“Antes de competir siempre pienso que no hay nadie mejor que yo”

María Pérez (Orce, Granada, 29 de abril de 1996) atendía a la Prensa española, AS entre ellos, desplazada a Tokio tras conseguir un impresionante oro en los 35 km marcha de los Mundiales. Un éxito que añade y completa un impresionante palmarés que incluye tres títulos planetarios, un oro europeo y dos medallas olímpicas (oro y plata) en París 2024. El torbellino andaluz, siempre sincera y simpática, desgranaba todos los sentimientos y sensaciones vividas en la cita japonesa.

-Tres títulos mundiales, dos medallas olímpicas, oro europeo.. La gente pensará que siempre gana...

-No, no siempre se gana. Y cuesta mucho esfuerzo y trabajo. Hemos sabido jugar bien con la climatología que teníamos.

-Se le ha visto muy emocionada al llegar a la meta. ¿Qué pasaba por la cabeza?

-Que sólo me faltaba un éxito entrando en un estadio olímpico. Y cuando he entrado en meta le he dicho a Miguel Ángel (López) que todo empezó con él, yo tenía 18 años cuando lo vi. Y dije: ‘¡Joder, ojalá algún día pueda conseguir lo que ha hecho él’ (el murciano se proclamó campeón del mundo de 20 km marcha en Pekín en 2015). Los sueños a veces se hacen realidad.

-¿Por qué dice que has jugado bien con la climatología?

-Porque la prueba ha sido muy dura, lo habéis visto. Había compañeros de otras selecciones que se iban cayendo, les iban dando rampas y yo pensaba: ‘Ojalá que a mí no me pase’. Y llevaba un punto de miedo encima porque podía suceder. Al final jugamos en un ambiente en el que no estamos acostumbrados y aunque llevemos varios días ya aquí la humedad era tan elevada hoy que había un factor de riesgo. He sabido adaptarme a las circunstancias y a la presión que tenía desde el principio con Kimberley (León), con Torres al lado, Antonella (Palmisano), la china Peng que iba todo el rato pegada a mis talones y de hecho me iba quitando las zapatillas... Había que adaptarse y jugar bien las cartas en base a lo que estaba sucediendo en cada momento.

-Me decía el otro día que se iría satisfecha de Tokio al menos con una medalla. Ya tiene una, y de oro. Y por delante los 20 km el próximo sábado...

-(Ríe) Me veis ahora muy bien, pero en el momento que me siente y visite a los servicios médicos será totalmente diferente. Tengo el subido del triunfo, pero estoy regular, un poco mareadilla. En Budapest fue primero los 20, que desgasta mucho menos, pero aquí es al contrario. Habrá rivales como la mexicana Alegna González que no ha doblado finalmente y ahora es una las claras favoritas para hacerse con el oro, al igual que Jiayu Yang, la campeona olímpica en París. Intentaré estar peleando con ellas, pero soy clara y sincera, tengo que recuperarme primero de este gran esfuerzo. Ya habéis visto las condiciones y son al final 2 horas y 39 minutos marchando que no me los quita nadie.

-¿Qué ha cambiado en usted en los últimos años?

-Soy una María diferente porque lo he conseguido todo, pero sigo poniéndome nerviosa. Anoche me tuve que tomar melatonina porque sentía lo mismo que en Budapest, y creo que eso es lo que todavía hace que me enganche, que me enamore más de este deporte. Estoy tranquila y creo que también he aprendido mucho de todo el torbellino de situaciones que he vivido en el pasado. Estoy en paz conmigo misma y en todas las situaciones.

-Viendo cómo la miran sus adversarias... ¿tiene la sensación de ser la más respetada y la que todo el mundo considera como máxima favorita?

-Sé que tengo los focos encima de mí, pero ya sabes que yo voy a mi bola. Y también que antes de competir siempre pienso que no hay nadie mejor que yo. Hoy cuando estábamos en la carpa me han dicho que lo mismo no salía una rival y he contestado: ‘Me da igual, les voy a ganar a todas’. No tengo pensamientos negativos porque al final es una de las cosas que diferencia al ganador del perdedor.

-¿Cómo lo vas a celebrar?

-Pues voy a comer sushi y carne, aunque celebrar, celebrar, lo haré después de los 20 km. Tengo la misma botella de champán de Budapest y París. Y se va a descorchar aunque no esté Álvaro (Martín), al que he echado de menos. Esto como siempre digo, no es sólo mi éxito, sino el de todo el equipo español de marcha.

“Voy a comer sushi y carne, aunque celebrar, celebrar, lo haré después de los 20 km”

María sobre cómo celebrará su oro

-La última. Se veían bastantes banderas españolas por el circuito. ¿Lo ha notado?

-Sí, sí, había bastantes españoles y sobre todo lo que más me ha emocionado, me he sentido como en casa porque que había muchos japoneses que en la última huerta decían mi nombre: ‘María, María’. Y suena raro que te lo digan nipones, pero la verdad es que estoy contenta, allá donde voy soy siempre bien recibida, eso quiere decir que algo bueno estaré haciendo y que soy un buen ejemplo para la sociedad. Y eso al final es lo que me voy a llevar del deporte.

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