté apañar ropa. De hecho me puse la sudadera de Jael (Sakura Bestué, velocista) que no me entraba la muñeca siquiera... El pantalón era de Carmen Marco (velocista), que se lo había dejado Quique (Llopis)... Una locura.

La última. En unos días (desde el 15), Europeo de Múnich. Sé que no se ve como favorito pese a ser el mejor del continente en los Mundiales.

Para nada pienso que voy de favorito. El tiempo que queda puede condicionar para bien o para mal a todos los atletas. Algunos que en Eugene no los hemos visto tan bien pueden llegar y hacerlo fenomenal y al contrario. No solo por los posibles fallos, sino por todo en general. Hay que gestionar esa realidad nueva para mí y poco más. Plantearnos Múnich como nos hemos planteado Eugene.