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ATLETISMO | MUNDIALES EN OREGÓN

¡Asier Martínez, bronce en el Mundial!

El navarro de 22 años fue tercero con 13.17 (marca personal) en una prodigiosa actuación volando sobre las vallas y beneficiado por algunos acontecimientos. Oro para el estadounidense Holloway.

Eugene (Oregón)Actualizado a
Asier Martínez.
JEAN-CHRISTOPHE BOTTEFE

“No me asusta lo que haya corrido el resto antes de venir aquí”, aseguraba Asier Martínez a AS en Eugene. Ganó su serie, fue segundo en la semifinal y en la carrera definitiva voló sobre las vallas para ser tercero, medalla de bronce, con marca personal (13.17). Oro para el norteamericano Grant Holloway (13.03) y plata de su compatriota Trey Cunningham (13.08). Ese fue el desenlace definitivo de una medalla que repite el éxito de Doha 2019 cuando en la misma prueba Orlando Ortega también mordía el bronce mundialista pero todo lo ocurrido anteriormente fue una demostración de que en el deporte hacer las cosas bien facilita los éxitos.

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Alberto EstevezEFE

“Al final el dominio de la técnica y de la valla siempre es una ventaja respecto quizá a otro tipo de perfil de atleta que es más sucio en ese sentido”, afirmaba a este medio el gigante silencioso y las eliminatorias fueron dejando caídos por el camino por diferentes circunstancias. Una situación que se recrudeció antes de la final con la lesión previa del jamaicano Parchment (campeón olímpico en Tokio) y la salida nula del estadounidense Devon Allen (0.099, por una milésima) que llegaba a Oregón con la mejor marca del año: 12.84.

Grant Holloway.
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Grant Holloway.ALEKSANDRA SZMIGIELREUTERS

El velocista de vallas nacido en Zizur Mayor (Pamplona), de 22 años, es un seguro de vida. No falla nunca. Siempre puedes confiar en su rendimiento. Es el coche eléctrico que al soltarlo del enchufe tras cargarlo, pulsas el botón y se enciende. Sin pensar en si echaste gasolina o si te dejaste una luz encendida. Técnica extrema y talento puro para deslizarse sobre las vallas sin ni siquiera rozarlas. Las salidas son su punto a mejorar (aunque en la final su reacción fue muy buena, 0.126), pero una vez que pone en marcha su corpachón de 190 centímetros y casi 80 kilos es un tren de alta velocidad que va cogiendo velocidad supersónica y progresa de forma sideral volando sobre los obstáculos. Martilleo de reloj suizo. Desempeño escénico cercano a una coreografía perfecta que podría repetir una y otra vez con los ojos cerrados.

El otro español, Quique Llopis (13.44), fue octavo en su serie de semifinales y quedó eliminado. “Estoy contento porque he visto que puedo competir contra ellos aunque me ha podido las ganas y he tocado un par de vallas bastante fuerte. Ahora toca seguir entrenando a tope para pensar en el Europeo de Múnich”, decía en zona mixta.